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La droga y la intoxicación de los niños

Hace 10 años desde una importante Obra Social me llaman en consulta por un niño con convulsiones. No había motivos por los estudios neurológicos realizados para tal conducta. Veo a la madre dándole el pecho y pido quedarme a solas con ella y entonces me comenta que consumía cocaína.
El niño estaba recibiendo esa sustancia toxica y las convulsiones eran el corolario de su patología. Con un gran Juez de Menores el Dr. Atilio Álvarez logramos que el abuelo se hiciera cargo del niño y que la madre se tratara en nuestra comunidad para su rehabilitación.
Los dos se salvaron; el niño cubierto por el amor de los abuelos en un clima saludable y la joven rehabilitándose de una adicción mortífera.

GENERACION DE CONSUMIDORES
Estos casos hoy no cesan de repetirse. En estos días la prensa releva la situación de dos niños de 2 y 4 años que estaban intoxicados por cocaina porque habían ingerido luego de ver al padre consumir. Inmediatamente la prensa relata varios situaciones similares de niños intoxicados en distintas provincias. Habitualmente consumo problemáticos de la madre llevaron al consumo por vía alimenticia de los hijos.
Además, observamos cada vez con mayor frecuencia tres generaciones de consumidores: abuelos, padres e hijos. La transmisiòn simbolica, base de la salud mental, se convierte paradójicamente en un “berenjenal” de consumo de aquellos que debieran ser modelos de vida y entonces la violencia, la irritabilidad y la alienación empiezan a reinar en una casa. La imitación cunde y muchos chicos empiezan así a consumir; no es solo por la vida de calle; lo aprenden en la casa.
No nos debe extrañar todo esto ya que vivimos en el medio de una pandemia. Hablamos del dengue y/ o del Covid, pero no hablamos de las consecuencias de la pandemia adictiva en adultos y menores. Somos el primer país en América latina de consumo de cocaina y marihuana.
En mis trabajos hablo de que se ha instalado una existencia tóxica. Tóxico deriva de la palabra “Toxon” que quiere decir arco, refiriéndose al uso de flechas envenenadas. Lo tóxico es un veneno y así nos encontramos que en esta sociedad de la tecnica y del espectáculo el “veneno” se convierte en un consumo prestigiado. Es casi una costumbre social, un uso recreacional compartido. Lo farandulesco se une a lo trivial y resulta difícil cuestionar esto.
Toda esta existencia tóxica se ha naturalizado a través del dinero producido por la venta de drogas que en su industrialización ha instalado un “Narco marketing” que trivializa y naturaliza el consumo justamente contradiciendo todos los daños a la salud pública que esto genera.

LA TORRE DE BABEL
Una verdadera Torre de Babel (signo bíblico de la confusión) nos rodea por el desconcierto y la desorientación como muestra del “aquelarre” existente.
Las palabras pierden su originalidad más profunda. Las drogas como tóxico quedan suplantadas por las drogas como otra “ortopedia” más que proporciona esta sociedad del vacío.
Las drogas como tóxico y la alienación(alienus: extranjero de sí mismo) van de la mano ; o sea no poder hacerse cargo de sí mismo. Esta alienación es masiva y al ser masiva es pandémica ( o sea toma a gran parte de la población) tanto a jóvenes como adultos que también consumen o que asisten perplejos y confusos a esta realidad.
Fríamente se propone una salida tóxica para los problemas humanos. Nos olvidamos de aquella máxima de los griegos que en su sabiduría nos enseñaban: “…los problemas se solucionan hablando o no se solucionan”.
La palabra quedo derrotada por el triunfo de la química.
Mientras tanto los vínculos, la des-familiarizaciòn y el cuidado infantil brillan por su ausencia entre la tecnología y la sociedad de los dominados por el espectáculo y el narco-marketing. Así “pululan en masa sujetos a la intemperie” esperando lo imposible ya que no se encuentran con tutelas y apoyos pedagógicos y orientación en valores y proyecto de vida.
Muchos vivirán de él: traficantes de drogas , comerciantes de la noche y el sexo, etc. Pero él también deja en su marcha tóxica distintos signos de su malestar: hijos, vínculos rotos, dolores. Los hijos de padres drogadictos sufren en carne propia la inseguridad mayor que puede tener un niño: no sentirse sostenido por adultos seguros confiables.

PENETRACION DE LA PANDEMIA
La droga en una comunidad es como una inundación y siempre penetra desde las zonas sociales màs bajas y de la situaciones familiares y sociales de mayor desamparo y riesgo. Todo esto evidencia una cultura en crisis. La debilidad de la estructura es un requisito fundamental para la penetración de esta estructura.
Utilizo metafóricamente estas metáforas: “lo bajo y lo débil” como formas de explicar los lugares críticos por donde circulan adicciones.
El concepto del cuidado familiar se encuentra en crisis en muchos grupos. Sobre esto François Dolto(maestra francesa en estudio de la niñez) nos enseña: “…todos los psicoanalistas y psiquiatras pueden atestiguar que el niño que ha construido las premisas de su personalidad hasta los cinco años en un grupo humano mixto , donde hay relaciones sexuales validas que unen entre si a los adultos corresponsables de su persona es casi siempre curable con rapidez”.
Esto hoy es critico en muchas familias. Muchos chicos quedan abandonados desde los primeros años de vida. La existencia real del triángulo afectivo padre-madre-hijo en un vínculo solido que permita la transmisiòn serán la “vacuna” más importante para que un chico crezca bien. Ausencias por doquier, vínculos fugaces, falta de orientaciones también François Dolto nos enseña sobre esto: “…si un niño no recibe de alguien conocido elementos verbales sobre lo que percibe , su función simbolica se ejercerá en soledad : el autismo se instala después de una larga ausencia de uno u otro de los padres”; “ … no nos preocupemos solamente por una niñez robusta y bien alimentada, pero sin autonomía creadora y alcanzada desde la cuna por el desamparo emocional y la ausencia de vínculos interpersonales en el curso de los años preescolares; el niño no puede vivir psíquicamente sino mediante una relación emocional triangular; si un niño recibe solo cuidados sin alegría surge el autismo que es una enfermedad del deseo”.

EL NIÑO: SER SAGRADO
En realidad, hoy en esta nota , quiero alertar sobre la perdida de la noción de lo sagrado que es el niño. No es un mero objeto para abortar ya que es un ser sagrado y la transmisiòn simbolica de tres generaciones: abuelos y padres hacia èl es una garantía de salud mental.
La soledad del niño es un problema en la educación inicial infantil, no solo por los conflictos con los padres o entre los padres, sino también por condiciones sociales y culturales que alejan al niño de sus padres por condiciones sociales y culturales que alejan al niño de sus padres.
La importancia del hijo parece ser en algunas familias ciertamente relativa. Otros valores que la cultura publicitaria del consumismo propone como ideales de realización y perfección (estética corporal, objetos, etc.) aprisionan el deseo y el comportamiento familiar de muchos. La realidad del niño y sus deseos y necesidades se contrapone con esta cultura.