Florencio Avalos, de 30 años, se convirtió en el primer rescatado sano y salvo luego de 69 días de encierro

Histórico e inolvidable rescate de los mineros en Chile

Avalos emergió de la cápsula "Fénix 2" a las 0:10 horas del miércoles al término de una maniobra seguida en directo por televisión por mil millones de espectadores alrededor del mundo

Copiapó, Chile - Florencio Avalos se convirtió hoy en el primer rescatado sano y salvo de los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad en el yacimiento chileno San José desde hace 69 días.

Avalos emergió de la cápsula "Fénix 2" a las 0:10 horas del miércoles al término de una maniobra seguida en directo por televisión por mil millones de espectadores alrededor del mundo.

En la superficie le esperaban ansiosos su esposa, Mónica Araya, su padre, Alfonso Avalos; sus hijos Alex, de 16 años, y Byron, de 8, y su tío Wilsson.

Los familiares rompieron a llorar y se fundieron en abrazos con él, mientras una sirena alertó al campamento "Esperanza" de que el salvamento más milagroso de la historia de la minería había comenzado con éxito.

El minero, cuyo viaje por el pozo excavado durante 33 días se demoró apenas 15 minutos y 32 segundos, llevaba unas gafas oscuras especiales para evitar que la luz dañara sus ojos y mostraba una gran serenidad,a diferencia de su pequeño hijo Byron, que prorrumpió en un largo sollozo.

Tal y como había anunciado que era su deseo, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, abrazó al minero con emoción, mientras la primera dama, Cecilia Morel, hacía otro tanto con la esposa del rescatado, Mónica Araya.

El ministro de Salud, Jaime Mañalic, lo acompañó hasta una camilla y fue conducido hasta un pequeño contenedor cercano al punto donde la cápsula alcanzó la superficie para ser sometido a un primer análisis médico.

El estallido de alegría en el campamento "Esperanza" fue acompañado con sirenas de bomberos y el repique de las campanas de iglesias en todo Chile.

El minero de 30 años y designado el primero para salir es "un buen hijo y planea ser camarógrafo en el futuro", dijo su mamá, María Silva.

“Florencio es un chico educado, caballero y respetuoso; es un buen hijo conmigo, estoy feliz de poder verlo”, dijo Silva, una aplomada y humilde mujer de 61 años.

En el campamento Esperanza, los Avalos, familia de agricultores, son emblemáticos por ser uno de los grupos más numerosos: seis hijos -tres mujeres y tres hombres- de María con su esposo y muchos primos, sobrinos y nietos, incluido un bebé.

La madre de Avalos contó que su hijo “hace cinco años que se dedica a trabajar en minas y antes lo hacía en los `parrones` (parras)”.

“Es muy tímido y cuando comenzaron a salir en televisión, él se autoproclamó para filmar y eligió así esconderse, por eso es el que menos aparece en los videos” difundidos, relató la madre.

Silva contó que “Florencio era capataz de mina cuando ingresó, y siempre me decía que la mina estaba muy mala, y que caían piedras”.

La mujer no está segura de que su hijo sea el primero en salir porque nadie se lo dijo, pero confió en esa posibilidad debido a ser una persona muy experimentada y de buen estado de salud, que no presentó ningún problema en estos más de dos meses de encierro.

Silva contó que “la primera en recibirlo será la esposa, Mónica Araya, y tras el chequeo médico” lo saludarán ella y el padre.

Florencio Avalos se casó a los 15 años y tiene junto a Araya dos hijos varones, de 16 y 8 años.

“A él les gustan los caballos, pescar y jugar a la pelota; le hubiera gustado estudiar en la universidad, aunque nunca pudo, y dos semanas antes del derrumbe había regresado a la mina luego de una licencia médica por lumbago”, contó la mamá.

La hermana menor, Berta Avalos, se manifestó “feliz” de que su hermano salga primero, aunque todavía le va a quedar otro hermano dentro de la mina, Renán.

“Mis dos hijos son muy fuertes; Florencio le consiguió trabajo a su hermano y a su cuñado, Osmar Araya, que también está adentro”.

“Florencio es una persona muy serena, que ayudó a su cuñado a pasar este tiempo encerrado, y ya manifestó que a la salida va a ser camarógrafo”, dijo María.

Avalos fue el primer "rostro" de la tragedia que recorrió al mundo, cuando el 22 de agosto se hizo llegar a las profundidades de la mina una cámara de video que permitió apreciar en qué condiciones estaban los 33 trabajadores, atrapados desde el 5 de ese mismo mes.

Este minero registrará los mayores detalles del ducto para información de los técnicos y los médicos que encabezan el rescate, datos que permitirán saber, por ejemplo, si hay grietas o qué se siente dentro de la cápsula durante el ascenso.

Avalos fue apodado "el camarógrafo" desde que tomó la cámara e instó a sus compañeros a enviar saludos a sus familias.