"Hoy la agenda apunta a exportar para crecer”

La industria de Alimentos y Bebidas busca diversificar su mercado para multiplicar ingresos y recuperar el nivel de productividad. Es clave reducir la carga impositiva para ganar en competitividad, recalca Carla Martín Bonito, presidenta de la Copal.

Las estadísticas que difunde el Indec pintan una acuarela donde manda la recesión. La actividad económica se retrajo 0,2% en febrero; la producción industrial cayó 0,7% en el mismo mes; y la venta en supermercados se desplomó 11,4%. La reactivación del mercado interno, aseguran los expertos, no se producirá este año.

Paradas sobre este escenario, las empresas del rubro Alimentos y Bebidas buscan mejorar sus condiciones de competitividad para expandirse en el segmento exportador. Irán a buscar allende las fronteras la rentabilidad que, tal vez por mucho tiempo, no obtendrán en la plaza local.

Para alcanzar el objetivo, destaca Carla Martín Bonito, nueva presidenta de la Copal (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios) primero hay que fijar una agenda en la cual figuren puntos clave: recuperación del nivel de producción y alivio de la presión tributaria que permita ganar en competitividad. La tarea dista de ser sencilla.

-¿Cómo están las empresas del sector alimenticio en el actual contexto recesivo?

-A mí me interesa poner el foco no solamente en el contexto puntual en el que estamos y ya todos conocen en base a los registros. La industria de alimentos y bebidas no es ajena a la contracción de toda la actividad. Los índices registran caída en la actividad, pero a mí me gusta más mirarlo con otra perspectiva en el tiempo. La realidad es que la industria del sector se encuentra en un estancamiento crónico, que lleva largo tiempo, donde el conjunto de los sectores que nosotros representamos no recuperan sus niveles de producción desde el 2015 en la mayoría de los casos. Para mí este es el punto de partida, más allá de lo que la actividad registre en la actualidad y lo que se acumule para el primer trimestre. La realidad es que llevamos bastante tiempo con el estancamiento de los niveles de producción y el interrogante es cómo volvemos a recuperarlos.

-¿Qué proyección tienen a futuro?

-La gran pregunta es cómo hacemos para recuperar esos niveles de producción y cómo hacemos para crecer. El punto de partida es recuperar el nivel para expandirnos. Hoy la agenda de Copal está focalizada en la internacionalización, en exportar para crecer. Recuperar los niveles de producción implica primero hacer foco en la capacidad ociosa ya que se están registrando los niveles más bajos del uso de la capacidad instalada. Con lo cual es importante recuperar eso y luego pensar en una agenda de estímulo para la inversión. Hay que ampliar la capacidad, pero hoy tenemos que poner en marcha lo que está ocioso para recuperar los niveles de producción. 

MERCADOS

-¿A qué mercados del exterior se apunta?

-La industria alimenticia es ampliamente superavitaria y exporta a más de 180 destinos. Todas las actividades que nucleamos, que son 34 sectores de la industria de Alimentos y Bebidas, registran algún tipo de actividad exportadora. Es importante porque estamos hablando de una matriz diversa con cierto grado de actividad exportadora. No obstante, tenemos temas estructurales sobre los que justamente hacer foco para poder expandir ese movimiento exportador. Uno tiene que ver con la concentración. Los tres principales sectores exportadores concentran alrededor del 70% de las ventas al exterior que la industria realiza. Por otro lado, es importante hacer foco en la matriz de destino de esas exportaciones. Ahí hay una concentración ya que los diez principales destino se llevan aproximadamente el 50% de lo que se vende desde la industria.

-¿Cuáles son esos destinos?

-Brasil, países europeos y China como los principales. Ahí tenemos un desafío a la hora de pensar en expandir la actividad exportadora. Otro aspecto no menor es la base del entramado empresario exportador. Nosotros representamos un universo de 14.500 empresas pero el registro de actividad exportadora por parte de este entramado empresario se lleva adelante por 1.200. Necesitamos insertar a las empresas a esta actividad exportadora para que la base sea más amplia.

-¿En el enfoque exportador como prioridad ustedes ven que el mercado interno va a tardar en recuperarse?

-Es importante pensar en políticas que permitan estimular la demanda y por otro lado políticas que estén pensadas para acelerar las transformaciones que el sector productivo necesita. Hay un contexto de disminución en los niveles de demanda, donde Alimentos y Bebidas está impactado. 

-Pese a la crisis, lo último que hace la gente es dejar de comer. La demanda baja pero existe, no como en otros rubros donde desaparece. Y en la escalada de precios de Alimentos y Bebidas entraron todos, desde el industrial hasta la última boca de expendio. ¿No les cierran los números?

