Actualidad
La IA que busca saldar la deuda educativa
Como respuesta a los peligros digitales en el ámbito escolar, surgió la plataforma Auroria. Fue cofundada por la argentina Daniela Buján. Busca cerrar la brecha digital y preparar a los chicos para el mundo de mañana. Con alertas de riesgo emocional y filtros, la herramienta crea un entorno seguro.
“Un estudio del MIT concluyó que los chicos que estaban usando Inteligencia Artificial para hacer la tarea tenían un 55% menos de uso neuronal. Es terrible”, advirtió a La Prensa Daniela Buján, cofundadora de Auroria, una innovadora plataforma de inteligencia artificial (IA) educativa diseñada para el ecosistema escolar argentino. Su misión es combatir la “deuda cognitiva”, un término que describe la dependencia tecnológica que puede reducir la memoria, la creatividad y el pensamiento crítico.
En un contexto donde más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes de 9 a 17 años en Argentina ya utiliza IA, y dos de cada tres lo hacen para tareas escolares, la preocupación de Buján encuentra un fuerte eco.
El estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) publicado este año, que analizó la actividad cerebral de estudiantes, reveló que quienes usaron ChatGPT mostraron una conectividad cerebral significativamente menor en áreas asociadas al pensamiento crítico y la memoria. “Frena o atrofia el desarrollo cognitivo, lo que impacta en el pensamiento crítico, la atención y la memoria. Son impactos realmente peligrosos si no nos ocupamos”, sentenció la tecnóloga argentina.
Frente a esta problemática, y la falta de marcos regulatorios específicos para el uso de IA en las aulas, surge Auroria.
A diferencia de herramientas como ChatGPT o Gemini, que entregan la información sin filtros, la plataforma de Buján propone un camino diferente. “No te da la respuesta servida. Si un alumno plantea un problema matemático, en vez de resolverlo, Auroria le pregunta: ‘¿Vos por dónde empezarías? ¿Qué aprendiste en el cole?’. Te acompaña a llegar a la respuesta, pero te incentiva a que no seas un copiar y pegar”, explicó la emprendedora en tecnología.
Esta startup, que Buján describe como un "proyecto de impacto social", busca ser una extensión del colegio en casa, alineada con el proyecto pedagógico de cada institución.
PERSONALIZACIÓN
Una de las claves de Auroria es su capacidad de personalización. La plataforma se entrena con los contenidos, la currícula y los valores de cada colegio. “El primer colegio que tuvimos fue uno católico”, relata Buján. “Nos dijeron: ‘Es superimportante que haya contenido relacionado con la Biblia’. Perfecto. Nosotros eso se lo indicamos a Auroria”. De esta forma, si los alumnos realizan una consulta, la herramienta puede responder citando los proyectos específicos en los que trabaja la escuela.
Además, la plataforma se adapta a los intereses de los estudiantes para explicar conceptos complejos.
En un contexto donde más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes de 9 a 17 años en Argentina ya utiliza IA, y dos de cada tres lo hacen para tareas escolares, la preocupación de Buján encuentra un fuerte eco.
El estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) publicado este año, que analizó la actividad cerebral de estudiantes, reveló que quienes usaron ChatGPT mostraron una conectividad cerebral significativamente menor en áreas asociadas al pensamiento crítico y la memoria. “Frena o atrofia el desarrollo cognitivo, lo que impacta en el pensamiento crítico, la atención y la memoria. Son impactos realmente peligrosos si no nos ocupamos”, sentenció la tecnóloga argentina.
Frente a esta problemática, y la falta de marcos regulatorios específicos para el uso de IA en las aulas, surge Auroria.
A diferencia de herramientas como ChatGPT o Gemini, que entregan la información sin filtros, la plataforma de Buján propone un camino diferente. “No te da la respuesta servida. Si un alumno plantea un problema matemático, en vez de resolverlo, Auroria le pregunta: ‘¿Vos por dónde empezarías? ¿Qué aprendiste en el cole?’. Te acompaña a llegar a la respuesta, pero te incentiva a que no seas un copiar y pegar”, explicó la emprendedora en tecnología.
Esta startup, que Buján describe como un "proyecto de impacto social", busca ser una extensión del colegio en casa, alineada con el proyecto pedagógico de cada institución.
PERSONALIZACIÓN
Una de las claves de Auroria es su capacidad de personalización. La plataforma se entrena con los contenidos, la currícula y los valores de cada colegio. “El primer colegio que tuvimos fue uno católico”, relata Buján. “Nos dijeron: ‘Es superimportante que haya contenido relacionado con la Biblia’. Perfecto. Nosotros eso se lo indicamos a Auroria”. De esta forma, si los alumnos realizan una consulta, la herramienta puede responder citando los proyectos específicos en los que trabaja la escuela.
Además, la plataforma se adapta a los intereses de los estudiantes para explicar conceptos complejos.