Diez mil chicos pueden quedarse sin clases por la grave situación financiera que atraviesan 200 establecimientos privados

La educación bonaerense en jaque

Los establecimientos solicitaron asistencia urgente al Ministerio de Educación provincial, pero no recibieron respuesta. La dramática situación provocó que varias entidades avisen a su comunidad sobre la posibilidad de un inminente cierre.

“Hay 200 escuelas privadas que nos manifestaron que están en crisis financiera y de esas hay 30, que, si continúan en esta situación hasta fin de año, van a cerrar sus puertas. Nosotros hicimos un cálculo que muestra que son 10.000 chicos y 1.100 docentes los que se verán afectados si estos establecimientos de enseñanza privada llegan a no continuar con sus actividades educativas en la provincia de Buenos Aires”, resaltó a La Prensa Martín Zurita, titular de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la provincia de Buenos Aires (AIEPBA).

En Ezeiza, la Nueva Escuela Spegazzini espera una urgente asistencia de la provincia de Buenos Aires para seguir funcionando.

De esas 200 instituciones, con distinto riesgo en su funcionamiento, 53 son maternales, 158 de nivel inicial, 147 de primaria, 134 de secundaria, 16 de grado superior y siete de modalidad especial.

Según el relevamiento, la mitad de las instituciones tiene entre un 20 y un 30 por ciento de morosidad en el pago de las cuotas. Asimismo, el 45 por ciento no podría trasladar la totalidad de los últimos aumentos salariales a las familias, ya que estas no podrían soportar tales incrementos. “Cada vez se amplía más la brecha entre lo que pueden cobrar los colegios y los incrementos en costos salariales. Entre lo que no se pudo recuperar de 2023 y el acumulado del 2022, la pérdida de capacidad de financiación por cuota mensual está un 27% por debajo del costo que tienen que afrontar los colegios para pagar los haberes de maestros y profesores”, explicó Zurita. Al respecto, cabe destacar que “entre el 80 y el 90 por ciento de la conformación de la cuota de un colegio privado es costo laboral”.

En Aiepba muestran las variables que complican el ejercicio diario en las instituciones. Entre diciembre de 2021 y mayo de 2023 los sueldos subieron 197,8%; la inflación según Indec fue del 177% y cuotas de institutos, 143,8%.

“Entonces, el límite ¿cuál es? La familia, la comunidad. La familia está tan exhausta porque no te aumenta solamente la cuota del colegio privado”, se lamentó Zurita.

En tanto, el 56 por ciento tiene deudas con el Instituto de Previsión Social (IPS) de la provincia y el 35 por ciento con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). De ese total, la mitad generó el pasivo a partir de la pandemia. En consecuencia, el 43 por ciento de los colegios proyecta disminuir personal de administración y/o maestranza.

No todos los municipios contarían con matrícula escolar estatal para absorber a los alumnos que se vayan de los colegios privados.

ESPERANDO RESPUESTAS

Los representantes de Aiepba enviaron a la Dirección General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires un informe y pidieron "soluciones y trabar en conjunto", ya que "hay una diversidad de realidades que ameritan medidas distintas. Las escuelas de gestión privada están atravesando una situación delicada y existe riesgo de cierre parcial o total".

"La educación de gestión privada es un sector fundamental para el sostenimiento de la educación en la comunidad, que actualmente requiere un salvoconducto", sostuvieron desde el organismo.

“Nosotros elevamos una nota al ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, donde dijimos que estamos a disposición para ayudar, inclusive dar ideas de qué es lo que se podría hacer. Estas escuelas necesitan oxígeno. Así como se le está dando asistencia a tantos sectores productivos que realmente lo necesitan, hoy lamentablemente es la educación privada que está en una situación critica, aunque no en todo el universo porque es muy heterogéneo. Pero estas 200 escuelas necesitan ayuda, su situación es urgente”, ratificó el titular de AIEPBA.

Luego agregó que: “en toda la provincia hay un millón y medio de alumnos en las escuelas privadas y en muchos lugares no se puede absorber la matrícula en la gestión estatal. Ya vimos lo que sucedió con el cierre que hubo en la pandemia de un montón de jardines maternales de gestión privada que luego nunca más abrieron y el Estado tampoco tiene espacios para que vayan esos chicos. Eso, generalmente, termina perjudicando a la familia que trabaja y que no sabe dónde dejar a su hijo porque no tiene oferta educativa”.

UNO DE LOS CASOS

En tanto, se dio a conocer hace pocos días la noticia de un establecimiento de Avellaneda con más de 700 alumnos que anunció que dejará de funcionar a partir del próximo ciclo lectivo.

Se trata del Instituto Modelo del Sur (IMSA), que ya comunicó a las familias educativas la “difícil” decisión de no abrir sus puertas en 2024, porque no pueden asumir costos de funcionamiento y vienen acumulando importantes deudas. Una triste noticia mientras se sigue esperando una respuesta a la crisis financiera en la educación privada.

