Hazaña al rojo vivo
El baúl de los recuerdos. Independiente consiguió un empate agónico que le dio el título del Nacional 1977. Perdía la segunda final en Córdoba 2-1 con Talleres y le expulsaron tres jugadores. En una reacción heroica alcanzó la igualdad con un gol de Ricardo Bochini y fue campeón.
Eran tiempos de gloria copera, de orgullo nacional. Independiente acaparaba Libertadores y paseaba su dominio por América y el mundo. Pero también quería reinar en la Argentina. Llevaba más de cinco años sin títulos. Se la había escapado el Metropolitano del ´77, ganado por un River arrollador. El Nacional brindaba la oportunidad del desquite. Talleres, un gran equipo dirigido por Roberto Marcos Saporiti, había alcanzado un valioso 1-1 en la primera final, en Avellaneda, en especial porque el gol de visitante valía doble en caso de igualdad en ambos duelos. La revancha en Córdoba fue apasionante, épica, inolvidable… El Rojo se puso en ventaja, La T dio vuelta el marcador con un polémico gol con la mano de Angel Bocanelli. Discusiones, tres expulsados del bando perdedor… Se venía la noche. Pero con una sed de triunfo inquebrantable, Independiente no se rindió y Ricardo Enrique Bochini selló el épico 2-2 que aseguró un título increíble.
Pocas noches más dramáticas debe haber vivido el fútbol argentino como aquella del 25 de enero de 1978. La cancha de Talleres, en el Barrio Jardín, engalanada para acoger una fiesta en azul y blanco. El 1-1 nutría esa sensación de triunfo. Además, el equipo del Sapo jugaba bárbaro. La Pepona José Omar Reinaldi, el Rana José Daniel Valencia y el Hacha Luis Antonio Ludueña en un mediocampo de ensueño, los goles de Humberto Rafael Bravo, la firmeza de Luis Adolfo Galván en el fondo... Tenía argumentos el conjunto cordobés para soñar en grande.
También los poseía Independiente. A pesar del resultado adverso, las huestes de José Omar Pastoriza confiaban. Habituadas a la tensión de las finales, debían dar otra prueba de coraje y de fútbol. Una defensa sólida liderada por Hugo Villaverde y Enzo Trossero; garra en el medio con Rubén Galván, sabiduría con Omar Larrosa y magia de la mano del Bocha; y por si fuera poco contundencia arriba con Norberto Outes y Pedro Remigio Magallanes. Hasta se daba el lujo de tener a Ricardo Daniel Bertoni -una lesión le hizo perder protagonismo- en el banco.
Las tribunas colmadas vibraban cuando Roberto Barreiro ordenó el puntapié inicial. El árbitro fue un personaje central de esta historia. Pero es mejor ir paso a paso. Talleres gozaba de la enorme simpatía de algunas figuras importantes de las Fuerzas Armadas. Luciano Benjamín Menéndez, hombre fuerte del Ejército en la provincia mediterránea, veía con muy buenos ojos la consagración cordobesa. Hasta le había prometido la presidencia de la AFA al máximo dirigente del club, Amadeo Nuccetelli.
EL ESCANDALO DICE PRESENTE
En medio de ese clima, Outes puso en ventaja a Independiente con un cabezazo. La Boutique del Barrio Jardín había enmudecido. El conjunto visitante trataba de mantener la ventaja que le aseguraba la vuelta olímpica. Talleres estaba obligado a ganar. El empate ya no le servía. Le costaba al equipo de Saporiti. No encontraba el resquicio para definir. Al cumplirse el cuarto de hora inicial del complemento, Barreiro le otorgó un penal a La T por una inexistente mano de Rubén Pagnanini . La controversia empezó a jugar su partido. Rubén Cherini estampó el 1-1 desde los doce pasos. Córdoba volvía a creer. El dueño de casa empujó una y otra vez contra el arco de Roberto Rigante.
Al local no le alcanzaban sus esfuerzos y entonces apareció la invalorable colaboración del árbitro. Bocanelli metió la mano en un córner y Barreiro convalidó el gol ante las enfurecidas protestas de los visitantes. Galván recibió la primera expulsión. Inmediatamente lo siguieron Larrosa y Trossero. El escándalo era infernal. Hasta el propio Diablo Rojo ardía en las llamas de la ira y la frustración.
Independiente intentó retirarse de la cancha. Los jugadores se quejaban. No toleraban la actuación totalmente parcial del juez. Pastoriza los frenó. Justo cuando la sombra de la rendición comenzaba a oscurecer todavía más la noche, el Pato los persuadió de seguir adelante. Y les contagió su fe ciega en el título. Hombre de gran personalidad, el técnico no era un hombre dispuesto a renunciar así como así.
Algunos dijeron también que Menéndez metió la cola y forzó a los visitantes a seguir en la cancha. En Independiente niegan esa versión y juran que Pastoriza fue el líder de la resistencia. Se quedaron. Faltaban 15 minutos. De la impotencia, Bochini le cometió una violenta infracción a Victorio Ocaño. Barreiro eligió no mostrarle la tarjeta roja.
El Rojo salió hacia delante con alma y vida. Villaverde se quedó solo atrás para intentar aguantar las embestidas cordobesas. Los minutos corrían. Talleres se acercaba a su día más glorioso. Pero no contaba con la determinación de un rival que volvía a creer en sí mismo.
Bertoni tocó para Bochini, quien se la alcanzó a Mariano Biondi. El mediocampista gambeteó en el área y vio la entrada franca del Bocha. Salió el pase que ese orfebre del buen fútbol con poca apariencia de jugador envió al fondo del arco de Rubén Guibaudo con un remate muy alto, casi al punto de impactar en el travesaño. El delirio se mudó a Avellaneda. Bochini le había puesto la firma a un gol imperecedero.
Independiente, contra las cuerdas, no se rindió. Luchó y jugó para hacer realidad un título imposible. Protagonizó una hazaña al rojo vivo.
LA SINTESIS
Talleres 2 - Independiente 2
Talleres: Rubén Guibaudo; Eduardo Astudillo, Luis Galván, Víctor Binello, Victorio Ocaño; José Omar Reinaldi (Antonio Syeyyguil), Luis Antonio Ludueña, José Daniel Valencia; Angel Bocanelli, Humberto Rafael Bravo, Ricardo Cherini. DT: Roberto Marcos Saporiti.
Independiente: Roberto Rigante; Rubén Pagnanini, Hugo Villaverde, Enzo Trossero, Osvaldo Pérez; Omar Larrosa, Rubén Galván, Ricardo Bochini; César Brítez (Mariano Biondi), Norberto Outes, Pedro Magallanes (Ricardo Daniel Bertoni). DT: José Omar Pastoriza.
Incidencias
Goles: Primer tiempo: 29m Outes (I). Segundo tiempo: 15m Cherini (T), de penal; 29m Bocanelli (T); 37m Bochini (I).
Expulsados: Segundo tiempo: 30m Galván, Trossero y Larrosa (I).
Cancha: Talleres. Arbitro: Roberto Barreiro. Fecha: 25 de enero de 1978.