La vida cotidiana con robots autónomos

En esta cuarta y última entrega de la serie de artículos sobre las megatendencias del futuro planteadas en el informe "The Global 50" de la Dubai Future Foundation (DFF), vamos a adentrarnos en uno de los temas qué más expectativa y ansiedad generan: la vida con robot autónomos. Como dijimos en los tres casos anteriores, el reporte de la DFF analiza las diez megatendencias que tienen la capacidad de remodelar el futuro de la humanidad, y en este caso nos centramos en las cuatro que tienen que ver directamente con la tecnología.

En el horizonte que nos muestra el futuro, la presencia de robots autónomos no son solo especulaciones que pertenecen a la ciencia ficción: son una realidad que se integra cada vez más en nuestras vidas y entornos laborales. 

Los avances en diseño e ingeniería, ciencia de materiales e inteligencia artificial han abierto las puertas a una era donde los robots no solo ejecutan tareas, sino que también razonan y toman decisiones con una intervención humana mínima o periférica. Esta expansión hacia la automatización y la robótica autónoma no se limita a sectores tradicionales como la industria automotriz o las manufacturas; ahora se infiltran en una gama muy amplia y diversa de industrias que van desde la logística hasta los servicios, lo que promete una nueva era de eficiencia e innovación.

Para la DFF, los robots marinos se destacan como guardianes responsables en entornos peligrosos, que pueden ir desde profundidades oceánicas hasta espacios industriales urbanos. Este creciente mercado de tecnología submarina alcanzó casi $4.5 mil millones de dólares en 2022 y se espera que supere los $13 mil millones para 2030. Este avance, sin embargo, no está exento de desafíos, los más importantes, quizás, tienen que ver con la resistencia al agua y la seguridad ambiental.

La lucha contra el cambio climático también encuentra un aliado confiable en la automatización. Los robots diseñados para tareas de plantación y monitoreo han demostrado su eficacia en la restauración ecológica, aumentando la tasa de supervivencia de los árboles en áreas desérticas y acelerando la construcción de granjas solares. Estas innovaciones no solo benefician al medio ambiente, sino que también abren nuevas oportunidades económicas y modelos de negocio sostenibles en regiones donde antes sólo se podía soñar con algo así.

Sin embargo, para la DFF, más allá de su utilidad práctica, los robots también tienen un impacto social que no debe pasarse por alto. Los robots colaborativos y sociales están diseñados para interactuar con humanos en tareas laborales y personales, planteando desafíos psicológicos y sociológicos en términos de aceptación y relación emocional. El mercado de los llamados "cobots" todavía es chico en comparación con el de los robots industriales tradicionales, pero su aceptación futura podría depender de su capacidad para reducir el estrés humano y promover la felicidad.

En última instancia, mientras nos adentramos en una era donde la línea entre lo humano y lo robótico empieza a desvanecerse, es esencial que se aborden no sólo los aspectos técnicos de la automatización y los robots autónomos, sino también sus implicaciones éticas y sociales. La colaboración entre tecnólogos, reguladores y la sociedad en general será fundamental para forjar un futuro donde la convivencia entre humanos y máquinas sea armoniosa y redunde en un beneficio para todos.