Las autoridades del IMSA anunciaron el cierre de ese establecimiento educativo y se ven afectados 700 chicos de los tres niveles.

EZEIZA

“Tengo 40 años de docencia, de los cuales 20 años fui directora en dos instituciones en el Estado. Después de jubilarme y llegar a esta escuela que me pareció muy especial. Acá se ocupan de lo que realmente importa, que es la parte pedagógica y se pueden ir visualizando los niños que tienen alguna dificultad. Tenemos muchos proyectos y se puede estar atento a ellos porque es una escuela muy inclusiva”, afirmó a La Prensa María del Rosario De Sarro directora del nivel primario de Nueva Escuela Spegazzini, en Ezeiza.

Desde que asumió el mando en la institución, De Sarro brindó prioridad a la contención dado “lo que significa para las familias que los niños no pierden un solo día de clases. Eso también es muy importante, porque la continuidad pedagógica en esta escuela nunca se descuidó”.

Durante la pandemia el colegio hizo un gran esfuerzo en preservar a los alumnos y a los docentes cuando “dábamos prácticamente las cuatro horas de clase a través de la plataforma Meet. En ese momento, si bien se incluyeron algunas nuevas familias a la institución, empezó el problema del pago. Este año, con los últimos aumentos y, pese a que no todos fueron transferidos a las familias, hemos tenido una merma en la matrícula debido a que se han ido algunos alumnos al Estado. Además, aún con el esfuerzo que hacemos para no incrementar la cuota, tenemos más de un 35% que no paga. Esto hizo que la escuela, intentando siempre cumplir ante IPS y la AFIP que iban mandando todo el tiempo intimidaciones y con quienes se hicieron planes de pago, solo pueda hoy pagar los sueldos. No alcanza para más”, se lamentó la docente. Su vocación pedagógica la impulsó a mantenerse estoicamente frente a la institución para seguir asistiendo a la comunidad de familias, en su mayoría con trabajo informal y muy golpeada por la crisis, y a las docenas de chicos cuyo futuro escolar depende de que siga abierto el establecimiento.

Cabe destacar que dos años atrás tuvieron que cerrar el turno tarde y pese a que la mayoría se pudo reubicar en el periodo matutino fue complejo para la dinámica laboral familiar. Además, la cantidad de vacantes en los establecimientos cercanos no abarcaría la totalidad del alumnado si llegara a cerrar la escuela.

APORTE ESTATAL

En tanto, este último viernes se tenía planeado realizar un abrazo simbólico a la institución. Sería un momento de apoyo comunitario en el marco del desarrollo de la tercera maratón de lectura. La jornada parecía agridulce, pero un comunicado de último momento trajo un poco de oxigeno cuando De Sarro fue notificada desde el municipio de Ezeiza que el intendente Gastón Granados “personalmente” se estaría contactando con el ministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, para impulsar la solicitud de un aporte estatal.

Un dato llama la atención, en 2021 la escuela obtuvo un criterio favorable, luego de realizarse una inspección por parte de la Dirección General de Cultura y Educación, para ser elegida como destinataria de un aporte estatal. Al día de hoy, ningún funcionario del área educativa se acercó con alguna noticia respecto a esto, a pesar de la dramática situación en que están aunque, en tiempos electorales, una solución pueda surgir en las próximas horas.

“Nosotros abrimos la escuela y mi nena empezó primer grado en el 2017. Cuando la vine a anotar no había nada y pensábamos que la escuela no llegaba, pero con mucho esfuerzo se logró. Es triste que se pueda llegar a cerrar con todo el sacrificio que ellos hacen día a día más allá de que es una institución que nos abre las puertas cada vez que se necesita algo. Sea en casos particulares o generales, siempre están receptivos a escuchar a las familias”, resaltó a La Prensa Paola Rigui, mamá de una alumna de la escuela.

Junto a ella se encuentra Jessica Caputo, también mamá de una adolescente que va al secundario, que señaló a La Prensa que:“pensar que ellos se tengan que separar de todos sus amigos y dividirlos en distintos colegios, no va a ser lindo. Además, nosotros comparamos con otras escuelas y lo que es el nivel, no nos podemos quejar. Sería muy feo bajarlo por paros en las clases”.

MONTE GRANDE

El compromiso con la comunidad también es lo que hizo que desde 1989 el Complejo Educativo Vicente Francisco Saperi, en Monte Grande, brindara un proyecto de inclusión comunitario. Primero con una guardería maternal, luego con un jardín y, mientras se juntaba cada peso que se podía para destinarlo a la iniciativa educativa, se fueron adquiriendo nuevos espacios para construir una primaria y secundaria que hoy albergan un total de 547 chicos.

