La importancia del software con rostro humano

Como humanos cada vez más acostumbrados a interactuar con tecnología, usualmente sentimos que a esas interacciones les falta el toque necesario para ser, y sentirse, verdaderamente humanas. Las interfaces torpes y poco prácticas son un impedimento real para lograr esa fluidez, especialmente para aquellos que viven con discapacidades de distinto tipo. De estas cuestiones surge la carrera por desarrollar softwares que estén centrados en el ser humano (human-centered). Se trata no sólo de una  buena práctica empresarial, sino de una necesidad ética que tiene el respaldo de una legislación cada vez más estricta.

Un reciente estudio difundido por la empresa Progress arroja luz sobre los desafíos y oportunidades en este campo. Se trata del trabajo “Human-Centered Software Design: A State of the Marketplace”, para el que entrevistaron a 705 desarrolladores y tomadores de decisiones de IT en 13 países. El estudio reveló la existencia de una brecha entre la importancia reconocida del diseño centrado en el ser humano y su implementación real: aunque casi todas las organizaciones que participaron lo consideran importante, sólo una minoría lo está abordando de manera efectiva.

El diseño centrado en el ser humano implica poner a las personas en el centro del proceso de desarrollo, creando productos que se amolden a sus necesidades. Esto incluye aspectos como accesibilidad para personas con diversas habilidades y la creación de interfaces que sean más intuitivas y agradables. Sin embargo, para muchas organizaciones esta implementación se ha transformado en una lucha contra la presión del tiempo, la escasez de recursos, la complejidad del proceso y la falta de habilidades internas.

La falta de una acción decidida a favor del software con rostro humano tiene consecuencias importantes, ya que las personas con capacidades diferentes enfrentan barreras en el acceso a servicios digitales. Con la creciente importancia de la inclusión y la accesibilidad, las empresas que no adopten el diseño centrado en el ser humano corren el riesgo de perder clientes, ingresos y reputación.

Pasando a los números duros, el 97% de los encuestados confiesa estar experimentando desafíos en cuanto a la adopción del diseño de software más humano. Las áreas donde esta preocupación es más marcada es en la satisfacción de demandas del cliente, la complejidad del proceso de desarrollo de aplicaciones, la dificultad para medir la eficacia del enfoque centrado en el ser humano y la falta de inversión en herramientas y tecnología en esta área.

Las implicaciones de no seguir una estrategia de desarrollo de software centrada en el ser humano pueden variar, pero son todas malas para cualquier empresa. El estudio muestra que ignorar este imperativo puede resultar en la pérdida de clientes, impacto financiero, daño reputacional, dificultades en los esfuerzos de inclusión y diversidad, problemas de cumplimiento, riesgos de seguridad y gobernanza, así como también un perceptible decaimiento en la moral de la empresa.

Hay sin embargo consenso acerca de cuáles son las áreas que requieren una atención más urgente y eso es importante. Para empezar, el 56% afirmó que invertir en aplicaciones centradas en el ser humano es una de sus prioridades para los próximos 12-18 meses. Las áreas prioritarias incluyen capacitación y desarrollo de habilidades en torno a la centralidad humana y la accesibilidad, mejorar la colaboración entre equipos y encontrar enfoques rentables para diseñar, desarrollar y operar aplicaciones centradas en el ser humano.

De acuerdo a Progress, una experiencia digital convincente y centrada en el ser humano depende de cinco pilares: confiabilidad; facilidad e intuición de uso; agradabilidad; inclusión y accesibilidad para todos; y una funcionalidad que sea enriquecedora. Como punto de partida, estos pilares pueden servir como guía para el desarrollo de productos y softwares que allanen el camino de aquellos que buscan adoptar un enfoque tecnológico más centrado en el ser humano.