La actividad física y el descanso son pilares esenciales para una vida saludable
Si repasamos las actividades que realizamos todos los días, podemos ver claramente que nuestro ritmo de vida suele ser acelerado y estresante. Hay dos aspectos fundamentales para mantener una buena salud física y mental, que muchas veces son subestimados: el descanso y la actividad física. El primero implica reposo y el segundo movimiento; aunque podríamos pensar que son opuestos, en realidad ambos se complementan y resultan esenciales para mantener un equilibrio integral.
La práctica habitual de un entrenamiento adecuado y un buen descanso, mejoran las funciones cognitivas y disminuyen el riesgo de padecer trastornos mentales como la ansiedad y la depresión.
La práctica de ejercicios físicos de manera excesiva o sin la debida recuperación puede resultar perjudicial. En este caso, un buen descanso resulta fundamental, pues dormir adecuadamente, permite al cuerpo reparar tejidos, regenerar células, consolidar la memoria y regular funciones metabólicas. Durante el sueño profundo, se liberan hormonas importantes como la del crecimiento, que es crucial para la recuperación muscular y ósea, especialmente en personas que realizan entrenamientos intensos o de alto impacto.
Cuando hablamos de descanso, no sólo hacemos referencia al sueño nocturno. También incluye pausas activas durante el día, momentos de relajación, desconexión tecnológica y prácticas como la meditación o la respiración consciente. Estas pequeñas interrupciones ayudan a reducir la fatiga mental, mejorar la concentración y prevenir el agotamiento crónico. Se recomienda dormir entre 7 y 8 horas diarias para la mayoría de los adultos, aunque las necesidades pueden variar según la edad, el estilo de vida y el nivel de actividad física.
Una adecuada planificación del tiempo permite integrar el ejercicio físico y el descanso en la rutina diaria. No es necesario realizar deportes intensos para obtener beneficios: caminar, andar en bicicleta, nadar o incluso realizar ejercicios de estiramiento pueden marcar una gran diferencia cuando se hacen con regularidad. Lo importante es encontrar una actividad que nos motive y la podamos sostener en el tiempo.
Privarse del sueño o no permitir al cuerpo recuperarse, puede llevar a una disminución del rendimiento físico y mental, irritabilidad, aumento de peso, debilidad del sistema inmunológico y mayor riesgo de enfermedades.
Un buen descanso nos permite tener la energía suficiente para ejercitarnos y una práctica regular de ejercicio mejora la calidad de sueño. De hecho, estudios científicos han demostrado que las personas activas duermen mejor y con mayor profundidad que aquellas sedentarias.
La clave está en encontrar un equilibrio. Ni el sedentarismo, ni el exceso de entrenamiento son saludables. Es fundamental aprender a escuchar a nuestro cuerpo: saber cuándo necesitamos movernos y cuándo parar, cuándo exigirse y cuándo es el momento adecuado para la recuperación.
Sin lugar a dudas, incorporar tanto el descanso como la actividad física a nuestra vida diaria es una de las decisiones mas inteligentes que podemos tomar para mejorar nuestra calidad de vida. Entrená y descansá de manera equilibrada y consciente, te permitirá vivir una vida plena, con mayor vitalidad, energía y bienestar.
Claudio V. Penna
Prof. Nac. de Educ. Física