El rincón de los sensatos

Hay que fortalecer la democracia constitucional

Por Jorge Reinaldo Vanossi

La preocupación procede desde el tiempo en que estamos asistiendo a la "descomposición casi total de la República". Y ello es grave, por lo que debe prestarse atención al problema, pues necesitamos precavernos a fin de salvaguardar la plena vigencia de un régimen de "democracia constitucional", inherente a la defensa de la libertad del pueblo y de las garantías consiguientes, entendiéndose por ello la continuidad de un sistema que hace al respeto de la dignidad humana en la plenitud de su porvenir.

Veamos entonces algunas de las consideraciones entorno y alrededor de las preocupaciones que animan a tomar en cuenta el bienestar general de la sociedad en la plenitud de los quehaceres que se prestan y comprenden la necesidad de alientar con vigor el acatamiento y la efectivización de una convivencia por la Paz y el Derecho plenos.

Por lo tanto y por lo pronto hay que emprolijar a la Nación Argentina.

Lo primero que debe tratarse es la advertencia en torno a la diferencia que media en la disquisición entre el pretendido "relato" y la afamada "Constitución" de la República. Es obvio que en una Democracia con sentido liberal y un entorno social de la comunidad es menester que la Constitución sea la norma de primacía del Estado; y que de ninguna manera se pretenda sobreponer el "relato", cuyo conocimiento que se da es generalmente detallado para imprecisar en los hechos y es mera narración o puro cuento que se impone en el engaño para confundir a la sociedad y al pueblo.

A propósito de esto puede acortarse en el caso una afirmación de Jorge Luis Borges cuando "...el populismo adolece de penuria de crasa ignorancia (gruesa, gorda, rada o tosca) e inverosimilitud...". Y pasando a otro autor, se puede acudir a Francis Scott Fitzgerald cuando proclamó que "la prueba de una inteligencia de primer orden es la capacidad de sostener en la mente dos ideas opuestas a la vez, sin que haya merma de funcionamiento: uno debería -por ejemplo- ser capaz de entender que algo es irremediable y sin embargo decidirse a cambiarlo" ("El Crack Up").

Pero lo cierto es que la necesidad exige el perfeccionamiento del Derechos para su aplicación con la Justicia. Por algo es que Alberdi; advertía "que el respetar la Constitución es el medio más poderoso para lograr el Orden y la Paz en la Sociedad. Por las dudas es bueno tener presente el criterio y la observación que formula la Corte Suprema (en Fallos 321:1784) cuando expresa que "el silencio de la Administración no vale como consentimiento tácito de los órganos estatales, ya que se trata de una conducta inapta para ser considerada como una manifestación positiva de voluntad pues, salvo disposición expresa del orden normativo, "el silencio debe ser interpretado en el sentido negativo".

De todos modos advierte Dworkin que "la Constitución es una novela por entregas" que se va completando o se va rehaciendo no obstante que siempre tendrá vigencia si está presente la pugna entre los valores y los procedimientos. Y se sabe, por lo que dispone el artículo 82 de la Constitución Nacional que "se excluye en todos los casos la sanción tacita o ficta".

Sin embargo y pese a todo lo conocido, se tiene en cuenta la creencia de Ortega y Gasset cuando advierte a tiempo que "la Política es la arquitectura completa... pero incluidos los sótanos; si un país tiene "un proyecto sugestivo de vida en común". Otros también opinaron como en el caso de Fernando Enrique Cardozo, con su apotegma de dicho breve y sentencioso pero feliz de que "gobernar es explicar"; aunque Borges con su consabida sapiensa, siempre predicaba a favor de una conjura "para llegar al fin a la sensatez”.

A propósito de todo lo señalado en torno a las "realidades", se puede apelar a los periodos de tiempo que se estiman en los procesos de cambio y transformaciones que los tiempos ocasionan, siendo a esos efectos el aviso de Roman Krznaric quien inventara la metáfora del "pensamiento catedral" (por la construcción de los templos) en el sentido de que en Europa la gente comenzaba a construirlos y "hasta sabían que no los verían terminados en el trascurso de sus vidas" (sic), pues se trata de aquello que no conocemos pero que deberían ser parte del presente: y cualquier semejanza o comparación con la figura de los gobernantes de nuestro país confirmaría la verdad de este principio (Principio de Laurens Peter y Reymond Hull").

Entre nosotros ya en 1913 José Ingenieros en su obra "el hombre mediocre" destacaba a la "mediocracia" de los que nada saben creer decir lo que piensan, aunque cada uno sólo acierta "repetir dogmas o auspiciar voracidades".

En otros tiempo Camus incitaría varias veces en el hecho de que no se puede odiar sin mentir y que conviene reparar en ello, dado que efectivamente el odio se alimenta de mentiras". Es bueno saberlo, pues ya en tiempo de los griegos Hesíodo indicaba que era "la educación la ayuda a la sociedad para aprender a ser lo que es capaz de ser".

 

II- REGIMEN JURIDICO

Hay momentos en que el auge del Derecho Constitucional sorprenden en los Estados episodios en que los sectores dominantes de las clases políticas asumen actitudes que ponen en riesgo el equilibrio del régimen jurídico propio del Estado de Derecho. Unos de los casos se exteriorizan- y preocupan a la sociedad en su conjunto- con la aparición de ciertas "decisiones supremas" que imponen "poderes absolutos", que se manifiestan como el "ACME", al que se pliegan los "acmeistas" en su afán de dominación, con el temor de separaciones sectoriales muy preocupantes ante un desequilibrio evidente entre el pueblo: acaso sea por ello que Jorge Luis Borges se interrogaba preguntándose "¿Qué Dios hay de Dios?". Un escritor argentino llego a pensar en sus alocuciones que "Es nada el tiempo contemplado en brutos, aunque lo terrible es el minuto " (Baldomero Fernández Moreno (dixit).

