DETRAS DE LAS NOTICIAS

La deuda enterrada que a pocos les importa

Además de los Leliqs, de las deudas con el FMI,el Banco Mundial y demás entidades financieras del mundo (incluído el juicio por la abrupta y disrruptiva nacionalización de YPF), tenemos una deuda interna que está a la vista y otra invisible que cada tanto emerge de su entierro cobrándose víctimas como las del reciente accidente ferroviario. Se trata de los millones de kilómetros de cables, circuitos, cañerías, cloacas, vías, fibra óptica, etc., etc. que están bajo tierra y, dada su invisibilidad, parecen no existir ni importarle a nadie hasta que se cobra algunas víctimas… Sin embargo, son esenciales para nuestra existencia.

Inaugurar rutas, edificios, fabricas, y hasta canillas (a no olvidar argentinos) da rédito político; eso de cortar cintas y dar discursos sobre la excelente gestión y el futuro brillante que nos espera, mientras se entona el himno y juramos con gloria morir, garpa, es un gran negocio. En realidad, la muerte que nos acecha es menos gloriosaque la exaltada por Vicente López y Planes, siguiendo las consignas de los poetas romanos… pero morir en un atraco por jóvenes pandilleros que gatillan sus armas por unos gramos de merca, o fallecer en un hospital por falta de medios, o en un viaje de ferrocarril donde los cables han sido robados y los señaleros son del tiempo de los ingleses, no merece el canto de los poetas ni las armonías de compositores, solo una noticia en los medios que nos hará exclamar ¡Que país! Y damos vuelta hoja ...

Todo ese enorme capital está enterrado y contribuye a que, un día cualquiera, frente a una eventualidad, nos entierren –con poca gloria y un llanto que pronto se olvida–.

En robo de bronce de las estatuas obligó al anclaje de cientos de monumentos en las ciudades. Después robaron placas de bronce y picaportes (ni Perón se salvó porque robaron la placa donde señalaba el edificio en que vivió en la calle Posadas). Y ahora la nueva modalidad es robar los medidores de Aysa, levantando las tapas que están en las veredas, causando que varios sótanos de edificios se inunden... con todo el daño que esto ocasiona por uno pocos gramos de bronce.

Por los diarios nos enteramos que también roban los cables de los ferrocarriles y les importa un bledo sus consecuencias. Lo más probable es que ni se hayan enterado del desastre que ocasionaron y si los apresan saldrán minutos más tarde amparados por el garantismo del pobrecito.

¿Alguna vez vio cambiar la cámara transformadora de su cuadra? Hace más de 50 años que es la misma, y lo mismo sucede con los cables y las cañerías. Nadie ha invertido un peso en lo que no da rédito político.

¿Cuánta es la deuda enterrada? Nadie lo sabe, nadie lo dice, nadie contesta, y quizás lo peor, es que a pocos le importa, porque esos cambios no dan votos y siempre se podrá esperar a mañana, o a la próxima administración, porque todos sabemos que Argentina es un país atado con alambres.