‘El cinturón de Olivia’

La vida multiplicada en espejo


‘El cinturón de Olivia’ (Argentina, 2024). Guion y dirección: Jeremías Magnaghi Rudy. Actores: Agustina Cabo, Carolina Kopelioff, Manuel Ramos. Duración: 88 minutos. Clasificación: apta para mayores de 13 años.



El filme inicia con un dibujo formado por puntos unidos que bien podría ser el diseño de una cafetera italiana pero, en realidad, es el Cinturón de Orión, el croquis que surge de vincular con líneas, entre otras más, a las estrellas Alnitak, Alnilam y Mintaka, más conocidas como Las Tres Marías.

Acto seguido, un flashback donde la pequeña Olivia mira con un telescopio el cielo mientras su madre le dice que ya es tarde y debe irse a dormir. Entonces uno ya visualiza que la cinta transitará por las incógnitas metafísicas que el cine relata como una verdad certificada, en este caso, el multiverso; tema tan apasionante para la física cuántica y recurrente en la última década para la ficción mundial.

Pese a que la historia sucede por esa línea temporal donde uno confunde lo que es, de lo que hubiese sido en caso de tal o cual variable, su guionista y director, Jeremías Magnaghi Rudy, como para darle peso concreto a su ópera prima, descansa en la presencia de la actriz Carolina Kopelioff (Gigi), que si bien no es la protagonista es quien articula los recursos para que la atención no se disipe. Cuando ella vuelve a cuadro, en este caso como la amiga misteriosa de la anodina Olivia, el desconcierto se toma una pausa. Kopelioff es una garantía de que el camino, aunque sinuoso, impredecible e intangible, conduce a la dirección correcta.

ROMPECABEZAS

‘El cinturón de Olivia’ cuenta una tarde-noche en la vida de Olivia (Agustina Cabo), una estudiante de astrofísica, y sobre sus posibilidades de revertir su presente y destino cuando un fenómeno paranormal le permite modificar el tiempo indagando y certificando quién es quién en los universos paralelos que lindan con su introvertida, acética, aburrida y desganada realidad. En pleno litigio existencial con su amigo Enzo (Manuel Ramos) porque no quiere ir a la casa de Gigi a tomar algo y comer pizza, cede y ahí las fichas de su ordenado rompecabezas comienzan a desprenderse.

Con el azar como tópico para configurar el relato y el andar vagabundo de estos tres amigos con más sombras que luces, Magnaghi Rudy hace de la transición de los momentos, los puntos nodales de la historia. No importa qué pasa cuando llegan al boliche, importa qué se dicen en el camino; no importa si besó a uno u a otro, importa ese leve roce de manos que explica la tensión que viven a lo largo de sus intermitentes horas.

Olivia maneja la apatía de quien debe tomar las decisiones más trascendentales de su vida sin dudar. Un filme que habla sobre las raíces, los duelos no superados, la amistad y la elección de quién se quiere ser, mientras se transita una vida en espejo con la conciencia como jueza de todos los actos.

Calificación: Buena