El verano reactiva la presión por un cuerpo idealizado, llevando a dietas restrictivas y ansiedad

La necesidad de la aceptación corporal

Cada vez hay más niñas de menor edad con trastornos alimentarios a menor edad debido a la influencia digital. Los cambios corporales a partir de los 45 años también despiertan el interés por un nuevo autodescubrimiento.

La inminente llegada del verano trae consigo no solo el calor, sino también la implacable "operación playa" y la presión social por alcanzar un cuerpo idealizado. En un contexto donde las dietas restrictivas y la ansiedad por "estar flaco" son la norma, los especialistas en nutrición y los psicólogos alertan por la necesidad de cambiar el paradigma de cómo las personas se vinculan con su cuerpo. 

Hace pocos días, la noticia de un padre que denunció en los medios que ChatGPT dio instrucciones a su hija adolescente de 14 años sobre dietas extremas y cómo vomitar generó indignación. Sin embargo, esta realidad también fue mostrada en los resultados de la Encuesta Kids Online Argentina 2025, realizada por UNICEF/UNESCO a 5.910 estudiantes de 9 a 17 años, en que se mostró que el contenido potencialmente dañino más visto por los NNyA es aquel relacionado con “formas para adelgazar o ser más flacos/as”, con un 67% de exposición. 

Más allá del grupo etario, los problemas relacionados con la alimentación y la autopercepción del propio cuerpo también alcanza a personas adultas. En el año 2022, la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba) publicó un informe que revela que el 70 por ciento de las mujeres en Argentina no está conforme con su cuerpo y que el 60 por ciento quiere adelgazar. Desde la entidad advierten que las redes sociales y la industria de la moda afecta considerablemente los trastornos de conducta alimentaria. 

Ante esta compleja realidad,La Prensa dialogó con la psicóloga Mariana Laino, cofundadora de“@habitarmepsiconutrición”, sobre los desafios de cambiar radicalmente la perspectiva con la que el argentino se vincula con su cuerpo. 

“Estamos en una época donde tenemos tanta información para ser felices, donde hay tantos tips, herramientas, técnicas y hasta tenemos el acceso a la inteligencia artificial, pero cada vez nos estamos sintiendo más incómodos tanto la mujer, como ahora también el varón que lo está hablando más”, señaló Laino, quien junto a su socia Cinthia Lavecchia, que es nutricionista, trabajan desde hace 20 años en trastornos alimentarios, obesidad e imagen corporal. 

Luego agregó que “la profunda conexión entre la búsqueda de la delgadez y la violencia estética afecta especialmente a las mujeres”

Esta presión no es exclusiva de la juventud, sino que la madurez, especialmente después de los 45 años, trae consigo grandes cambios corporales que reactivan inseguridades y búsquedas de modificación corporal que quizás no se resolvieron en la adolescencia.“Por eso es importante visibilizar y ayudar desde otro lugar, que no sea la bajada de línea de dietas restrictivas. Hay que mejorar el vínculo con el cuerpo sin seguir lastimándolo”, señaló la psicóloga que propuso abordar las situaciones“que se viven desde una visión "psicológica y nutricional". 

MÁS ALLÁ DE LA APARIENCIA 

Para ello, la especialista destacó que “es fundamental entender qué es realmente la imagen corporal, que no es solo cómo luce mi cuerpo”. 

Una de las herramientas centrales para cambiar esta autopercepción es el Body Image Program (BIP), que está asociado al Body Image Positive. Este programa aborda la imagen corporal desde una perspectiva mucho más amplia que la mera apariencia física.“Generalmente, la imagen corporal se concibe como una fotografía interna de nosotros, como aquello que me imagino al cerrar los ojos. Pero siempre pareciera que esa representación se centra en algo de cómo lucimos y relacionado al tamaño. Pero hay que entender que la imagen corporal también es mi piel o cómo agarro un vaso", destacó Laino. 

El BIP incluye técnicas activas y cuestiones conductuales en lo cotidiano que ayudan a tener una mejor vinculación con la imagen corporal. Una de las intervenciones más importantes es detener el"fat talk", referido a cualquier comentario sobre comidas y cuerpos. La especialista explicó que, en los grupos de amigas, las mujeres suelen hablar de la última dieta de moda, el tratamiento que están haciendo o cómo luce el cuerpo de las demás. O incluso hacer o recibir comentarios como "Ay, qué linda, estás más flaca"

El BIP propone intervenciones para detener esta dinámica, desde desviar la conversación o manifestar que un comentario está incomodando, hasta elogiar a los demás por su energía o sus ideas. 

En tanto, la psicóloga destacó que esta práctica es crucial porque plataformas como TikTok e Instagram han generado "una incomodidad con la imagen corporal terrible al mostrar cosas no reales" con filtros y modificación. 

“Llevo 20 años de experiencia trabajando en este campo. Anteriormente, las pacientes solían llegar a consulta coincidiendo con eventos significativos, como el cumpleaños de 15, preocupadas por el vestido. Pero ahora, la realidad es diferente ya que estamos recibiendo a niñas cada vez más jóvenes con trastornos alimentarios. Esto se debe a que, en los últimos tres años, la aparición masiva de plataformas ha generado una terrible incomodidad y presión respecto a la imagen corporal”, señaló Laino. 

Luego agregó que“esta presión también afecta intensamente a mujeres que están atravesando la menopausia. La información constante que se recibe es siempre la misma y determina que "Tenes que estar bien" y "Tenes que tener ganas de estar bien". Pero ¿qué pasa si simplemente no tengo ganas? Si sencillamente siento que no tengo el deseo ni la motivación para ir al gimnasio. Existe una presión abrumadora sobre el "querer estar bien". Además, un fenómeno emergente en la consulta, similar a esta exigencia, es la aparición de temas relacionados con la inteligencia artificial”. 

HERRAMIENTAS 

El mensaje central de Habitarme, y quizás el más impactante en una sociedad obsesionada con el "quererse", es que "a pesar de no querernos, no te lastimes". No castigarse también significa no entrar en dietas destructivas o en el descontrol del"ya fue". Laino sugirió tener un "kit de supervivencia" o"botiquín de ropa" en casa como prendas cómodas que hacen sentir bien, para sostenerse. Es fundamental tener paciencia y ser pacientes con nosotros mismos. 

Por otra parte, en este enfoque integral de cuerpo y mente, la psicóloga abordó también dos herramientas para manejar el estrés y la ansiedad. Así, el Mindfulness Eating es una técnica específica de atención plena que propone estar en contacto y focalizar la atención de forma consciente en lo que estamos haciendo al comer. También se encuentra el Biohacking, que consiste en volver a lo natural para "hackear el cerebro" y limpiar la sobreinformación. Incluye prácticas sencillas para reducir la ansiedad y tener un mejor vínculo con ella como cambiar la postura corporal, realizar pausas de cinco minutos para estar al sol. 

Frente a la frustración de no poder sostener un cambio de hábito, Laino enfatizó que son posibles. El error es esperar que el avance sea siempre"para arriba", cuando en realidad es una espiral, con subidas y bajadas. Un cambio de hábito puede ser ir al gimnasio una vez por semana y“está perfecto, en lugar de intentar ir cinco veces y no lograrlo”. 

La enseñanza de este cambio radical "No es quererse porque te dicen que lo hagas sino porque la persona aprenda a hacerlo y, también, plantearse ¿Qué podés hacer cuando no te querés?". Un mensaje positivo y real que desafía la dictadura del cuerpo de verano.