Aunque los presupuestos caen, Ryan Coogler logró un acuerdo inédito

La historia nunca contada del mejor contrato negociado en Hollywood en la última década

El impacto de la película ‘Sinners’ no se reduce a su rendimiento comercial. Lo que la pone en el podio es el pacto que el director firmó con Warner Bros.

POR ROCÍO TABOADA *

Especial para La Prensa


Mientras los grandes estudios recortan costos y priorizan algoritmos, Ryan Coogler logró un acuerdo inédito que reconfigura la relación entre creadores y corporaciones. Derechos recuperables, corte final y un éxito de taquilla inesperado lo convierten en el director más codiciado del momento.

La industria del cine atraviesa uno de sus momentos más delicados. Las ventas de entradas bajan en picada, los estudios reorganizan estrategias con el streaming como eje y los directores enfrentan un escenario donde las condiciones para negociar se endurecen. Sin embargo, en medio de este contexto, Coogler acaba de firmar lo que muchos consideran el mejor contrato de Hollywood en la última década. Lo hizo con su nueva película, ‘Sinners’, que superó todas las expectativas y se convirtió en un éxito global inesperado.

La película, protagonizada por Michael B. Jordan en el doble rol de Smoke y Stack, dos hermanos gemelos que regresan a Mississippi luego de combatir en la Primera Guerra Mundial, ya recaudó más de 330 millones de dólares en taquilla. Con esa cifra se posiciona entre las películas de terror más exitosas de los últimos años y podría entrar al Salón de la Fama del género si mantiene el ritmo.

En ese ranking competiría con títulos como ‘Scream’ (u$s 358 millones) y ‘A Quiet Place’ (u$s 440 millones ajustados), y supera ampliamente a otras como ‘Saw’ (u$s 180 millones) y ‘Actividad paranormal’ (u$s 293 millones).

CIMBRONAZO

Sin embargo, el impacto de ‘Sinners’ no se reduce a su rendimiento comercial. Lo que pone al filme en el centro de la conversación es el acuerdo que Coogler firmó con Warner Bros. Según trascendió, el estudio no solo le otorgó una parte de la venta bruta de entradas, antes de deducir costos, sino que también acordó que los derechos de la película volverán al director dentro de 25 años. Además, Coogler conservó el corte final, una condición que muy pocos logran en la industria.

Rocío Taboada.

Este tipo de contratos genera tensiones en el sistema de estudios. De hecho, productoras rivales expresaron su malestar a través de editoriales y declaraciones. El portal Vulture fue uno de los más críticos al afirmar que este pacto podría "terminar con el sistema de estudios tal como se conoce".
Pese al ruido, no se trata de una práctica completamente nueva: Quentin Tarantino logró algo similar en los años ‘90 con Miramax, y más tarde, con Sony, cuando aseguró que los derechos de ‘Había una vez en Hollywood’ volverían a él treinta años después del estreno. También lo hicieron Mel Gibson, Peter Jackson y Richard Linklater, aunque cada caso tuvo matices.

CARGA SIMBOLICA

En el caso de Coogler, el contrato adquiere otra densidad simbólica por su condición de cineasta afroamericano y por el contenido de la película. ‘Sinners’ se mete de lleno con temas como la propiedad de la comunidad negra en el sur de los Estados Unidos, la explotación laboral, la religiosidad y los lazos familiares.

Ambientada en el período de las leyes de Jim Crow, el filme muestra cómo la población afrodescendiente vivía segregada y sin derechos para negociar sus propios contratos. Muchos trabajaban en plantaciones bajo un sistema que ni siquiera les pagaba con dinero real sino con monedas válidas sólo dentro de esos espacios.

A esto se suma el foco que pone la película en la música negra y los abusos que sufrieron los artistas del blues. A muchos se les ocultó cómo funcionaban las regalías o directamente se los emborrachaba para evitar que firmaran contratos justos. Figuras como Bessie Smith o Robert Johnson representan esa historia de despojo. Este último, mito central en la narración de ‘Sinners’, es conocido por la leyenda que dice que vendió su alma al diablo a cambio de virtuosismo con la guitarra. Sus canciones todavía son interpretadas sin licencia por músicos como Eric Clapton, Led Zeppelin y Bob Dylan.

El acuerdo de Coogler no sólo da un giro en lo legal. También cuestiona el modelo actual de negocio que impera en Hollywood. El sistema, cada vez más dependiente del streaming, ajusta contratos según el valor de los catálogos. Las bibliotecas privadas de películas se volvieron el principal activo a la hora de vender o adquirir un estudio. Es lo que justificó la compra de MGM por 8.000 millones de dólares, donde el peso estuvo en sus derechos y licencias.

Por eso, que Coogler recupere los derechos de ‘Sinners’ dentro de 25 años representa una amenaza para esa lógica. En paralelo, Netflix también cambia las reglas con estrategias atípicas. Para el estreno de la adaptación de ‘Las crónicas de Narnia’, de Greta Gerwig, la plataforma anunció un lanzamiento en mil salas de cine de noventa países y en formato IMAX antes de llevarla a su catálogo. Es el movimiento más ambicioso en salas que realiza la empresa hasta ahora.

Al mismo tiempo, nombres como Matt Damon y Ben Affleck también presionan por acuerdos de propiedad de derechos de autor a través de su productora Artists Equity. Mientras tanto, Warner Bros., el estudio que respaldó ‘Sinners’, busca recuperarse tras varios fracasos en taquilla. Luego de las bajas performances de ‘Joker 2’ y ‘Furiosa’, el estudio apuesta por títulos como ‘Minecraft, la película’ y dos producciones de alto presupuesto: ‘One Battle After Another’, de Paul Thomas Anderson (u$s 160 millones) y ‘The Bride’, de Maggie Gyllenhaal (u$s 100 millones).

El tiempo dirá si el sistema puede adaptarse o si se abren nuevas reglas de juego. Lo cierto es que el modelo que propone Coogler ya está generando repercusiones. Algunos ejecutivos lo ven como un riesgo que puede debilitar el poder de los estudios. Otros, como una oportunidad para revitalizar el cine de autor. Lo que ocurra con ‘Sinners’ podría marcar el camino de futuras negociaciones. Mientras tanto, en un contexto de incertidumbre, la película y su contrato escriben un capítulo singular en la historia de Hollywood.

* Productora audiovisual.