A setenta años del golpe de Estado de 1955 (Entrega Nº 4)

La búsqueda del favor popular

Las elecciones nacionales del 7 de julio de 1963 consagraron el triunfo de la fórmula: Arturo Illia y Carlos Perette, de la Unión Cívica Radical del Pueblo, para ocupar los cargos de presidente y vicepresidente de la Nación.
En estas elecciones hubo tres particularidades que merecen destacarse.
La primera fue la continuidad de la proscripción del peronismo para participar en las elecciones, la segunda fue que el caudillo radical, Ricardo Balbín, no se presentó como candidato a presidente, y la tercera, la candidatura del general y ex dictador Pedro Eugenio Aramburu, por la recientemente creada Unión del Pueblo Argentino (Udelpa), que resultó tercera fuerza más votada, detrás de los radicales del pueblo y de los radicales intransigentes Oscar Alende y Celestino Gelsi.
La convocatoria a elecciones nacionales para 1963, tras el aplastante triunfo del bando azul, comandado por el general Juan Carlos Onganía, sobre el colorado, fue la oportunidad para que el acérrimo antiperonismo, más vinculado a la facción perdedora, buscara una alternativa electoral.
Aramburu reunía las condiciones para ser el candidato del establishment antiperonista, pero con eso sólo no alcanzaba, había que convocar a los sectores medios de tradición liberal. Una buena parte de la clase media se mantenía irritada por la irrupción de actores novedosos en la política que había permitido el peronismo, aunque sus intereses materiales estuviesen ligados al desarrollo de una densa capa de consumidores que había generado el régimen depuesto.

LA SITUACION FRANCESA
Las comparaciones no son siempre felices, pero pueden permitirnos ciertas analogías, comprender un proceso histórico. En este caso vamos a mirar a Francia. ¿Qué ocurría entonces en el país galo?
Durante la Segunda Guerra Mundial, Francia estuvo una mitad ocupada por los alemanes y la otra mitad bajo la administración de un gobierno títere de Berlín. El general Charles de Gaulle, destacado militar, había formado un gobierno provisional en el exilio londinense, que pretendía recuperar Francia para la causa aliada.
Finalizada la contienda mundial, de Gaulle continuó a cargo del gobierno provisional hasta 1946, en que renunció. Al año siguiente, fundó una agrupación política que expresaba una versión moderada y populista del conservadurismo francés, que fue el Reagrupamiento del Pueblo Francés.
En 1958 el histórico jefe de la resistencia francesa asumió como presidente de la República, cargo que ocupó (mediante reforma constitucional que le permitió la reelección) hasta 1968, cuando renunció al verse desbordado por los acontecimientos del Mayo Francés.
El papel desempeñado por de Gaulle trascendió la frontera no sólo de su país, sino también de Europa. Se había convertido en el héroe militar y político que venció a los alemanes y restauró la vida institucional y republicana en Francia. Había fundado un partido político que representaba el patriotismo antifascista, combinado con la defensa del orden social vigente y una política distante de la Unión Soviética y “anti-Estados Unidos”, que le daba una importante dosis de nacionalismo. Así también pudo convenir políticas democráticas en procura de la descolonización, como demostró aceptando la independencia de Argelia.
De Gaulle tuvo también admiradores en el exterior, como en la Argentina, y en distintos sectores políticos. Para el peronismo era un referente popular que sostenía la “tercera posición”. Cuando visitó la Argentina, en 1964, muchos cantaron “Perón, de Gaulle, tercera posición”.
Aramburu pretendió convertirse en una especie de Charles de Gaulle y Udelpa encarnar en la Argentina lo que en Francia era la Reagrupación del Pueblo Francés. Para los antiperonistas de Gaulle era un político antifascista y el peronismo era una forma de fascismo, Aramburu sabía, como de Gaulle, que no se ganaba con los votos de la derecha, sino que era necesario sumar a una parte de los sectores medios a un proyecto político alternativo a la hegemonía radicalismo-peronismo.
Fundada en enero de 1963, Udelpa fue a las elecciones con el slogan de “vote Udelpa y no vuelve”, en referencia a Perón. Aramburu fue acompañado en la Lista 17 por Arturo Etchevehere, un conservador entrerriano dueño del periódico de Paraná, fundado en 1914, “El Diario”, pero por otro lado, también lo hizo con otra colectora, en alianza con el Partido Demócrata Progresista, que llevó a Horacio Thedy, histórico dirigente rosarino, como candidato a vice.

Sumado los electores de ambas fuerzas, Aramburu obtuvo setenta y cuatro representantes en el Colegio Electoral, Etchevehere cuarenta y dos y Thedy treinta y dos. Por otro lado, Udelpa obtuvo trece bancas y los demoprogresistas doce, sin embargo, no conformaron un bloque único en la Cámara de Diputados. Los legisladores fueron mayormente representantes del pueblo de la Capital Federal, la Provincia de Buenos Aires y Santa Fe, aunque Luis Antón, de Udelpa fue de Misiones y Héctor Sandler lo hizo por Córdoba.
La experiencia arambureana no pudo plasmarse como un partido centrista y popular. Para la renovación legislativa de 1965, los conservadores y los partidos provinciales federalistas recuperaron parte de su electorado que había visto con simpatía a Aramburu. Del millón trescientos mil votos de 1963, dos años más tarde Udelpa, ya separado de la alianza con el partido fundado por Lisandro de la Torre, apenas obtuvo ciento ochenta mil votos, no pudiendo ganar ningún escaño.
El golpe de Estado de 1966 que entronizó a Juan Carlos Onganía como Presidente suspendió la actividad de los partidos políticos, pero no la actividad de sus dirigentes. Aramburu, contrario al nuevo régimen dictatorial, pareció entender que había que buscar algún tipo de acuerdo con el peronismo, seguramente sin Perón. Tal vez pensó que, sacando a Onganía, él mismo podía ser el hombre que devolviera la legalidad que ayudó a interrumpir en 1955.
Seguramente algunos de los hombres que lo acompañaron en el derrocamiento de Perón, lo volverían a hacer. Conjeturas que no podemos demostrar. La tragedia de su secuestro y asesinato en 1970, nos dejó sin el final que podría haber sido.