DESDE MI PUNTO DE VISTA
La política exterior argentina volvió a cerrar filas con los países occidentales
Desde el 10 de diciembre de 2023, cuando asumió el señor Javier Milei como Presidente, nuestra política exterior experimentó un giro completo de rumbo en favor de los países occidentales.
Es decir, se alineó con los países atlantistas, signatarios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte ( OTAN ), liderados por los Estados Unidos, donde figuran Canadá y, además, treinta países de Europa, incluidos Finlandia y Suecia, incorporadas en 2023 a esta organización militar como reacción defensiva frente a la criminal invasión de Rusia a Ucrania, ocurrida el 24 de febrero de 2022.
A este lote de 32 países atlantistas se deben sumar 18 países asociados más. Lo cual da un total de 50 países ligados a este tratado de defensa militar colectiva, entre miembros plenos y países asociados. Son países donde impera el estado de derecho, la división en tres poderes independientes, con elecciones democráticas transparentes, sistema de partidos políticos, derechos humanos y sistemas de economía libre de mercado.
La invasión de Ucrania con propósitos anexionistas vulnera todos los tratados internacionales aprobados por las Naciones Unidas, incluida su Carta Fundacional, lo cual condujo a un rechazo generalizado incluso en Asambleas de este importante organismo internacional que, por enorme mayoría, hicieron fuertes acusaciones contra la Federación Rusa por su anexión no solamente de la Península de Crimea y su puerto naval de Sebastopol, sino también por su intención de invadir toda Ucrania, en su totalidad.
Rusia fue castigada por los Estados Unidos y todos los miembros de los llamados países atlantistas, con muy severas sanciones de todo tipo: económicas, comerciales, financieras, y hasta deportivas.
DIVISORIA DE AGUAS
En el gran tablero de los países latinoamericanos, la invasión de Ucrania por Rusia representó una divisoria de aguas, porque en toda esta región se ha venido dirimiendo, en los últimos 25 años, un conflicto muy importante entre dos modelos políticos.
Por un lado, el tradicional sistema democrático mediante la independencia de los tres poderes, (con especial cuidado en no subordinar ni colonizar el Poder Judicial), derechos humanos, libertad de prensa, existencia de partidos políticos, elecciones transparentes y economía de mercado.
En la vereda de enfrente se ubicaron, sobre la base de una fortísima alianza entre Fidel Castro y Hugo Chávez, más la bendición de Lula da Silva, los componentes del llamado Foro de San Pablo, quienes reivindicaban un Socialismo del Siglo XXI
.
Para peor, el mentor de todos estos cambios marxistoleninistas habían sido la Unión Soviética primero, desde 1959 en Cuba y luego la Federación Rusa, a partir de diciembre de 1991, cuando implosionó la Unión de los Soviets construida en gran medida por Stalin.
Pero, además, a partir del Tercer Milenio comienza un período digno de uno de los cuentos más famosos de Jorge Luis Borges (El Jardín de Senderos que se bifurcan). El sendero seguido por los países latinoamericanos alentados por el Foro de San Pablo (Lula, Castro, Chávez, Ortega, Evo Morales) es respaldado por la Federación Rusa que, sin embargo, hizo un giro completo hacia el conservadurismo más liso y duro: nada menos que una política militar, económica y política completamente coherente con la Rusia de los zares.
Resultó entonces que, mientras en Cuba, el Partido Comunista controla, hasta hoy (65 años después) el ciento por ciento del poder político, en la Federación Rusa, su PC apenas alcanza al diez por ciento de los escaños de la Duma (Parlamento), mientras que el partido Rusia Unida, el de Putin, ocupa las dos terceras partes de los escaños parlamentarios.
O sea que, el partido soporte del Socialismo del Siglo XXI en Latinoamérica, es actualmente un partido absolutamente imperial, representado hoy por Vladimir Putin.
PROFUNDO CAMBIO
Muy lejos de tratar de seguir cabalgando sobre estas tremendas realidades opuestas, entre los ideales imperiales de la Federación Rusa, por un lado y los de los socialistas del Siglo XXI latinoamericanos, por el otro, el presidente Milei, tuvo como uno de los espectadores privilegiados de su victoria, nada menos que a Volodímir Zelenski, el jefe del heroico pueblo ucraniano que lucha por su independencia, su libertad y su destino democrático.
