La liebre saltó en el lugar menos pensado

La derecha y la centroderecha liberal han dejado pasar la oportunidad de alzarse con el poder y tomar las riendas del país. El tren no pasa dos veces. Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza  erraron el vizcachazo. Creyeron que el kirchnerismo había muerto y no,  reapareció en otra esquina. Travestido. 

Había entre ellos un terreno cultural en común y sin embargo no cultivaron allí, por el contrario echaron sal  como Roma hizo con Cartago. El mundo ha mostrado que la derecha constitucional republicana es una posibilidad de gobierno creíble y eficiente. Ahora, en la Argentina,  es otro tiempo. 
El enemigo era el espacio cultural del estatismo, la sustitución, el despilfarro, la corrupción y el viva la pepa con la delincuencia, el narco y el caos, pero ellos discutían menudencias frente a la catástrofe kirchnerista.  Una lástima, el statu quo ha ganado y prevalecerá el inmovilismo.

UN ROL IMPORTANTE

De todos modos pueden  darse por satisfechos, mínimamente han cumplido un rol importante, su presencia corrió el escenario político a la derecha obligando al peronismo a presentar un candidato  amigable con el  nuevo idioma.

Massa tendrá por delante, si efectivamente pretende arreglar los problemas autogenerados, implementar políticas más cercanas a las propuestas de los vencidos.  

En su espacio lo esperan agazapados los que creen que el progresismo no ha muerto. Tiene por delante un arduo combate. Por las dudas, cerró su acto acompañados por las familias hetero de los candidatos ganadores.