“La medida del Gobierno es cortoplacista”

El anuncio sembró confusión en el mercado. Hubo alta volatilidad en la semana. Reina la incertidumbre en torno a si la estrategia logrará bajar la brecha cambiaria. ¿Es el preludio a la salida del cepo? Gabriel Caamaño Gómez, socio gerente de Ledesma, analiza el escenario.

Afín a su estrategia de guerra relámpago, el Gobierno lanzó el pasado fin de semana una medida de política monetaria destinada a reducir la brecha cambiaria, que se había estirado luego del repentino aumento del dólar en todas sus variables de mercado.

La decisión sembró confusión entre los expertos. Hubo quienes, optimistas, leyeron el movimiento como un preludio para la salida del cepo cambiario. Es decir, si la brecha se achica a partir de la precipitación del dólar Contado con Liquidación (CCL), pues entonces al momento de sacar el candado no habría un pronunciado salto del precio de la divisa desde el renglón oficial.

La pregunta del millón es si ese es el objetivo principal y, sobre todo, si la medida monetarista puede alcanzar el efecto deseado en pos de normalizar el funcionamiento de la economía.

“Mi evaluación es que la medida me parece que es mala porque es cortoplacista. Me parece contradictoria con el diagnóstico que venía sosteniendo el Gobierno. Con lo cual me parece negativo. El Gobierno venía diciendo que la emisión de pesos para comprar dólares no era expansiva y ahora parece que sí lo es. Y también decía que no había suficientes pesos como para justificar ese nivel de brecha y ahora parece que de repente hay sobrante de pesos. Es una contradicción. Es cortoplacista porque se enfoca en una sola variable, que es la brecha”, recalca el economista Gabriel Caamaño Gómez, socio gerente de la consultora Ledesma.

“Por más que digan que se trata de esterilizar pesos, existen mil formas de esterilizar que no es vendiendo dólares en el paralelo -recalca-. Está claro que el objetivo es bajar la brecha, pero eso es una consecuencia, no es algo en sí mismo. Están yendo al síntoma, que es de corto plazo. Después surge el para qué. Uno podría obviar todo esto si quedara claro el para qué del asunto. Por ejemplo, para salir más rápido del cepo, pero eso no está claro”.

-¿Si baja la brecha esto podría ser el preludio de la unificación cambiaria?

-Tampoco lo explican ni dan señales, con lo cual tampoco parece que el mercado lo está interpretando en ese sentido. No termina de cerrar por ahí. La forma en que se comunicó la medida también fue mala. El presidente lo anunció durante el fin de semana en una entrevista, después tuvo que salir Caputo (Luis) a aclarar por redes sociales lo que el presidente había dicho. Estuvieron todo el fin de semana dando más precisiones y explicando de qué se trataba todo esto. Todavía estamos terminando de entender cómo funcionaría el mecanismo.

-Había cierto grado de confusión entre los especialistas. Algunos decían que facilitaría la salida del cepo y otros que íbamos hacia una crisis mayor.

-Creo que al día de hoy muchos no terminaron de entender o tienen visiones distintas de cómo funcionaría el esquema. Porque también hubo versiones encontradas de parte del Gobierno. Un día decían una cosa y otro día, otra. La forma de comunicar fue contraproducente. Genera la sensación de improvisación, que van detrás de los acontecimientos. No era algo planificado. Algo planificado se comunica de otra manera. Lamentablemente es negativo. Sigo teniendo la esperanza de que en algún momento haya un para qué bueno que compense todo eso. Todavía no llegó.

 

LA BRECHA

-¿Puede fallar y que finalmente, pese a la venta de divisas, la brecha no baje?

-Ese sería el desenlace negativo más rápido. No creo que no la bajen, puede ser que la bajen menos de lo que ellos querían. O que salga muy caro bajarla, que sea poco eficiente. La brecha la van a bajar, el tema es el costo. Es un tema de eficiencia. Por ahora es un costo alto teniendo en cuenta adónde se fueron los bonos y hasta dónde se fue el riesgo país. Tampoco creo que no hayan visto lo de los bonos. De hecho, el domingo salieron a amortiguar un poco con otros anuncios. La discusión va a ser sobre la eficiencia.

-¿Por qué en esta estrategia de política monetaria no juega la tasa?

-Porque todo esto tiene una carga ideológica. Le pusieron demasiada carga ideológica. De hecho, no hay exceso de pesos. El M3 en pesos constantes está en mínimos desde la Convertibilidad. De la forma que sea, con esta cantidad de pesos, la tasa reacciona al alza de forma rápida. Y es lo que ya empezó a pasar. Tenemos algo de suba de tasas. Era menos costoso para la actividad que suba la tasa. Si van a hacer algo para que suba la tasa, el mecanismo este de transmisión es más largo y choca con un montón de rigideces que todavía siguen existiendo. Con estas rigideces lo mejor es hacer el camino más corto, no el camino más largo. Ocurre que un instrumento como la tasa, que no debería tener carga ideológica, está ahora cargado de ideología negativa.

-El objetivo es bajar también el riesgo país para atraer inversiones. ¿El mercado no está leyendo eso?

-La medida que tomaron no iba a bajar el riesgo país porque implica gastar reservas en un momento en que las reservas del Banco Central siguen siendo negativas. Tampoco están los dólares para pagar los vencimientos de enero y no está claro de dónde van a salir. Mete ruido también la negociación con el Fondo por un nuevo acuerdo que incluye un tramo de financiamiento neto. Por todas esas razones era bajista para los bonos.

