La mitología griega desde el absurdo

Pablo Gorlero escribió y dirige ‘La minoica’, un nuevo musical que debuta en el teatro Picadilly. La obra aborda el mito de Teseo y el Minotauro explorando temas como la soledad, la humanidad y el tiempo.

Desde hace varios años el nombre de Pablo Gorlero se convirtió en una suerte de sinónimo de la comedia musical, pero además hay que decir que es un director que se atreve a jugar con sus espectáculos y propone temas diferentes o abordajes distintos a lo que estamos acostumbrados a ver dentro del género. Tal como lo va a hacer ahora en ‘La minoica’, que los miércoles a las 20.30 se presentará en el Picadilly.

“Es una obra con la que se van a reír mucho porque está narrada desde el género del absurdo y tengo entendido que no muchas veces el teatro musical abordó ese otro género. A través del humor se cuenta el mito de Teseo y el Minotauro, que de alguna manera desemboca en un final existencialista, más vinculado hacia la lectura que Borges y Cortázar hicieron de ese mito en sus escritos”, dice Gorlero.

Explorando temas como la soledad, la humanidad, el tiempo y la búsqueda de significado en una existencia aparentemente interminable, la obra con música original de Martín Bianchedi y coreografías de Vero Pecollo se pregunta quién es el verdadero monstruo dentro de una sociedad.


PARA REFLEXIONAR

-¿Por qué eligió hablar de mitología?

-Porque me encantan la mitología griega y romana. Un día, charlando de esto con uno de los actores, Agustín Iannone, dijimos “por qué no hacer un musical sobre algún mito griego”, y salió el tema del Minotauro. Al toque me puse a escribir y me salió rápido, viste que hay épocas en las que uno está súper inspirado. Se dio todo muy rápidamente.

-¿Le interesa que la gente además de entretenerse aprenda viendo sus obras?

-Sí, me atrae la idea. Me interesa siempre dejar cosas en el espectador, ideas flotando, que aprendan a lo mejor algo que no conocían. Este espectáculo está dirigido también a un público joven; entonces, pensar que termina la obra y van a buscar información de este mito o de sus reinterpretaciones me deja absolutamente feliz. La obra tiene un propósito que es dejarte pensando sobre quién es el monstruo en esta sociedad. Si el monstruo es el que realmente nos dicen que es quienes manejan los hilos, o si tal vez el héroe que dicen que nos viene a salvar no es, precisamente, el que nos representa.

-¿Para usted quién es el monstruo?

-En lo que tiene que ver con la obra lo dejo a interpretación del espectador. Lo que muestro ahí es que el Minotauro puede no ser el monstruo que el rey Minos dice que es. Si me hablás de la sociedad, yo creo que muchas veces el monstruo no es el que nos dicen los medios de comunicación ni quienes nos gobiernan.

-A la hora de dirigir, ¿qué privilegia cuando elige a los actores?

-Primero, que sean buena gente. Parece que no fuera tan importante pero lo es.

-¿Y es difícil encontrar buena gente dentro del medio?

-No, hay mucha gente buena, pero si tenés un elenco grande como este, y todos tiran para el mismo lado y tienen buena onda se hace todo mucho más fácil. Después, busco que sean muy buenos actores; más allá de que en el musical se necesita que canten y bailen, mi prioridad es que sean buenos actores.


“Mientras haya espectadores, que los hay, vamos a seguir haciendo teatro”, declara Pablo Gorlero.

HACER JUGAR

-¿Por qué decidió trabajar sobre el absurdo?

-Porque no es un género abordado por el teatro musical y tenía ganas de hacerlo. Me gusta meterme en desafíos nuevos. En estos tiempos en los que es tan difícil hacer teatro sin apoyo estatal, sin subsidios ni nada, dije: “vamos a jugar y a hacer una obra de teatro desde el absurdo”. Es una obra de teatro pobre porque lo que va a ver la gente es a un grupo de actores que a su vez hace de un grupo de actores que representan un espectáculo con lo que tienen, es decir, el mar puede ser una sábana y el pasto, un escobillón. En ese sentido, me parece que está bueno hacer jugar a los actores con su imaginación y de una manera muy lúdica en la construcción de los personajes, y también hacer jugar al espectador y activar su imaginación.

-¿Cómo ve la situación del teatro en un contexto tan complicado a nivel socioeconómico?

-El teatro siempre sobrevive a todos los tiempos porque los artistas tenemos la necesidad de expresarnos y de hacer. Si nos quedamos en casa deprimidos es peor. Entonces se hará teatro de la mejor manera posible, pero la intención es seguir haciéndolo, aunque sea trabajoso y aunque intenten impedirlo. Sí es más difícil vivir de esto, sí es más difícil hacerlo con poco dinero, porque todo requiere algo de plata, pero mientras haya espectadores, que los hay, vamos a seguir haciendo teatro.

-¿Cómo ve al público con respecto a los musicales?

-Bien, casi todos los musicales que están en cartel están funcionando. Creo que antes, hace veinte años, el musical tenía un público muy de gueto, pero ya a esta altura el público teatral entendió que el musical es un género teatral más, como lo es el absurdo, la comedia, el drama o el sainete. En ese sentido, ya no hay paredes que dividan al musical del resto del teatro.


EN CARTEL

Por estos días, Gorlero está dirigiendo cuatro espectáculos en simultáneo: ‘Alma Mahler-Sinfonía de vida, arte y seducción’, que se presenta en el Centro Cultural de la Cooperación; ‘Gayola en París’, en Patio de Actores, y ahora se suman ‘La minoica’, con Agustín Iannone, Patricia Browne, Santiago Leguizamo, Rocío Caldés, Damian Iglesias y Matías Asenjo, entre otros, y ‘El zorro, el labrador y el buen hombre’, una obra para toda la familia que se verá desde el sábado 22 en el Teatro del Pueblo.

-¿Se siente un privilegiado de tener tantas obras en cartel?

-No sé si esa es la palabra. Me siento contento de poder hacer lo que hago. Sería un privilegiado si ganara mucha plata (risas), pero bueno, todavía no puedo vivir de esto, aunque no me va mal. Insisto: ya poder hacer cuatro obras de teatro y que a través de ellas otros artistas puedan tener laburo es maravilloso. Es mi manera de decirle a este momento social “mirá, aunque no me dejen, sigo haciendo”.