Innovación, criptomonedas y escaneo del iris: los límites de la privacidad de datos

En un mundo cada vez más digitalizado y orientado hacia la seguridad, la tecnología biométrica se ha transformado en uno de los pilares fundamentales en la autenticación e identificación. Por eso cobró tanta notoriedad el caso de la empresa WorldCoin, que fue denunciada en la justicia argentina por entregar criptomonedas a cambio del escaneo del iris, porque combinó ambos mundos, el de la tecnología y el de la seguridad. Lo ocurrido presenta una excelente oportunidad para introducir este tema desde un plano lo más objetivo posible y evitar por un lado la demonización de esta tecnología, pero por el otro alertar sobre la importancia de la privacidad de los datos.

Entre las distintas modalidades biométricas, el reconocimiento del iris es una de las más intrigantes y debatidas de los últimos tiempos. Como cualquier avance tecnológico disruptivo, presenta ventajas y desafíos que vale la pena sopesar y analizar.

Vayamos a las ventajas. Los beneficios del reconocimiento del iris son innegables y sugieren un paso adelante en términos de precisión y comodidad. Una de las características más importantes es la eliminación del contacto físico durante el proceso de escaneo. Esto no sólo aporta comodidad al usuario, sino que también resulta más higiénico en un mundo que quedó lógicamente traumado con la pandemia y la transmisión de enfermedades. A su vez, la capacidad de capturar a la distancia los datos biométricos del iris tiene el potencial de agilizar los procesos de identificación en espacios de alta afluencia, como pueden ser aeropuertos, estaciones de tren, estadios o centros comerciales. Por último, la característica única y altamente personalizada del iris humano (protegido durante toda la vida por la córnea) permite un alto grado de exactitud en la autenticación, algo que no sucede con otros datos de este tipo, como los que surgen del rostro, que se ven afectados por el paso del tiempo.

No obstante, este sistema presenta algunas desventajas. La primera es que el proceso de escaneo del iris requiere condiciones técnicas específicas, como el uso de luz infrarroja y sensores sensibles a esta luz, lo que complica su adopción temprana en dispositivos que no cuentan con esta tecnología. En segundo lugar, la necesidad de mantener una cercanía entre el usuario y el dispositivo puede resultar incómodo en no pocos casos. Por último, su baja utilidad en el contexto de una investigación criminal (el iris no deja rastros latentes, como las huellas dactilares) probablemente haga que su aplicación masiva se demore. 

Habiendo hecho el raconto de los pros y contras de esta tecnología, surge la pregunta: ¿es recomendable dejarse escanear el iris a cambio de dinero? Aunque se trata en última instancia de una decisión personal, la recomendación es que no, y también por varias razones.

La primera tiene que ver con la privacidad. El escaneo del iris implica la recolección de datos biométricos altamente personales. Dejar que una empresa almacene estos datos podría aumentar el riesgo de que se utilicen de manera indebida o que caigan en manos equivocadas, lo que podría resultar en robo de identidad u otras formas de fraude.

En segundo lugar, las empresas que almacenan datos biométricos deben contar con medidas de seguridad extremadamente consistentes para evitar brechas o filtraciones. Si los datos biométricos se ven comprometidos, esto podría tener consecuencias duraderas y perjudiciales para tu seguridad y privacidad. Así como antes de comprar un producto o contratar un servicio nos fijamos qué opinión tienen de los mismos los usuarios, también deberíamos averiguar cuán seguras son estas empresas que ofrecen dinero a cambio de datos personales.

El tercer motivo tiene que ver con algo que dijimos antes: el escaneo del iris es una tecnología que promete, pero su futuro todavía es incierto. Esto quiere decir que la regulación en torno al reconocimiento del iris está en constante evolución. Es posible que en el futuro se produzcan cambios acerca de cómo se manejan estos datos o en las implicaciones legales y éticas del uso del reconocimiento del iris: podríamos estar dando nuestro consentimiento hoy para algo que podría ser ilegal mañana.

Por último, un tema no menor: si aceptamos criptomonedas a cambio de que una empresa escanee nuestro iris, podría resultar difícil, o incluso imposible, revertir esa decisión más adelante si surgen problemas de privacidad o seguridad.

Aunque no es recomendable, si se toma la decisión de avanzar en una opción que implique el escaneo del iris a cambio de dinero físico o digital, siempre tiene que ser fundamental que esta decisión se tome atendiendo la privacidad y la seguridad de nuestros datos.