Juegos poéticos sin grandilocuencias

Especial

Por Manuel Alemian

Nebliplateada. 118 páginas

Tal como advierte la poeta Marina Mariasch en el prólogo a Especial, el reciente libro del escritor, músico, dibujante, editor y carpintero Manuel Alemian (Buenos Aires, 1971), el texto “es un viaje de ida al universo discursivo de la poesía encontrada en el bar de una esquina, en la esquina de la mente, en la curva”. Es decir, se trata de una poesía no grandilocuente, para nada solemne. El decir de Alemian es el de alguien que no pretende modificar el paisaje, pero no se queda en la simple descripción de él. “Horada”, tal como señala la prologuista.

Hay un juego permanente entre el título de un poema de Especial y su contenido. También entre elementos disparatados y complejos. Poemas cortos, como aforismos, y otros un poco más largos. Siempre interesantes.

Asimismo, el pasaje urbano se impone por momentos. “En la mala” dice: “Un linyera pide en la calle,/para poder comer./Yo pido fiado en el Varela,/para tomar un café”. Esa radiografía de lo cotidiano se revela: “Lo nuevo asusta: Lo viejo no. Los viejos sí”, dice el autor.

Se trata de un material que se cuestiona la existencia, que utiliza el humor cuando puede, y que se compromete. “Para dejar de sufrir,/sufrir sin decir más nada”, expresa en un momento y en ‘Para la ansiedad’, revela: “Intenté dejar de madrugar”.

Y además es una poesía que dialoga con el presente: Casi al final del libro, en 'Paren de cantar', Aleiman dice: “Nos está yendo mal,/muy mal./Lo último legítimo de festejar fue el Mundial./ Hoy no hay nada que festejar”. En otro momento sugiere; “¿Y si dejamos las cosas quietas,/así como están,/para siempre?/¿Y si esperamos a que todo,/por fuerza propia,/se descomponga?”. Hay otros “remedios” para el malestar. En ‘La música como compañera’, dice: “Escucho discos/de Doménico Lancellotti/cuando ando mal,/sacado, trulado/Ido”.

Propia, potente, divertida. Así es la voz de Alemian, quien cuenta con una gran producción literaria. Su obra merece escucharse porque, entre otras cosas, siempre resuena, nos resuena.