Problemas del siglo XXI

La tecnología secuestró nuestra atención

Febrero de 1985. Un rompehielos ruso, el Moskva, adquirido por la Unión Soviética y considerado uno de los más potentes de su tiempo. navegada por el ártico en la península de Chukotka.

Un brusco cambio meteorológico bloqueó como un muro de hielo de varios kilómetros los accesos naturales al mar de una manada de belugas, cetáceos que se caracterizan por el color blanco de su piel, su capacidad de emitir sonidos variados, cazar y migrar juntos.

Ocasionalmente, varias manadas más pequeñas, pueden unirse para formar grupos más grandes de entre 200 y 10.000 animales. Estas manadas suelen formarse durante las migraciones.

El número no era un dato menor, cerca de 2.000 belugas estaban atrapadas, incapaces de recorrer esa distancia, sin morir por falta de oxígeno y alimento.

La manada de belugas, incapaz de recorrer esa distancia sin agotarse, se enfrentaban a un destino fatal. Los rusos realizaban huecos en el hielo, lanzaban peces congelados para nutrirlas, el navío abría corredores en el hielo mediante maniobras repetitivas, pero los cetáceos, desorientados y exhaustos, no reaccionaban al avance.

En ese momento surgió una idea insólita: emplear el sistema de sonido del barco para transmitir melodías capaces de atraer a los animales hacia la ruta de escape.

Se probaron diferentes estilos musicales, pero fueron las composiciones clásicas las que lograron captar la atención de la manada. Los cetáceos comenzaron a acercarse al rompehielos y a seguir el trayecto marcado por la nave, lo que transformó la música en un instrumento esencial del rescate.

Tras varios días de esfuerzo coordinado, el convoy consiguió liberar a unas 2.000 belugas. La atención, fue la clave del éxito.

QUE ES

La atención es un proceso cognitivo, consciente, que nos permite seleccionar, centrarnos, enfocarnos, priorizando la información relevante, para manejarnos eficazmente en nuestro entorno. Me concentro en una cosa y suprimo toda los demás.

La distracción es un estímulo que interfiere con este proceso.

Atender no es sólo un proceso biológico, sino que también es una conducta psicológica voluntaria, regulada por variables internas del individuo, así como por factores externos, es decir se puede educar, requiere esfuerzo.

La atención desempeña un papel crucial en el aprendizaje, y es más importante en los primeros años de vida. Se relaciona con una variedad de procesos cognitivos, incluida la memoria, la toma de decisiones, la resolución de problemas, la escucha, la imaginación.

Es frecuente escuchar padres y docentes, las quejas, de que cada vez es más difícil lograr que los estudiantes los escuchen y estén suficientemente atentos en el aula. Vivimos una crisis silenciosa.

COMO FUNCIONA

Antes de culpar a la tecnología por destruir nuestra capacidad de atención, es importante comprender cómo funciona realmente.

Conceptualmente, hay dos tipos de atención:

* Atención voluntaria o descendente (de arriba a abajo): es la concentración consciente y orientada a objetivos que utilizamos al estudiar, trabajar, leer un libro, escribir, o reflexionar profundamente. Es lenta, deliberada y requiere esfuerzo. También se denomina ejecutiva.

* Atención involuntaria (ascendente): es la reacción automática de nuestro cerebro a estímulos externos, como el zumbido de un teléfono, un ruido fuerte o una notificación intermitente. Está diseñada para la supervivencia, ayudándonos a detectar amenazas, pero en la era digital, nos mantiene distraídos. También se denomina atención dividida, o multitasking.

Ejemplos son, manejar y ver el celular, estar en una reunión, chequear mensajes viendo un power point.

En un mundo ideal, estos dos sistemas funcionan en armonía. Pero la tecnología moderna ha secuestrado nuestra atención ascendente, bombardeándonos con notificaciones, alertas y un flujo infinito de contenidos.

En lugar de sumergirnos en un trabajo profundo o en conversaciones significativas, alternamos constantemente entre múltiples estímulos.

MAS DOPAMINA

Desde la neurociencia, ¿qué pasa con la atención y las redes sociales?

Las empresas tecnológicas han construido modelos de negocio enteros centrados en captar y mantener nuestra atención, un diseño perfecto para retenernos el mayor tiempo posible.

Un chico promedio pasa 8 a 10 horas frente a una pantalla. El ciclo es distracción-recompensa Notificaciones rápidas, timbre, vibración, video cortos, reels, está diseñado para provocar una dosis de dopamina, hormona que genera placer, gratificación instantánea, velocidad, vértigo.

El ser humano lleva consigo el sesgo de novedad, la búsqueda de novedad.

Nuestro mundo digital está diseñado para la velocidad, todo está optimizado para la gratificación instantánea sin esfuerzo, si bien esto nos mantiene entretenidos, también condiciona nuestro cerebro a esperar estimulación constante, lo que dificulta la concentración en cualquier cosa que requiera atención sostenida.

Esto genera en algún momento tolerancia, cada vez más tiempo, cada vez estímulos más fuertes.

Pues bien, la adicción esta a la vuelta de la esquina. La adicción puede abarcar el revisar noticias, redes sociales, textos en todas las horas del día, no poder vivir sin celulares un tiempo.

Todo esto permite navegar en la superficialidad, el conocimiento profundo requiere esfuerzo, tiempo y dedicación.

CONSECUENCIAS

Si bien es un problema de padres, en los chicos las consecuencias son terribles.

1 - El aislamiento social, verdadero confinamiento, (volvemos a la alegoría de la caverna de Platon).

2 - Sobrecarga de información, no permitiendo discernir realidad de virtualidad.

3 - Interferencia con otras actividades: ocio, sociabilidad (no se interactúa cara a cara, sino que eligen la virtualidad), deportes y ejercicio (conducen al sobrepeso y obesidad).

4 - Enfermedades mentales posiblemente asociadas: Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, ansiedad, depresión, suicidios.

5 - Adicción a las pantallas.

Vivimos una crisis silenciosa, en nosotros queda la responsabilidad, de encontrar respuestas y soluciones, ante un problema tan acuciante.

* El autor es docente Adscripto UBA.. Académico de número de la Academia Nacional de Arte y Ciencias de la Comunicación.