La inflación en Estados Unidos sumó su décima baja consecutiva


El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Estados Unidos encadenó su décima baja consecutiva en abril y registró una tasa interanual del 4,9%, anunció la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) dependiente del Departamento del Trabajo, lo cual allanaría el terreno a la Reserva Federal (FED) para que finalice su ajuste de tasas.

Con esta nueva moderación, la inflación anual estadounidense bajó una décima respecto de la de marzo, situándose por debajo del 5% por primera vez desde mayo de 2021.

El pico de la inflación fue en junio del año pasado cuando llegaba al 9,1%, un récord desde principios de la década de los 80.

El índice mensual, por su parte, mostró una suba de 0,4%, respecto del 0,1% de marzo.

Los analistas esperaban 5% anual y 0,4% mensual, según encuestas realizadas por la firma MarketWatch y difundidas por la agencia de noticias AFP.

Nuevamente, los precios de los alquileres y la renta –que representan un tercio del cálculo de la inflación y más del 60% del índice núcleo-, fueron los principales contribuyentes del índice, con 8,1% anual y 0,4% mensual, aunque marcó una baja respecto del 8,3% y 0,6% del mes anterior.

En la variación mensual, los autos y camiones usados –al contrario de los cero kilómetro que registraron un descenso- tuvieron una importante suba del 4,4% mensual, la mayor en casi dos años, pese a marcar una baja del 6,6% en la comparación anual.

LA ENERGIA

En lo que respecta a la energía –uno de los principales motorizadores de la inflación tras la guerra entre Rusia y Ucrania- el índice anual marcó una baja de 5,1%, pero la variación mensual tuvo un incremento de 0,6%, debido a que se registró una suba en la nafta que alcanzó el 3%.

El índice núcleo –que excluye los valores volátiles de la energía y los alimentos- se ubicó en 5,5% anual (-0,1 pp. respecto de marzo) y 0,4% mensual (sin cambios). Si bien los datos de ayer aún más que duplican la meta de la Fed de alcanzar una inflación del 2% anual, la moderación, pese a su lentitud, dará nuevos motivos para que la entidad monetaria no continúe con sus subas de tasas de interés en su próxima reunión del 14 de junio, postura que ya dejó entrever en el último ajuste de este mes.

Existe otro motivo para pensar ello: la Fed, tras la baja de los alimentos y la energía, comenzó a prestarle más atención a los servicios, cuyas subas habían sido causa de preocupación en meses anteriores.

Estos presentaron este mes una nueva baja pues si se quitan a los valores inmobiliarios y a la energía, sólo subieron 0,1% mensual y 5,1% anual, las menores cifras desde julio del año pasado, según cálculos realizados por la agencia Bloomberg en base a los datos oficiales.