Mirador político

La Celac y la interna oficialista

El dólar pasó los $380 y no lo pueden bajar. Con suerte la inflación de enero viene con un 5 delante y tampoco fue derrotada, a pesar de la guerra que le declaró Alberto Fernández, que ahora parece atribuir el alza de precios sorprendentemente a un problema alucinatorio.­

Estas penurias económicas sólo preocupan a los ciudadanos de a pie, no al Presidente y la vice que dedicaron en las últimas horas sus mejores energías a competir por quién se sacaba más fotos con Lula en ocasión de su visita a la Argentina para la reunión de países latinoamericanos y del Caribe (Celac).­

No podía haber un reconocimiento más palpable de que no tienen solución para una crisis que da señales de preocupante agravamiento. Ni ellos, ni el ministro de Economía. Ya tiraron la toalla y se dedican 'full time' a disputar porciones de poder dentro del peronismo.­

Con un peso cada vez menor en la interna gubernamental Fernández intentó aprovechar la marquesina de la Celac para reposicionarse. Se trata de un foro de la izquierda fósil, que se solidariza con regímenes sanguinarios mientras dice defender los derechos humanos. Un foro que, además, carece de la menor relevancia estratégica como lo demuestra, entre otros hechos, el que la presidencia fuera reclamada por un mínimo archipiélago caribeño cuya población cabe casi entera en el estadio de River. Fernández usó ese foro y la política exterior del país para la interna del PJ, en la que forcejea con CFK por la confección de las próximas listas de candidatos.­

El lunes, primer día de las sesiones extraordinarias, en el Senado la actividad legislativa fue nula. A falta de información oficial lo que predominaban eran los rumores sobre la agenda de la vice. Primero que la visitaría Lula, después, que ella iría a visitarlo al hotel donde se hospedaba. Por último, ante la ausencia de todo contacto con el presidente brasileño, desde despachos K se dejó trascender que el Ejecutivo le había ocupado toda la agenda para que no pudiera ver a Cristina Kirchner.­

Aunque pueda sonar exagerado, la política exterior del gobierno de los Fernández no es mejor que la económica. La diferencia es que al grueso del electorado no le importa la primera y al gobierno, parece que ya ninguna de las dos. Por eso está atento a esas penosas nimiedades. Todo es interna; no hay nada más.­

Por eso el kirchnerismo ha batido verdaderos récords en materia de disparates diplomáticos como el denunciar ante la ONU a la Justicia argentina por 'perseguir' a Cristina Kirchner y resultar inmediatamente reconvenido por el organismo. O invitar a Buenos Aires a un autócrata como Nicolás Maduro que termina ausentándose por temor a ir preso. Y si con eso no alcanzara, Fernández se abraza dictadores bananescos y vitalicios como los cubanos mientras asegura que la democracia 'peligra' por la derecha 'neofascista'.­

En suma, en política exterior al kirchnerismo las cosas no le salen mejor que en política económica porque usa en ambas el mismo método: en lugar de resolver los problemas crea otros nuevos y les aplica políticas siempre equivocadas.­