-No es una cuestión de rentabilidad sino una cuestión estructural. Esto que digo de los niveles de producción, que le dan cobertura a las necesidades del mercado interno. En el contexto inflacionario, del cual nuestro sector no está ajeno, estamos viendo una desaceleración. Venimos con problemas de inflación reprimida, precios retrasados, donde todos éramos conscientes de que venía una inflación alta. Hoy lo que estamos viendo es una desaceleración. La contracara es la disminución en el consumo. Lo importante es cómo hacemos para revertir y consolidar nuestro mercado interno y cómo podemos acompañar con las alternativas que estimulan la actividad de los sectores pensando en el perfil exportador. 

-¿Subieron mucho los costos del sector durante el primer trimestre?

-Los costos subieron fundamentalmente en lo que tiene que ver con las tarifas de la energía y los insumos importados. La realidad es que tenemos un impacto en materia de costos pero afecta también algo más estructural y que tiene que ver con la carga tributaria. Para nosotros es el principal factor de nuestra agenda de competitividad. La necesidad de pensar en una agenda de internacionalización que nos permita hacer foco en el acceso a los mercados, pero que se tiene que conjugar con la agenda de competitividad para insertarnos en el mercado externo. Un pilar clave de todo esto para trabajar es la carga tributaria que contiene la industria de Alimentos y Bebidas. En el caso alimentos alcanza el 40% y en lo que es bebidas, el 50%.

-Va a ser difícil. En el objetivo del Gobierno de alcanzar y sostener el superávit, no está el bajar impuestos aunque lo lleve en su ADN desde lo ideológico.

-En el caso de la industria de Alimentos y Bebidas registramos un superávit muy amplio. Nosotros registramos saldos de balanza de u$s 25.000 millones en promedio. Cada 12 dólares que exporta la industria de alimentos y bebidas, importamos 1 dólar. Esto va a cuenta del aporte que el sector hace al contexto de escasez de divisas. Claramente las posibilidades de resolver los problemas estructurales de diversificación de la matriz de destinos y la incorporación de más empresas exportadoras, nos lleva a tener que dar la discusión sobre los factores de competitividad.

DIALOGO

-¿Hay un puente de diálogo con el Gobierno?

-Nosotros estamos en diálogo con todas las áreas de gobierno, encaminados en un plan de internacionalización. También llevamos adelante una agenda que no sólo hace foco en la carga tributaria sino también a la simplificación y desburocratización en materia fiscal y tributaria. En este recorrido y discusión sobre ajuste fiscal empezaron a proliferar iniciativas a nivel jurisdiccional, en particular a nivel municipal, con todo tipo de tasas que tienen impacto directo en el rubro. Necesitamos poner la lupa ahí y que sea consistente con la discusión que se da a nivel nacional. Es clave que se pueda traccionar toda esta agenda, cuando se presente cierta estabilidad macroeconómica, trabajar fuerte en el ordenamiento fiscal y que eso incluya la discusión en cada uno de los niveles de gobierno. 

-¿Hay una política de Estado en torno a la cuestión de abrir mercados para la exportación?

-Creemos que es necesario trabajar en la construcción de una política de estado. La Cancillería recientemente lanzó un plan y en ese marco está convocando a distintos sectores, entre ellos Copal. Estamos en línea con estas conversaciones de consolidar un plan que trascienda las gestiones de gobierno. En primer lugar se necesita entender cuál es el punto de partida. La producción está estancada y necesitamos generar capacidad exportadora. Tenemos que ver cuáles son las posibilidades ciertas de ampliar esta capacidad. Eso nos lleva a que el plan de internacionalización de los sectores no se limite solamente a temas como el acceso a mercados. Debe haber un entendimiento sobre la agenda de competitividad. Hay que abordar la presión tributaria, revisar los sistemas de logística y distribución con vistas a una mayor competitividad, y que se normalice la situación de comercio, ya que veníamos con el sistema de importaciones que tuvo problemas para las importaciones y el pago de insumos y materias primas fundamentales para la producción.

-¿Cómo impacta la importación de alimentos y bebidas?

-La importación de alimentos ya se encontraba abierta. Cuando se empiezan a implementar esquemas que flexibilizan ciertas operaciones para un marco limitado, empezamos a desarrollar nuestra actividad en condiciones desiguales. Necesitamos esquemas que no generen ventajas para unos y desventajas para otros. Necesitamos asegurar la disponibilidad de materias primas, insumos y bienes intermedios que los bienes finales. Pero partimos de un aspecto que para nosotros es central: tenemos una industria que es ampliamente superavitaria con lo cual el nivel de importación siempre ha sido bajo. No hay que generar esquemas que produzcan desventajas o distorsiones en las cadenas de valor. Apuntamos a un sistema con condiciones equitativas.