-¿Cómo piensa que el FMI analiza esta medida?

-Cuando el Gobierno toma una medida y al rato el Fondo no sale a apoyarla, ya es mala señal. El silencio del Fondo no es bueno. Si calla es que no gustó.

-¿Aparecerá el incentivo para que el agro liquide?

-Venía liquidando. Han instalado ese tema que es una locura. La agroindustria estaba vendiendo dólares en línea. En julio venía acelerando respecto incluso de junio. De hecho, después de la medida el ritmo de liquidación bajó, no subió. Yo no veo que esto vaya a acelerar la liquidación de dólares del agro. Algún analista pudo haberlo pensado pero no creo que el Gobierno lo haya enfocado así.

 

CRECIMIENTO

-Saliendo de este escenario cambiario. ¿Qué proyecta en materia de crecimiento?

-A la economía le viene costando la recuperación. Estaba más para una pipa que para una V. Ahora esto, si realmente va a generar una contracción monetaria mayor con su correlato en la suba de la tasa, eso le va a sacar más fuerza a la recuperación. Ya el mismo ruido de las medidas, de la brecha más alta, del gobierno interviniendo, la suba del riesgo país, toda ese ruido e incertidumbre ralentiza más. Si alguno estaba pensando en cambiar el auto, ahora espera un poco. Si finalmente tenemos una contracción mayor de la cantidad de pesos y una suba de la tasa por esta vía, probablemente la apuesta del Gobierno a que el crédito dinamice un poco no sea tal. Se de en una menor medida. La recuperación va a ser más lenta. Es difícil igualmente pensar en una fuerte recuperación hasta que no resolvamos el nudo del cepo. Siempre fue el nudo, es decir que el partido siempre fue generar las condiciones para normalizar la economía. Se hicieron muchas cosas, pero no eso.

-¿Hoy están dadas las condiciones para quitar el cepo o sería de alto riesgo?

-En abril, cuando había la misma cantidad de reservas negativas que ahora después de haber hecho estos pagos, se podría haber salido. Ahora, con el ruido de las últimas medidas, es medio complicado salir. Con el clima que se generó y el riesgo país subiendo… Ahora hay que esperar un acuerdo con el Fondo. Pero eso se va complicando y el mercado piensa que vamos a tardar más en salir del cepo, no menos. En realidad no se necesitan reservas netas positivas para salir. Eso en todo caso condiciona la forma en la que quieren salir del cepo. El Gobierno quiere salir del cepo de una forma particular: no devaluando y sin usar la tasa de interés. Quiere que el CCL (Contado con Liquidación) converja con el oficial. Entonces para esa forma de salir sí se necesita mucha más liquidez en moneda extranjera. Si estuvieran dispuestos a que, por el contrario, el oficial converja con el Contado con Liquidación, y estuvieran dispuestos a utilizar la tasa de interés como en diciembre de 2015, entonces no se necesitan tantas reservas.

-Pero impactaría por el lado de la inflación, la conquista del dígito.

-Claro, pero esa es otra cuestión. Pusieron cosas que son consecuencia antes de las causas. La baja de la inflación debería ser el resultado de haber normalizado el funcionamiento de la economía, de haber ajustado los precios relativos, haber armado un esquema monetario y cambiario sustentable y que entonces la inflación baje. Pusieron la baja de la inflación antes de buena parte de estas cosas. Incluso, algunas quedaron subordinadas a la baja de la inflación. Se subordinó lo que deberían ser las causas a lo que es la consecuencia. Ahí es adonde se empieza a armar el nudo. Por eso todo esto es cortoplacista, porque se empiezan a enredar. Y eso es lo que mira el mercado. ¿Es una tragedia? No, no lo es. El Gobierno lo puede solucionar, pero tiene que hacerlo. Si en algún momento se empiezan a desanudar, el mercado lo verá de manera positiva.

ES EL PRESIDENTE PERO NO DEJA SU ROL COMO ECONOMISTA

El doble juego de Javier Milei

-Hace 10 días en la Bolsa Javier Milei dio una clase de 1 hora. ¿Cómo lo ve en su rol de presidente de la Nación pero también como economista?

-En economía decir que la demanda de pesos no depende de la tasa de interés es quitarle el premio Nobel a más de la mitad de los economistas que lo recibieron a lo largo de la historia. No tiene mucho sentido.

-¿Que sea economista le brinda un plus en este momento complejo?

-Lo mejor que puede hacer es dedicarse a ser presidente. Le va mucho mejor cuando se dedica a ser presidente. Yo no lo cuestiono cuando viaja y se transforma en el primer embajador, cuando sale a vender la Argentina. Me parece que le va mucho mejor cuando hace eso, incluso en términos políticos, que cuando se pone a dar clases de economía. Me parece que en ese rol genera mucho más rechazo, la gente no lo entiende. Produce un mayor impacto positivo a través de sus definiciones políticas, aunque sean extremas, cuando sale a vender la Argentina como marca, que cuando se pone a pelear con otros economistas. La mayoría de las veces en que lo toman para la chacota es cuando se pone a hacer eso. Le suma más el otro rol. Al fin y al cabo él es el presidente, debería hacer eso. Para algo tiene al ministro de Economía y a su equipo. Después, él hace lo que quiere. Si quiere sacarse las ganas de dar clases de economía, es su decisión. Pero le va mejor cuando se enfoca en las definiciones políticas.