El orgullo de la música nacional toca a Bach, Beethoven y Chopin, pero también a Adès y Stockhausen

Horacio Lavandera rompe estructuras

El prestigioso pianista argentino se presentará hoy en el teatro Colón, en un concierto organizado por UNICEF. En enero subirá al escenario del Festival de Cosquín.


Consecuente con la tradición de su familia, Horacio Lavandera (39) tiene su Estudio en Villa Devoto, donde nos reunimos. Afincado hoy en la Argentina, después de haber residido unos años en Madrid durante la dolorosa enfermedad de su padre (José María, destacado percusionista que murió a los 63), lo encontramos siempre lanzado a nuevos desafíos a lo largo de una trayectoria que se inició cuando tenía doce años en la TV Pública, de la mano de una recordada figura de nuestra cultura: Antonio Carrizo.

ESCUELA PIANISTICA

-Usted vivió desde chico en un ámbito influido por la música.

-Desde ya. Nosotros somos de origen asturiano, y le cuento que a uno de mis tatarabuelos Tomás Bretón le entregó un premio como el mejor director de bandas de España. Mi tía abuela Marta Freigido era pianista, mi abuelo era clarinetista y mi padre fue el discípulo predilecto de Antonio Yepes. Con ese legado (``quiero dedicarme a la música'' les dije a mis padres), a partir de allí fui desarrollando una carrera cada vez más atrapante, que me llevó al Carnegie Hall, la Filarmónica de Berlín, la Scala y obviamente el Colón, entre otros altos escenarios internacionales. Entre los directores con los cuales toqué, tengo en cuenta a Pierre Boulez, Franz-Paul Decker, Juan Pablo Izquierdo.

-¿A cuál escuela pianística se considera adscripto?

-Decididamente a la de Vicente Scaramuzza, el gran maestro y formador ítalo-argentino, la que me fue trasmitida por mi profesor Antonio De Raco. Luego me perfeccioné con Maurizio Pollini en la Academia Chigiana de Siena, y con Josep Colom en Madrid.

-En materia de repertorio, usted empezó con obras clásicas para ir transitando luego hacia piezas contemporáneas y ultra contemporáneas. 

-En realidad no fue tan así, porque Jorge Kenny, destacado organista muy amigo de mi padre, fue mi instructor en materia de armonía y principios y teoría musical, por lo cual ya desde el comienzo me familiaricé con toda clase de autores, siempre hice todo. Me siento cómodo haciendo las obras que elijo.

-¿Siente que el mundo está cambiando?

-Tengo actualmente la sensación de estar viviendo en un mundo que está transformándose de manera continua. Y en esta dirección, el papel que está adquiriendo la mujer es cada vez más importante. Por ello, desterrando una costumbre que prácticamente las ocultaba como compositoras, la segunda parte del concierto del Colón va ser dedicada por entero a Clara Schumann. Estoy investigando su legado, tan valioso, en el que sobresalen como obras maestras el Trío opus 17 (que ejecutaré con la violinista Lucía Luque y la cellista Karmen Rencar) y las Canciones opus 3, con la voz de Virginia Tola. En la primera sección de la velada se escucharán la Sonata `alla turca', de Mozart, y la `Claro de Luna', de Beethoven, obras en las que habrá sorpresas. Porque sus versiones tendrán si se quiere connotaciones novedosas, ya que, a raíz de haberse descubierto en 2014 manuscritos originales hasta entonces ignorados, en la primera de ellas se incorporan notaciones y detalles de fraseo, intensidades, apuntes rítmicos. En el compás 27 de la segunda, Beethoven había anotado un `piano' súbito, luego de un `crescendo' que ningún intérprete hizo hasta ahora, porque no tuvieron acceso a las partituras autógrafas.

-¿Qué sucede con Bach? 

-Lo toco todo el tiempo, y hace muy poco terminé de grabar las `Variaciones Goldberg'. Digamos que en el abordaje de Bach trato de guiarme por la pureza estilística de un gran tenor alemán, Peter Schreier, cuyas traducciones son conmovedoras. 

TODO TIPO DE MUSICA

Lo conocimos a Horacio muy jovencito, cuando recién asomaba, y lo encontramos ahora, plenamente maduro en lo personal y dueño de un vuelo artístico superior."El público de conciertos y recitales proviene de muy distintas esferas, y hay que prepararlo para encontrar la mejor comunicación. Bach en un contexto desfavorable no va a funcionar y Thomas Adès tampoco. Aunque no siempre las mezclas son lo más conveniente, el artista en esta materia debe ser intuitivo. Lo que hay de tratar de ver es como se puede llegar a la audiencia, con Mozart o con trabajos de vanguardia. Es cuestión de combinar. En la mayoría de los conciertos no hay casi música de vanguardia. Le digo de paso que soy considerado uno de los cinco pianistas que en el panorama internacional son capaces de tocar las obras de Stockhausen, que no son difíciles, sino técnicamente endiabladas''.

-¿Cómo será su 2023?

-Para el año que viene, tengo compromisos en Munich, Leipzig y Madrid. Pero además de ello, me voy a presentar en enero en el Festival de Cosquín, encarando piezas de Atahualpa Yupanqui y su esposa Nenette Pepin, quien era una interesantísima música. Entiendo que es la primera oportunidad en que un instrumentista proveniente de las esferas clásicas va actuar en ese ámbito.

-¿Cómo se decidió su lanzamiento, algo extraño, al Festival cordobés?

-En realidad, es una historia muy, muy larga. Pero se la cuento otro día.