La danza se afianza como una alternativa de muy alta calidad

En el Paseo La Plaza, dos espectáculos dedicados al tango y el jazz convocan multitudes cada miércoles. Juan Martín Delgado y Marcos Ayala son artífices de 'Gwen' y 'De tango y sombras', propuestas que, al coincidir en un mismo complejo, potencian la presencia de la expresión bailada en el circuito comercial.

No es habitual encontrar espectáculos de danza -de cualquier estilo- programados en salas comerciales de Buenos Aires que realicen funciones con regularidad. Menos aún que dos de ellos coincidan en un mismo complejo teatral, en día y horario. Le corresponde al Paseo La Plaza el mérito de haberse abierto a dos propuestas disímiles en su constitución pero de muy alto vuelo creativo, que ocupan los escenarios de las salas Picasso y Neruda los días miércoles a las 22. Se trata de ‘Gwen’, el espectáculo de danza jazz coreografiado y dirigido por Juan Martín Delgado, y ‘De tango y sombras’, la última creación de Marcos Ayala, conocido internacionalmente por su labor junto a las grandes compañías del género tanguero.

 

EL LUGAR

Delgado llevó 'Gwen' a La Plaza porque ya antes venía presentando allí otra obra de su autoría, 'La desgracia'. "Es un muy lindo espacio, se trabaja cómodo y cuando tuve que buscar sala para el nuevo espectáculo me ofrecieron la Picasso, que le queda divina", cuenta. Sin embargo, no fue por intercesión de su colega y amigo que Marcos Ayala desembarcó también en ese lugar. "Mi programador en Israel, la persona que nos arma las giras, es familiar del programador de La Plaza y fue él quien nos recomendó. Por la experiencia que ya tenía Juan en este lugar es que decidí hacerlo acá".

-¿Por qué un mismo día, los miércoles?

(J. M. Delgado) -Se dio. Los lunes no hay actividad teatral en La Plaza, los martes yo tengo 'La desgracia". El primer día que estaba libre para programar alguna obra después del horario central era el miércoles. Y no nos ha ido mal.

Esta es la segunda temporada de 'Gwen' en cartel. En 2011, siendo alumno de la Fundación Julio Bocca, Delgado obtuvo una beca en el Jacob's Pillow Dance Festival y viajó a los Estados Unidos para estudiar. Fue Chet Walker quien lo introdujo al mundo de Bob Fosse y le habló de la importancia de Gwen Verdon en el surgimiento de la danza jazz. "Me gustó su figura y me puse a investigar sobre ella. Descubrí que era la protagonista de muchos de los musicales que yo amaba (‘Cabaret’, ‘Sweet Charity’, ‘All That Jazz’) y que no tenía idea que ella había originado".

'Gwen', la propuesta de la sala Picasso.

Cuando sobrevino la pandemia, Juan Martín le dio vía libre al proyecto que maduraba dentro suyo: comenzó a darle forma real y a buscar subsidios para poder llevarlo a escena. En coincidencia, se había estrenado la serie 'Fosse/Verdon' y eso terminó de convencerlo. "Me sorprendió la repercusión que tuvo la obra, no pensé que la gente se interesaría tanto en la historia de Gwen; aunque creo que tiene que ver también con la forma en que está contada". El año pasado, Delgado obtuvo el premio ACE a la Mejor coreografía por este espectáculo.

-¿Cree haber abierto una puerta para que otras propuestas de danza jazz lleguen a los grandes teatros?

(JMD) -Ojalá que sí, y que puedan estar con continuidad. Para mí, el lenguaje de la danza es algo maravilloso, universal, inherente a toda la humanidad. No hay crisis que pueda con eso. El movimiento es transformación, es una necesidad para la persona. Claro que puede haber más espectáculos como este. Creo que falta animarse, aunque conozco y entiendo las dificultades económicas que hay en el país para producir. Es necesario tener algo de valentía para emprender.

-Las dos propuestas cuentan con elencos numerosos y grandes equipos artísticos y técnicos detrás de escena. ¿Cómo es el formato de trabajo?

(JMD) -Como en muchas otras obras, se arma una cooperativa y después se divide entre todos lo que ingresa por borderó.

