Inquietud por una posible proyección de Chile en la Antártida a partir del Beagle

 

En una conferencia sobre "Soberanía argentina en el área austral y la Antártida", el doctor Guillermo J. Fogg expresó su temor de que Chile pretenda reclamar soberanía sobre el sector antártico que actualmente ocupa la Argentina, por la proyección geográfica que hoy les otorga a los chilenos la posesión de las islas Picton, Lennox, Nueva y otras menores.

Al disertar en el Palacio Balcarce (Quintana 151) Fogg, doctor en Ciencias Políticas y Diplomáticas por la Universidad Nacional de Rosario, expresó que las fotos satelitales (elementos que antes no existían) permiten hoy comprobar, con total claridad y seguridad, que esas islas no se encuentran al sur del canal de Beagle, sino al este del canal y en su desembocadura en aguas del océano Atlántico.

Explicó que hoy contamos con elementos que no existían cuando se concretó el tratado de 1881 entre la Argentina y Chile, por el cual se determinó que “pertenecerán a Chile todas las islas al sur del canal de Beagle hasta el cabo de Hornos”.

Se remitió al principio oceánico, reconocido por ambos países en 1881 y que sería ratificado por el protocolo adicional aclaratorio de 1893, que establece que la Argentina tendrá soberanía sobre el océano Atlántico y no pretenderá tenerla sobre el Pacífico y a su vez Chile, por dicho tratado, tendrá soberanía sobre el Pacífico pero no pretenderá poseerla en el Atlántico.

Al resumir el conflicto con Chile por las islas mencionadas, tras declarar la Argentina en enero de 1978 la nulidad del laudo arbitral de la reina británica de 1977, “por el exceso de poder del que estaba viciada la sentencia y otros errores esenciales”, Fogg estimó viciado de nulidad el efecto de la participación del cardenal Antonio Samoré en tanto reconocía la soberanía a Chile por considerar que las islas estaban al sur del canal de Beagle.

SOBERANIA ARGENTINA

En 1983, la editorial Pleamar publicó el libro Soberanía argentina en el área austral, reproducción casi textual de la tesis doctoral del doctor Fogg, que tuvo como padrino de tesis al doctor Calixto Armas Barea, entonces director del Instituto de Derecho Internacional Público de la Universidad Nacional de Rosario.

En su extensa disertación, el orador tocó muy variados aspectos geográficos, políticos, normativos, económicos, ambientales de la Antártida, que han llevado a declararla como el sexto continente, reserva natural, destinado a la ciencia y a la paz.

Recordó que la Argentina sostuvo ocupación permanente en ese continente desde 1904, teniendo la base más antigua en la isla Laurie, de las Orcadas del Sur, la que funciona en forma ininterrumpida desde hace más tiempo, con actividad científica, técnica y hasta oficina postal. Un título que nuestro país puede esgrimir, pues tuvieron que pasar unos treinta años antes de que funcionara otra base permanente en el continente helado.

Advirtió en la historia una pérdida progresiva de territorio argentino a favor de Chile, pero lamentó que se hubiera llegado a la inminencia de un enfrentamiento armado. “Esto lo considero muy lamentable, y que haya sucedido entre dos países hermanos, y al que le conseguimos su libertad”, aludiendo a la campaña sanmartiniana.

Señaló que nuestro país no puede seguir perdiendo terreno ante una política expansionista, y reivindicó “nuestros justos derechos de soberanía que nos corresponden sobre el área austral y también sobre la Antártida Argentina”.

Afirmó que de ningún modo propugna estar en contra de Chile, sino fortalecer relaciones de amistad y propiciar las negociaciones recíprocas. Incluso abrió la posibilidad de -dejando en claro la soberanía argentina- facilitarle el acceso a algún puerto en el Atlántico para su comercio internacional.

Fogg sostiene que mediante el diálogo amistoso entre dos países hermanos se puede llegar a una conclusión que solucione las consecuencias del error cometido por la falta de una tecnología adecuada y estar unidos para un desarrollo armónico de ambos países.