Escribió y dirige ‘Escorpio’, una obra de sesgo autobiográfico sobre la cotidianeidad de una pareja en crisis

Julieta Otero y otro viaje muy personal

Dice que volcar en el papel aquello que la atraviesa “es un método de supervivencia” y que escribir le “cura todos los males”. Antes, admite, “cualquier cosa que me pasaba iba al diario íntimo; ahora va a una obra”.

“Yo no sé escribir nada que no sea autobiográfico”, dice la actriz, autora y directora Julieta Otero, muy recordada por el furor de ‘Según Roxi’ (en formatos varios: web, serie de TV, libros y obras de teatro). En ese hit, Otero fue coautora y actriz, y daba vida a una joven madre muy ansiosa y atareada. En ‘Escorpio’, la comedia que por estos días sube a escena en el Espacio Callejón (Humahuaca 3759), y que también resulta un gran éxito, brilla como dramaturga y directora.

Se trata de una pieza que muestra a una pareja en problemas que, por supuesto, remite a una relación que la propia Otero vivió. Marina (Sofía González Gil) es una actriz tan histriónica como decepcionada. Sebastián (Miguel Ferrería), en tanto, no sabe qué hacer con su vida. El sexo los une pero también los termina agotando.

Tanto este material como todo lo que hace Otero refleja una voz muy llana, cotidiana. Así como se muestra ella misma en la entrevista con La Prensa. De hecho, en la charla, se la percibe casi como su personaje de ‘Según Roxi’. “Acá me ves, trabajando sin parar -suelta-. Ahora, mientras estaba por hablar con vos, guardaba las empanadas que acabo de hacer en la heladera. El relleno fue una coproducción”.

SUPERVIVENCIA

Al ver ‘Escorpio’ llama la atención la escucha de Otero. Esa capacidad para reflejar la cotidianidad en su texto con una gran cantidad de frases, muchas bien hirientes, que se dicen las parejas.

“Empiezo a escribir en mi cabeza, observando, escuchando -explica-. ‘Escorpio’ tiene mucho basado en la vida real. Frases que escuché, muchas que yo dije.Tengo una tendencia a poner en el papel lo que acabo de ver. Me pasa que yo me divierto mucho mirando la vida como una obra de teatro. Entonces, medio que todo va directo al papel. Es un método de supervivencia también”.

-¿Cómo fue el proceso de ‘Escorpio’?

-Antes de sentarme a escribir la obra hubo un acopio de un par de años. Venía de hablar tanto sobre maternidad y vida doméstica que necesitaba escribir sobre sexo, amor, desesperación y el abismo del amor; otro mundo. Cuando fue posible armar algo para el ‘Mes por sexo’ en Microteatro dije ‘bueno, vamos con el acopio y a escribir’. Ahí empezó y luego se expandió en un material más largo. Pero más que nada el origen siempre fue la vida.

-¿En qué sentido?

-Para mí cuando hay una situación en la vida que no puedo resolver o que me tortura, algo que está desordenado, la página en blanco me pone orden. No me tranquiliza pero sí me permite calmar mi necesidad de ordenar las cosas.

LA PROPIA VOZ

Los protagonistas de ‘Escorpio’ buscan su lugar en el mundo, su propia voz. ¿Otero la encontró?:Yo siento que soy muy verborrágica -responde-. Entonces, mi voz es la de la época de Roxi, pero tengo una anterior, y otra después que tuvo que ver con la muerte y la resurrección. Precisamente, ‘Escorpio’ se relaciona con esto último y con el sexo, con las pulsiones de más abajo de la alfombra. En cada etapa yo voy hablando, y es más probable que aturda con mi voz a que no la encuentre”.

Franca y abierta, agrega: “Tengo una escritura muy expansiva. Escribo páginas de manera prolífica y después mi trabajo es editar y sacar. Encontrar en todo ese desborde. Que sea muy verborrágica no quiere que siempre esté bien o sea correcto, pero sí siempre me autoricé a escribir, quizá porque nunca quise ser la mejor escritora de nada. La escritura me da placer, me hace bien. No me identifico con el que escribe y sufre. Escribir me cura todos los males. Mi voz es esa: una voz que habla. No sé qué dice, pero habla”.

En cierta manera, Otero es como Marina: habladora, histriónica, espontánea. Sin embargo, el personaje no tiene mucha repercusión en el afuera. Otero, sí. Consiguió destacarse, algo que a su contraparte ficcional le cuesta mucho. Pero la actriz señala otra diferencia: “Yo siento que soy la misma que a los seis años. No me pasa lo de Marina: ella termina haciendo una transformación hasta en su vestuario, en su manera de caminar. Yo no, yo siento que si ves un día mío a los seis años, es el mismo día que vivo ahora. En un momento escribí, canté una canción, hice una obra de teatro, dibujé o toqué el piano. Antes lo hacía en mi habitación, ahora en lugares públicos. Las actividades son más o menos las mismas. Los mismos gustos de ropa, de música.

-¿Los mismos gustos de música? ¿Tanto?

-Y sí. Estos días estuve escuchando a Serrat, que escuchaba con mi mamá. Estuve tocando ‘Mediterráneo’ en el piano con mi hermano. Yo era de una casa de artistas donde el arte no significaba un viaje loco y extracotidiano: se vivía todos los días. Cualquier cosa iba al diario íntimo. Ahora, va a una obra.

LOS ACTORES

Y lo que se ve en escena es ese mundo cercano, familiar, amistoso. De hecho, González Gil, la protagonista femenina de ‘Escorpio’, es amiga de Otero. Y participó de todo el proceso. Ella dirigió ‘Así de simple’, una pieza que, de manera similar, explora una pareja en crisis: “Amo a Sofi también como directora y dramaturga. Ella está desde el día uno. Siempre protagonizó y hay mucho de su creatividad, de su cabeza divertida y brillante. Por otro lado, hubo muchos Sebastianes en las versiones anteriores, pero Miguel es un actor realmente increíble”.

-La rompe en un momento. Sin adelantar mucho, se luce al imitar a un cantante.

-Cuando yo les dije en un ensayo que él iba a hacer eso, me miraron como diciendo: qué le pasa a esta loca. Pero esa canción era lo que él tenía que decir en la obra. Y brilla.

-Están para calle Corrientes.

-Me tientan de tanto decírmelo. No sos el primero que lo dice. Lo tomo, pero no creo que yo lo vaya a buscar específicamente. Espacio Callejón es un lugar que amo.

Por ahora, las luces del centro porteño quedarán para el futuro. Ahora ‘Escorpio’ va a Mar del Plata. El 1 y 2 de diciembre se presenta en la sala audiovisual del nuevo espacio Chauvín.

En tanto, Otero sigue llena de proyectos. Próximamente, presentará en Microteatro la obra ‘Una semana en la Tierra’ y el año que viene saldrá una película propia, de la que no puede hablar mucho todavía. “Es un proyecto que tiene cinco años y del que estoy muy orgullosa. Por otra parte, de teatro tengo mil carpetas abiertas”, señala.

-¿Cómo terminó su relación personal, esa en la que se basa ‘Escorpio’?

-Terminó muy bien, casi en una amistad. No siguió la pareja en un sentido tradicional. En la obra, todo el mundo siente necesidad de que esa pareja permanezca junta. La cabecita romántica nos dice que queremos que ellos sigan. Para saber qué ocurre en la ficción conviene venir a verla.