La juvenil soprano rusa deslumbró al Colón con su voz y su donaire

La revelación de Aigul Akhmetshina


 


Recital de Aigul Akhmetshina, acompañada al piano por Jonathan Papp. Concierto del Ciclo Aura. El domingo 14 en el Teatro Colón.



Fue, sin duda, un concierto de impactante factura y lucimiento en el Teatro Colón, correspondiente a la presentación en nuestro medio de grandes cantantes internacionales. Tal el caso de la mezzosoprano rusa de 29 años Aigul Akhmetshina, proveniente de una pequeña localidad del interior de su país, que se reveló en el mundo de la ópera a sus veintiún años, en el Covent Garden de Londres, con una ‘Carmen’ antológica, tras la cual vinieron éxitos en el prestigioso concurso de canto Belvedere y otros grandes teatros líricos de Europa, y en el Met de Nueva York. Era el momento propicio de conocerla y escucharla en nuestro Colón.

Y así fue como, efectivamente, esta presentación produjo notorio interés al incorporarla en el marco del ciclo Aura programado para esta temporada. Efectivamente, la artista posee atributos que asombran para un cantante lírico.

Un extraordinario registro de mezzosoprano, maleable, tímbricamente homogénea, con notas graves y de pasaje al agudo impactantes, con un manejo del fiato y la escena naturales y espontáneos, y a la vez un dejo de simpatía que no podía quedar ausente.

Sus desplazamientos en el recital a lo largo del proscenio fueron permanentes, y su gestualidad y donaire comulgaron con los personajes, tanto del segmento operístico italiano, que comenzó con la célebre ‘Una voce poco fa’ de ‘El barbero de Sevilla’, de Rossini, para luego ir mechando con Chaikovski (de ‘Eugenio Oniegin’ y ‘La dama de picas’) y los siempre infaltables personajes de su cuerda como de Saint-Saens y su ‘Sanson y Dalila’, de Jules Massenet, ‘Werther’, y de Georges Bizet, su tan renombrada ‘Carnen’.

Cabe consignar que la autoridad reconocida del pianista Jonathan Papp en el teclado hizo una amalgama de calidad permanente a estas interpretaciones que mostraron sus cualidades vocales y escénicas.

MUJER FATAL

Luego, dos páginas de Rachmaninov de su ciclo de seis romances y del ciclo de doce (los opus 4 y 21, respectivamente,) y evocaciones de Mark Minkov, muy dedicado a películas, y de la moscovita Elena Rousanova, creada para ella especialmente, que la ofreció como estreno mundial y su titulo es ‘Mujer fatal’.

A medida que trascurría la sesión, el público sostenía su aplauso entusiasta y cuando llegó el cumplido con nosotros (valga el concepto), con nuestros creadores, cantó de Carlos Guastavino ‘La rosa y el sauce’ en un español que supo articular bien, y de Gardel y Le Pera, ‘Por una cabeza’ y ‘El día que me quieras’, también en un idioma bastante pulido.

Fue allí que se hizo presente en el escenario el barítono misionero Gabriel Alcantara, que está participando en las funciones de ópera, y juntamente con tres guitarristas evocaron el tango que con naturalidad y empatía Aigul Akhmetshina cantó y bailó ante los festejos del publico.

En resumidas cuentas, un recital que se alargó y entusiasmó a la audiencia, que valoró la entrega de todo lo mejor de sus condiciones reforzando la idea de una cantante virtuosa en su cuerda, llamada a ser una estrella más del firmamento lírico.

Calificación: Excelente

FOTO: GENTILEZA JUANJO BRUZZA