Resultan exasperantes para cientos de educadores bonaerenses las demoras en el IPS

Jubilación docente: como un juego de la Oca pero que nunca termina

POR BRENDA SÁNCHEZ
(Con la colaboración de Eugenia Giménez y Julián Linares)

 

Los docentes bonaerenses se ven sumergidos en un juego que no tiene reglas claras. ¿Una prueba? A pesar de los infinitos reclamos, apenas 100 de 800 educadores que han iniciado una partida, aludiendo al trámite jubilatorio, pudieron ocupar un lugar en el tablero de este imaginario Juego de la Oca, con algún que otro avance y frecuentes retrocesos. E incluso, cuando se logra progresar de casillero, caen en otros que demoran su llegada al Jardín de la Oca, pensado como un espacio de triunfo y tranquilidad tras décadas de trabajo. En definitiva, un itinerario que se vuelve eterno.

El recorrido hasta obtener la jubilación nunca fue sencillo. Y aun contando los múltiples obstáculos burocráticos, el tiempo estimado debería ser de entre tres y seis meses. Sin embargo, por culpa del mal funcionamiento del Instituto de Previsión Social (IPS), hace más de tres años que no hay “fecha de llegada”, lo cual afecta principalmente la calidad de vida de los docentes.

“Pedimos que agilicen el sistema para que, por ejemplo, pueda jubilarse una colega que padece cáncer terminal y participó, a través de su teléfono celular, de nuestras movilizaciones al IPS en La Plata. Es indignante y triste a la vez”, expresó una de las manifestantes que prefirió el anonimato por temor a represalias. Según la ley 15.243 aprobada en 2020, miles de trabajadores del sector tienen que “ajustarse” y vivir con el 60 por ciento de su sueldo hasta que les salga la jubilación; teniendo en cuenta la crisis inflacionaria, la situación se torna todavía más dramática y el pasaje por el tablero repleto de trabas, aterrador.

Meses atrás, con ánimos de apoyar las reiteradas protestas, el consejero General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Matías Lobos, se dirigió a través de una carta a la presidenta del IPS, la licenciada Marina Moretón, pero tampoco obtuvo respuesta.

“Son trabajadores pasivos que esperan angustiosamente que el Estado restituya sus derechos, otorgándoles sus haberes jubilatorios en la totalidad, como les corresponde. Por lo dicho, es imperativo que se acelere inmediatamente la firma de aquellos expedientes que aún esperan su número de resolución, ya que esta demora no solo infringe derechos y normas constitucionales, sino que refleja un gran déficit de la gestión estatal”, demandó en la misiva.

SOLO PROMESAS

Todos los meses, decenas de docentes vienen concentrándose frente al IPS en busca de una solución y lo único que se llevaron fueron promesas de un avance que hasta ahora no observan.

“Este no es un reclamo partidario de ningún tipo, se hace porque hay una vulneración de derechos. Uno cumple con los requisitos y en mi caso tuve que esperar dos años para poder reunir la documentación digital necesaria para iniciar el trámite. Se que voy a tardar mínimo un año y medio más”, describió otra de las damnificadas, quien también prefirió no decir su nombre por pánico a ser sancionada.

Durante julio y agosto, los maestros han presentado escritos con más reclamos al IPS y a la Dirección General de Escuelas. En cada palabra se puede percibir el cansancio y la desesperación con la que cargan desde hace años y, si bien la presión ejercida por las marchas realizadas desde el 2022 han logrado el progreso de algunos casilleros, no es con la rapidez que esperan y la frustración es cada vez mayor.

Mientras tanto, no hay voces oficiales que esgriman al menos una causa que pueda explicar el crítico funcionamiento del sistema. Por el contrario, los perjudicados encuentran infinitos motivos, desde la negligencia institucional hasta la incompetencia, tal vez, intencionada.

“Cada vez que iba había chicos sin experiencia, leían una parte del expediente y me pedían que renunciara para poder empezar el trámite. Cuando regresé con mi renuncia en mano, me dijeron que ellos nunca me la habían solicitado, estuve más de ocho meses sin cobrar”, reprochó Cecilia, una de afectadas.

 

De oca en oca... ¿me

jubilo porque me toca?

Aunque podría ser un trámite autogestionado, sin costo y sencillo, muchos optan por contratar abogados previsionales para poder apurar los expedientes. Mientras tanto, gran cantidad de carpetas quedan estancadas a la espera de una resolución, lo cual resulta frustrante para quien inicia el trámite de forma independiente. Finalmente, luego de una extensa y ardua partida, una vez pisado el casillero 63, la victoria no siempre es total. “Ahora que estoy mal jubilada, cobrando menos, me llevo el cariño y los recuerdos de jugar con los chicos en el patio -resumió Cecilia- pero me hubiese gustado que el Estado para el que tanto aporté, me reconociera. Es un dolor enorme”, se lamentó.

Es evidente que, aquel momento donde el docente debería sentir orgullo, alegría y tranquilidad por el inicio de una merecida etapa, no siempre está teñido de gratos sentimientos.

Y, más allá de los gastos y la pérdida de tiempo que implica participar de este juego, los docentes no se dan por vencidos. El próximo 12 de septiembre (semana que durante años ha sido reflejo de saludos y regalos), los trabajadores volverán a concentrarse a las 10 en las calles 47 y 7 de La Plata para gritar al unísono por lo que, hasta hoy, sigue siendo un derecho.