(M. Ayala) -En mi caso, es la primera experiencia trabajando en cooperativa, Juan me fue guiando. Producir en nuestro país es muy difícil y esta es una forma válida de seguir llevando este tipo de propuestas al escenario. Sobre todo porque en la Argentina resulta muy complicado que el público consuma tango. Aunque parezca mentira, el gran impedimento es la palabra 'tango', porque yo sé que una vez que el espectador se sienta en la butaca se sorprende. Confío muchísimo en el producto que ofrezco. Pero en el país la palabra 'tango' es una barrera difícil de romper. Por eso, más allá de la cantidad de público que venga y del esfuerzo que implica salir a escena en cada función, siento que esta temporada es verdaderamente un éxito.

 

OTROS MUNDOS

Podría pensarse a 'De tango y sombras' como una reversión ("mejorada", dice él) de una propuesta anterior de Marcos Ayala, 'Tango in the Shadows', estrenada en Buenos Aires en 2018. "Es parte de una investigación que vengo haciendo hace mucho tiempo. La inspiración surge, en parte, a partir de ir abriendo la cabeza y viendo otro tipo de espectáculos, no netamente de tango. Esta versión renovada es consecuencia de haber ido transitando otros espacios como espectador y de mirarme ahora como creador a través de eso".

'De tango y sombras' sale a escena en la sala Neruda.

No solo como público se ha aventurado el bailarín a otros géneros musicales y teatrales, sino que también se lanzó de lleno a estudiar danza jazz y viajó incluso a los Estados Unidos a perfeccionarse. "Transitar otros ambientes que no sean tangueros hace que mi espectáculo se nutra de otras cosas y que no quede encerrado dentro de las fronteras donde el tango habita", analiza.

-Es un riesgo grande el que asume, lo sabe.

(MA) -Sin duda que es un riesgo sacar al tango de los lugares comunes. Como en este caso, tomando un mito griego (el de Perséfone y Hades) y usándolo como inspiración para un espectáculo de estas características. Creo que 'De tango y sombras' es la mejor versión de todo el proceso personal que he venido haciendo, y de la trayectoria de la compañía, que ya presentó esta misma propuesta en China, Israel y los Países Bajos.

-Sacar al tango de las casas pensadas para los turistas y llevarlo en un escenario de la avenida Corrientes, ¿acerca otro tipo de público al género?

(MA) -Sí. A menudo sucede que la gente de acá ni sabe que existen espectáculos de tango todas las noches ni dónde encontrarlos. Esta movida que hacemos de traer nuestra propuesta a una sala convencional donde la gente no va a comer sino que se sienta a prestar atención durante una hora y veinte minutos, es una apuesta grande y riesgosa pero nos encanta.

-En su caso, Juan Martín, ¿también le interesa sumar nuevos públicos para la danza jazz?

(JMD) -La verdad es que no pienso mucho en el público a la hora de crear un espectáculo. Sí lo hago en una instancia posterior, cuando tengo que desarrollar el marketing para poder venderlo. Recién ahí pienso a quién le puede interesar.

-Vaya si ha aprendido a vender sus espectáculos. 'La desgracia' está transitando su octava temporada. ¿Cuál es la fórmula?

(JMD) -Ojalá la supiera para poder repetirla (risas). Por intuición diría que es la dedicación y las horas de trabajo que le pusimos a la obra desde su creación. Y el amor que le imprime la compañía en cada función, lo que disfrutan hacerl, el compañerismo que hay entre ellos.

-Es de ese tipo de propuestas que la gente repite una y otra vez.

(JMD) -Nos dicen 'esta es la vez número 25 que la veo'...Y no estoy exagerando. De hecho, hay gente que viene todas las semanas.

(MA) -Pienso que la clave de 'La desgracia' es que se trata de un producto ciento por ciento argentino, con un humor muy nuestro. No es algo que vino de afuera, con chistes que nos resultan lejanos y traducciones que a veces no entran en la música. Me hace acordar mucho a 'Esperando la carroza', aborda temas que nos unen a todos. Ves 'La desgracia' y ves representada a la sociedad argentina. Es un espejo.

