Caminar por Libertad y llegar en el 1386 a Isabel Anchorena Galería de Arte, puede deparar al lector la misma emoción que vivimos muchos de los que concurrimos a la inauguración de la exposición de Inés Menéndez Behety.
Seguramente la pasión que pone en los dibujos de esos caballos entusiasmará al lector porque en el catálogo escribió:
“El caballo ha sido mi pasión de toda la vida. Desde mi infancia en Capitán Sarmiento, hasta los veranos en Tierra del Fuego y Cholila, he sido y soy feliz arriba de un buen caballo”
“Como amante de la naturaleza, el caballo es para mí la posibilidad de llegar a cualquier parte, allí donde creeríamos que nunca ha llegado nadie. A los cerros más altos, desde donde podemos contemplar el mundo maravilloso que se extiende a nuestros pies. Compañero fiel de recorriendo soldades que de otro modo resultarían abrumadoras”.
“Tratar de representar ese animal que siempre me fascinó, tanto por la nobleza de su carácter como por la armonía de sus líneas y sus movimientos fue como una necesidad. Ya desde los 8 años, era el motivo casi excluyente para mis garabatos”.
“En un cierto momento, tuve que optar entre mi carrera de abogada y la pintura. Me decidí por esto último, y no me arrepiento de mi decisión. Malo o bueno, esto es lo mío, es lo que me gusta y lo que quiero hacer. No me cuesta trabajar, sino que, por el contrario, resiento todo aquello que me impide hacerlo”.
Sin duda es lo suyo, Inés es abogada pero ejerció muy poco su profesión, caso semejante al de Baldomero Fernández Moreno, el autor de los “Setenta balcones” que abandono el ejercicio de la medicina por la poesía. Por otra parte hay genes, Inés desciende allá arriba de dos hermanas Juana Pueyrredon de Sáenz Valiente y Magdalena Pueyrredon de Ituarte, las tías de Prilidiano el retratista y pintor de magnificas escenas de nuestro campo, que también fue productor rural.
Rosita, Fina, Lara, Bissie, Chispa y Kimba son otros de los dibujos, en este caso los perros, abundan igualmente unos cuantos repollos, y los óleos de las simpáticas casas fueguinas que comentaba quedan en el camino a su campo, lo que nos hizo decirle “las hacés de pasada”.
Cuentan que el Papa Julio entró ofuscado a la Capilla Sixtina e interpeló a Miguel Ángel que bajo desde lo alto, en se momento se le cayó un pincel que el Pontífice recogió del suelo, siguió con su protesto y se retiró. Un cardenal que lo acompañaba asombrado del gesto de haber puesto el Papa rodilla en el suelo, le dijo que si a uno de ellos se le caía el birrete no se iba a inclinar a recogerlo, a lo que le replicó: “Es que yo puedo hacer todos los cardenales que quiera, pero a los artistas los hace Dios”.
Por eso bien dice la grande Ini con la humildad de los grandes al final de sus palabras de presentación: “No hay nada comparable a la sensación que produce el haber logrado una obra que nos satisface. A veces, al tomar un poco de distancia, parecería imposible que aquello que estoy viendo hubiera salido de mis propias manos…”
La muestra permanecerá abierta hasta el 25 de agosto, de 11.30 a 20 horas y muchas tardes la artista estará para dialogar con el público.