La presencia del líder ucraniano en el acto de asunción del presidente argentino tiene más importancia que una biblioteca llena de declaraciones, explicaciones y observaciones de todo tipo y color. A partir de ahora, la Argentina está perfectamente alineada con la posición libertaria de Ucrania y es una condena absoluta hacia la criminal invasión anexionista perpetrada por la Federación Rusa en febrero de 2022.
OTRA INVASION CRIMINAL
El 7 de octubre último (cumpleaños 71 de Putin) la Organización Terrorista Hamas lanzó una invasión criminal contra Israel durante la cual cometió todo tipo de atrocidades. Secuestros, degüellos de bebés, violaciones, decapitaciones, mutilaciones. Por otro lado, pusieron en evidencia serias fallas en los sistemas de seguridad israelíes, pues todo el plan de ataque había llegado hacia un año a manos de los servicios secretos judíos, pero lamentablemente no los creyeron. Son los momentos en los cuales las tragedias se originan en avisos desoídos. Crudo y cruel error israelí.
Pero eso no absuelve a los terroristas del Hamas, (muy asistidos, financiera y militarmente, por la teocracia iraní), porque usan las formas más crueles de la intimidación y el terror en todos sus siniestros ataques para así poder sostener su absoluto predominio militar y político en sus martirizadas zonas de ocupación, pues siempre utilizan a indefensos civiles como escudos humanos.
En el descenso a los infiernos que entraña toda guerra, resulta cada vez más difícil distinguir los crímenes de lesa humanidad, porque unos son los cometidos por las fuerzas militares contra lugares civiles: edificios de departamentos, supermercados, templos, iglesias, hospitales, represas, campamentos de refugiados, o escuelas, donde la escalada de la violencia da cada vez más paso a excesos de todo tipo, donde cada horror termina tapando a otro.
Pero hay otro tipo de acción criminal (muy conocido por los militares) que consiste en escudarse con la población civil, a la cual, inclusive, se le impide (mediante amenazas de muerte, ejecuciones sumarias, y otros delitos parecidos) moverse de dónde están, a pesar de saber que van a ser atacados. Los terroristas prevén que los muertos civiles pasarán entonces a engrosar los crímenes de guerra del enemigo, sin saber que, en ese caso, al usar personas e instituciones civiles como escudos humanos, el criminal de guerra no es el que ataca, sino el atacado, supuestamente protegido por los cuerpos, las instalaciones y las vidas de los inermes civiles. En este último caso figuran los terroristas de Hamas, cuyos crímenes de guerra consisten en colocar sus puestos de mando, sus fuerzas militares, sus municiones y sus armas, justamente debajo de las mezquitas, los hospitales, las escuelas, clubes, y toda institución inocente. Lamentablemente, la vida humana, tratándose de terroristas, vale muy poco, casi nada.
MILEI PROISRAELI
La gran estadista Golda Meier dijo con mucho criterio, en sus también tremendos y difíciles tiempos: "Los ataques contra el Estado judío van a cesar el día en que los terroristas árabes quieran más la vida de sus hijos que la muerte de Israel."
En este sentido, es muy evidente el compromiso moral de nuestro electo presidente con el Estado judío. Por razones personales, luego de ganar las elecciones, el 19 de noviembre último, el señor Javier Milei efectuó un viaje relámpago a Nueva York para agradecer por su triunfo a una gran personalidad jaidista ya fallecido: Mayachem Mendel Scheerson, más conocido como el Rebe de Lubavicht, sepultado en el Cementerio de Montefiore, en el barrio neoyorquino de Queens.
Pero eso es solo un dato. Otro también muy importante fue que designó como embajador en Israel a un rabino argentino muy consultado por el flamante presidente, con quien tiene gran confianza y amistad.
Luego de tantas décadas impunes con respecto a los atentados de Hezbolá en Buenos Aires, primero contra la Embajada de Israel y luego contra la AMIA, y luego de la muerte jamás explicada del fiscal Nisman, esta toma de posición del actual presidente de la Nación también abre un camino más claro para las relaciones futuras de las fuerzas de seguridad argentinas con respecto a los terroristas islámicos
.
Cosas veredes, Sancho, que no crederes.