Ubicado en Pellegrini 1751, el Saperi está orientado en educación artística y comunicación audiovisual. El emprendimiento familiar, fundado por Silvia Saperi, hoy es dirigido legalmente por una nueva generación encarnada por su hijo Maximiliano Puerto quien con determinación trabajó junto al equipo directivo para mantener las clases durante la pandemia y, actualmente, son quienes intentan continuar con la institución sin bajar los brazos.

“Es durísimo ver esta situación y atravesarla, más que nada, porque estamos medio a la deriva, tratando de golpear puertas por todos lados. Yo le mandé una nota a Kicillof y he hablado con la titular de la Dirección de Educación de Gestión Privada sin recibir ninguna respuesta”, explicó lamentándose Maximiliano. La institución cuenta con 99 empleados y da clases en jornada extendida.

“Nosotros hasta el 2019 no habíamos presentado papeles pidiendo la subvención, porque veíamos un progreso y tampoco queríamos quitarle la oportunidad a algún colegio que realmente lo necesitara. Pero durante ese año empezamos a notar una baja de matrícula y después con esto de la pandemia aumentó la morosidad, deudas incobrables a distintas familias y gente que se ha quedado sin trabajo. Nuestra comunidad también es muy familiar y nos conocemos mucho con un vínculo cercano. El nuestro es un colegio integrador cien por ciento”, aseguró el directivo.

Para Sol Bonaiuto depositar la confianza en una institución donde cuiden a sus dos hijos y le den las herramientas necesarias para que crezcan formándose con valores y los conocimientos necesarios para tener un proyecto de vida fue crucial al momento de elegir al Saperi.

“Los chicos no son cuotas, son personas. Nosotros como papás nos sentimos muy resguardados adentro del colegio porque es inclusivo. Los valores que se enseñan yo no los vi en otro colegio de Monte Grande. Es un lugar que forma a partir del apego, del amor, del conocer sus sentimientos y de poder expresarlos. Yo pasé jardín, primaria y ahora estamos transitando secundaria con el más grande y lo elegimos todos los días”, indicó la madre de dos varones, uno de 10 y otro de 12 años.

Tantos años de compartir con la comunidad educativa del colegio permitieron a Sol establecer un vínculo especial que se fortaleció aún más durante la pandemia. Y es que como a tantos argentinos que perdieron a un ser querido, a esta joven madre le tocó también la triste historia de que su padre falleciera. “La primera persona que tocó la puerta de mi casa fue la señora Silvia Saperi, la dueña del colegio, que vino a darnos un abrazo y su apoyo. Los maestros, que en ese momento eran de mis hijos, estuvieron pendientes de ellos, porque yo presencié todas las clases por Zoom que se hicieron en la pandemia. Los trataron como si fuesen un familiar. Y no solo de mis hijos, de nosotros como papás, como adultos. Por eso digo que no es el colegio de los nenes, es nuestro colegio”, explicó la bonaerense que es acompañante terapéutica.

Consultada sobre cómo la impactó la noticia de la crisis financiera del colegio, la madre fue determinante en su respuesta al plantear que “todo tendría que ir a la educación, porque es lo único que tenemos y que nosotros les podemos dejar a nuestros hijos, una buena instrucción. Que no se los ayude para que se puedan seguir formando desde lo académico y desde lo emocional es imperdonable”.

Como conclusión, señaló: “Para mí es fundamental que un colegio respalde los valores que yo instalo en casa. Entonces, si no vamos caminando juntos de la mano, nada sirve. Me da muchísima tristeza. Cuando me enteré de esta situación, porque mantengo una muy buena relación con el colegio, soy una mamá muy activa y muy presente, me dio mucha bronca. El pensamiento de muchos papás es cómo quisiéramos contar con los recursos para ayudar o levantar el teléfono y decir qué puedo hacer para solucionar este gran problema. Pero la verdad es que nosotros como papás hoy nos cuesta pagar una cuota y es difícil mantenernos. Si estuviese al alcance de nuestra mano, seríamos los primeros en asistir, aún cuando no es nuestra función”.

FUTURO INCIERTO

Municipios como San Miguel, Almirante Brown, Lomas de Zamora y Esteban Echeverría, en el conurbano, también cuentan con establecimientos que enfrentan crisis financieras y la posibilidad de cierre antes de fin de año. Además, figura un jardín de infantes de Bahía Blanca, una entidad educativa de Mar del Plata y otro de San Nicolás, según indicaron en Aiepba donde aclararon que los nombres no serán difundidos para “preservar a la comunidad educativa, directivos y docentes”.

No es para menos, divulgar una situación así es generar un cimbronazo en las comunidades educativas que concurren a esos establecimientos.

Pero sin una pronta respuesta que brinde una solución a corto plazo, el futuro genera más incertidumbre que certezas. “La escuela es un proyecto que tarda muchos años en construirse, que genera comunidad, es un valor para la sociedad y realmente levantarlo cuesta. No es fácil, pero lamentablemente vemos muchas escuelas que si no reciben ayuda no van a tener otra salida que cerrar”, concluyó Martín Zurita.