EL PULSO DEL LOS MERCADOS

Inflación mata balances

Días atrás llegaron a nuestras pantallas datos sobre la inflación en Estados Unidos, números importantes porque podrían incidir sobre los mandarines de la Reserva Federal que quizás tienen bajo la manga otra suba de la tasa de interés antes de fin de año.

En primer lugar, el jueves nos enteramos que los precios al consumidor subieron un 0,2% en julio, tal como esperaba el mercado. De esta manera, la inflación en la primera economía mundial se situó en el 3,2 % según su tasa anualizada, una cifra más alta que el mes anterior, rompiendo así doce meses de bajas consecutivas.

Si bien estamos muy abajo del 9,1 % de inflación interanual del pico de julio de 2022, aun queda camino por recorrer en pos de la meta histórica de la Fed del 2 % de inflación anual. Por lo que aún es temprano para festejar un alivio en las restricciones monetarias.

Sobre llovido, mojado. El viernes, el Departamento de Trabajo anunció que el índice de precios al productor -que abarca el costo mayorista de los productos no elaborados- subió un 0,3 % respecto al mes anterior, más de lo que se esperaba.

Por eso, dos de los índices de la Bolsa de Nueva York encadenaron una segunda semana de pérdidas, al final de una temporada de balances trimestrales que no han sido malos, con la excepción de un par de tecnológicas.

El S&P 500 registró una caída acumulada del 0,3 % y el Nasdaq de un 1,9 %, mientras que el Dow Jones se mantuvo a flote y cerró con un avance semanal del 0,6 %, en 35.281 puntos. Mantengo la visión de este año podría ir a buscar la zona de las 38.000 unidades.

El barril de petróleo de Texas cotizó en 83,19 dólares, para encadenar así siete semanas consecutivas al alza, impulsado por la caída en las existencias de Estados Unidos y por las amenazas de los países productores. Veo un piso para el crudo en 78 dólares y un techo provisorio en 87. Debe recordar al lector que el gobierno de Biden aun no recompuso las reservas estratégicas liquidadas al comienzo de la guerra en Europa para evitar una disparada catastróficas de los precios de los combustibles.

Los metales, mientras, sufren por el dólar caro. Veo al oro fluctuar en una banda entre los 1.900 y los 2.000 dólares la onza. Y a la plata entre 21 y 24 dólares.

Algo hay que decir de la sequía que ha arruinado buena parte de los negocios con las criptomonedas. No ha sido el clima el responsable, sino la brutal suba de la tasa de interés en Estados Unidos como así también la ofensiva de los burócratas de ambos lados del Atlántico que temen a la libertad de mercado. El volumen de operaciones se derrumbó, es ahora un cuarto del que había durante la buena época de 2021. Me da la impresión de que el piso del bitcoin está en los 26.500 dólares y que de a poco se irá recuperando, impulsado por los ETF, como el bito. Calculo que en dos años podremos verlo de nuevo cerca de los u$s 50.000.