Llega al Multiteatro ‘La función que sale mal’, con dirección de Manuel González Gil

La pesadilla de todos los actores

La exitosa comedia, que en nuestro país ya se hizo hace casi una década, aunque con otro nombre, regresa a la calle Corrientes con elenco renovado.

La obra que conquistó la risa de más de dos millones de espectadores en todo el mundo se estrena el miércoles en Buenos Aires. ‘La función que sale mal’ llega al Multiteatro protagonizada por Diego Reinhold, Héctor Díaz, Victoria Almeida, Fredy Villareal, Dan Breitman, Gonzalo Suárez, Maida Andrenacci y Federico Ottone, bajo la dirección de Manuel González Gil.

En la obra, los actores de la Sociedad de Teatro de Cornley ponen toda su dedicación para contar un drama muy serio sobre un asesinato en la mansión Haversham, pero las cosas no salen como lo planearon. “Es un elenco amateur de actores que se mandó a hacer una obra importante y les quedó grande. Es la función de fin de año para la que ensayaron durante meses y es la única oportunidad que tienen para que salga todo bien”, dice Gonzalo Suárez durante la presentación a la prensa de la comedia que subirá a escena de miércoles a domingos.

“¡El título lo dice todo! Lo que va pasando es que vos decís: ‘no va a pasar esto, no, no puede pasar’ y va sucediendo, y no sólo eso sino que se redobla la puesta hasta límites insospechados. Es una obra de muchísima precisión y requiere que esté excelentemente hecha para que salga así de mal. Es muy difícil de hacer”, asegura Maida Andrenacci.

COSAS QUE PASAN

Que la función salga mal es un poco la pesadilla que tienen todos los actores: olvidarse la letra, escenografías que fallan, utilería que no está donde debería. Y la mayoría de las veces son cosas que pasan, pero no todas juntas. “Nunca viví una cosa así”, afirma Dan Breitman, que sí recuerda una función en Carlos Paz en la que la pasó muy mal: “tomé agua y empecé a toser y no se me iba. Eramos tres en escena y tuve que blanquear y decir: ‘es muy posible que yo me muera, van a presenciar mi muerte’. Porque no había forma de que se me pasara. Seguí pero con una sensación espantosa, transpirando, con pánico. En esta obra hay un dominó de cosas que van pasando, que no sé si alguna vez alguien vivió tanto”.

Por su parte, Andrenacci confiesa: “Hay varias situaciones que las he soñado como pesadilla y vi que le sucedieron a otros”, pero aclara que, si bien habla sobre el oficio de la actuación, “esta no es una obra de nicho, que sólo la van a entender los actores. Hay algo universal en eso de que tenés una chance de hacer algo pero todo te empieza a salir mal y tenés que terminar como sea. Hay algo en ese sufrimiento que es muy gracioso de ver, con el que es muy fácil identificarse”.

“Es particular el hecho de hacer una suerte de homenaje al accidente y al error”, dice Héctor Díaz. “Por lo que estuve leyendo, el elenco inglés que la pensó estuvo dos años armando esta obra porque la construyó al revés: hagamos una tesis sobre el error, investiguemos las variantes posibles de eso, y luego escribamos una dramaturgia que se adecúe a lo que queremos hacer. Eso es notable”.

“A mí eso me parece espectacular: que el show, a pesar de todo, tiene que continuar. Es algo que me interpela, aunque no me gusta tanto esa palabra; es algo que me llega”, suma Breitman. “Creo que esta versión está un poco más orientada a esto. No está tan puesta en los gags sino que estamos tratando de construir este grupo amateur que intenta salir adelante y salvar una pieza. Eso a mí me parece que es lo más rico que tiene, que seamos un grupo amateur de teatro que quisimos hacer algo demencial, tenemos que estar a la altura y no lo estamos”.

En esta línea, Díaz sostiene que la pieza “tiene una cosa muy de scrum de rugby que trabaja mucho la solidaridad arriba del escenario, acompañarse a pesar de los problemas, seguir avanzando, que el show continúe”.

En cuanto al humor que se maneja sobre el escenario, Andrenacci dice: “Es una obra muy sana. Somos todos actores muy distintos y ver esa diferencia de colores es muy atractivo. La protagonista es la obra y nosotros estamos al servicio de ella. Tiene un humor muy sano, por momentos es Los Tres Chiflados, por otros ‘The Office’, y en otros, Les Luthiers. Es tanta la cantidad y la mezcla de humor que es para todo el mundo y, casi te diría, que para todas las edades”.

OTRA VEZ EN CARTEL

Desde su estreno en 2012 en Londres, la comedia se hizo en más de treinta países incluyendo Estados Unidos, Australia, Francia, España, Alemania y México. En la Argentina, esta misma pieza ya se había estrenado en 2016 bajo el título ‘Como el culo’, también dirigida por Manuel González Gil. “En su momento ese nombre sirvió para instalar la obra”, explica Suárez, quien junto a Diego Reinhold formó parte del elenco original.

“Con todo el éxito que viene teniendo en otros países, ahora se decidió hacerla con el título original. ‘Como el culo’ fue más una cosa de una expresión que usamos todos, que creó impacto, pero quedó medio rara. Mucha gente pensaba que era teatro de revista”.

A los dos años de estar en cartel la obra cambió de elenco y el éxito se diluyó. “Nosotros nos quedamos con la sensación de que daba para más, pero en ese momento el grupo de Londres se mandó a hacer otra cosa, nosotros seguimos ese camino y otro elenco quedó haciendo esta”, recuerda Suárez, mientras su compañero Héctor Díaz es categórico: “Se merecía otro momento”.