Lo enoja a Marcos Ayala encontrar la calle Corrientes "minada de productos enlatados que compran afuera y que acá les ponen figuras conocidas, y ese es el éxito y no la obra en sí, a la que vacían de contenido". En ese sentido, agrega, "siento que nosotros dos hacemos productos muy nuestros, en mi caso, partiendo de una danza popular a la que elevamos y con la que podemos contar cualquier historia a través de ese lenguaje".

 

PARA CRECER

A pesar de la profesión y el tiempo de relación que los unen, es la primera vez que Ayala y Delgado dan una entrevista juntos y la idea, evidentemente, los entusiasma. Por la confianza que han cimentado se animan a juzgar con ojo crítico el trabajo del otro. "Nos ayudamos todo el tiempo, nos consideramos, un poco en broma, el asistente de dirección del otro", comparte Juan Martín. "Es hermoso poder complementarnos con nuestras miradas. Por ejemplo, yo estoy muy enfocado en hacer crecer mis obras en aspectos como la estética y el vestuario, que Marcos tiene súper dominados. Incluso es una referencia en cómo contar a través de la danza. Lo veo y a mí es algo que me potencia. Y al mismo tiempo siento que yo colaboro con él en la narrativa, en qué conviene contar y qué no para ofrecer un mensaje más claro".

"Hablamos mucho de nuestras obras", confirma Marcos. "Descubrir con Juan el mundo del teatro musical fue una puerta enorme que se abrió ante mí. Me fascina cómo los actores dicen la palabra, cómo se atreven a sacar la voz sin temor de ser observados. Eso para el bailarín es algo casi inalcanzable. Pero lo que más me enseñó el teatro musical es cómo los actores se animan a jugar en el escenario".

Lo entusiasma pensar que "en la obra de Juan, tanto como en la mía, no hay nada puesto porque sí, todo tiene una justificación y un sentido. Es un poco una consecuencia del camino interno que venimos transitando", sostiene. "Al ser los dos muy apasionados nos complementamos bien por ese lado", remata Delgado.

-¿Tienen pensado compartir el escenario en algún momento?

(JMD) -Estamos escribiendo algo juntos para más adelante, pero por el momento seguimos cada uno con sus cosas.

(MA) -Por ahora estamos descubriendo nuestros mundos. Yo tengo una raíz muy folklórica y me gusta hacerle conocer a él los distintos ritmos del folklore. Y a la vez, con Juan estoy encontrando música que nunca antes había escuchado, como algunas canciones de Sinatra o a Ella Fitzgerald. Todavía nos queda mucho más por descubrir del otro para lograr una fusión que creo que va a ser espectacular.

Con todo, han dado ya un primer paso en firme. Delgado coreografió uno de los cuadros centrales de 'De tango y sombras', aquel en el que el protagonista (Ayala) se muestra por primera vez en solitario, sin su compañera de baile, en una danza que "saca la masculinidad del tango del lugar donde generalmente está ubicada, y lo hace con un accesorio muy vinculado a lo femenino, el abanico, pero que acá es utilizado como si fuese un arma". La escena tiene además el mérito de unir, dentro de un espectáculo de tango, lo autóctono (dado que hay zapateo folklórico) con el jazz en una combinación que los coreógrafos consideran "de una potencia enorme".

 

ITINERANTES

Quedan pocas funciones de 'De tango y sombras' en La Plaza ya que pronto la propuesta saldrá de gira por Córdoba, Mendoza, Rosario y luego Chile, antes de embarcarse en noviembre en un nuevo tour por Asia y Europa, adonde Ayala y su equipo viajarán, por primera vez, con un espectáculo ya visto en esos lares, "por deseo de la gente y de los productores. Que me pidan repetir una obra me sorprendió mucho", admite el director.

En el caso de 'Gwen', se presentó con éxito en Mar del Plata y Delgado le augura también un destino itinerante por su calidad y el interés que la historia de Gwen Verdon despierta en los espectadores. Hasta tanto, ambos siguen con funciones regulares, los miércoles a las 22, en una y otra sala del complejo teatral-gastronómico ubicado en Av. Corrientes 1660.