Cuando acontecen esas circunstancias tan preocupantes, Albert Einstein -un sabio- procuraba acudir a la adopción de tener "aproximaciones al éxito", aunque un veterano político acudía a una incitación: que "la consigna es bregar y en esto estamos" (para sus correligionarios y a al acudimiento a la ciudadanía.

Lamentablemente en algunos casos aparecen cuando es una enfermedad y se conoce como Anosognosia...! Muy peligrosa para el destino Nacional.

En esos casos imperiosos y peligrosos se puede estar ante lo que asumen el tenor o el terror de un "blitzkieg", que resultaría aterrador. Y cuando la cuestión es grave, necesario resulta señalar a tiempo que cualquier controversia que pudiera existir entre uno y otro país debe ser solucionada en el marco del dialogo y la solución pacifica de la controversia tal como dispuso justamente el "Tratado de Paz y Amistad" de 1984 en países hermanos.

Como decía Carlos Sánchez Viamonte, así de debía ser cuando "la Democracia se integra con el reconocimiento y la aplicación del conjunto de los principios morales que confirma los contenidos éticos propios de la República contemporánea".

De allí surge la importancia institucional de los Partidos Políticos, que resultan fundamentales para asegurar el ejercicio del régimen constitucional y democrático. Al respecto merece recordarse al pensamiento de Simonen Weill, afamanda pensadora y militante, que se atrevió en difíciles tiempo afirmar que: "un Partido Político es una maquinaria para la fabricación de pasión colectiva. Un partido político es una organización constituida para ejercer una presión colectiva sobre el pensamiento de cada uno de los seres humanos que son sus miembros. El primer fin y, en último análisis, el único fin de todo partido político es un propio crecimiento: y esto sin límite alguno".

A lo dicho por la autora recordable, es dable traer a colación en las deformaciones que se producen en circunstancias políticas en las que aparecen fenómenos de la "corrupción", que configuran aspectos que por desquicio afectan a la salud ética y moral que debe dominar en el quehacer democrático. En alguna oportunidad tuvo ocasión Jorge Luis Borges de advertir momentos del quicio al desquicio y dijo al respecto: "más grave que la falta de imaginación es la falta de sentido moral. Un americano imbuido de tradición protestante, se presentará en primer término si la acción que le proponen es justa; un argentino, si es lucrativa. Se da, también, una suerte de picardía desinteresada; ante un reglamento nuestro hombre se pone a conjeturar de qué manera podría burlarlo. Nos cuesta concebir la realidad de las relaciones impersonales. El Estado es impersonal: por consiguiente no debemos tratarlo con exceso de escrúpulos; y por consiguiente el contrabando y la coima son operaciones que merecen el respeto y -sin duda- la evidencia. Anoto con alegría estas reflexiones. También sin irse; dada mi condición de contemporáneo “es inevitable que me parezca de algún modo a quien denuncio."

Lo dicho por Borges coinciden con lo dicho por Ayn Rand en su obra "La rebelión de Atlas" al afirmar: "Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes no trafican bienes sino favores, cuando perciban que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias" más que por el trabajo y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino que -por el contrario-son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un inútil sacrificio, entonces podrá reconocer que esa sociedad está condenada. ¡Sin comentarios!

 

III- “NO PODEMOS RESIGNARNOS”

¿Podemos suponer que la República sufre una "concentración espasmódica" para el pueblo? No podemos resignarnos. O habrá que pensar si todo está controlado por "algoritmos que nos empujan en ciertas direcciones, acaso, tal como Borges se preguntaba acerca de "la dictadura de la aritmética..." ¿Será verdad? El tema gira en torno a la mente, en cuanto a potencia intelectual del alma y conjunto de actividades y procesos psíquicos conscientes de carácter cognitivo (designio, pensamiento, propósito y voluntad). Para saber lo que es en la realidad - política también - se puede observar según el sabio Albert Einstein que "la mente es como un paracaídas = solo funciona si la tenemos abierta".

Muchas crisis provienen del estigma de la inseguridad desbordada con la violencia física que emana de las derivaciones erróneas del "abolicionalismo" que prodigan algunas escuelas generales, por lo que se debería caminar en direcciones de una recomposición hacia la regeneración que aliente el recuerdo de la memoria con remencreación.

A propósito de ello, cabe tener presente al maestro Hans Kelsen cuando afirmó que "la existencia de la democracia moderna depende de la cuestión de si el parlamento es un instrumento útil para resolver las necesidades sociales de nuestra era". Y en paralelo, si se trata de "diagnósticos" y "proposiciones", está presente la advertencia de Albert Einstein al afirmar que "no podemos resolver nuestros problemas con el mismo pensamiento que usamos cuando la creamos", con la misma frase difundida de la "Locura: hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes". Son muchas y variadas las expresiones - y las ironías - que han emitido los políticos: así, León Blum decía que "el poder es tentador pero la oposición es confortable"; y Giulio Andreotti emitía "el poder desgasta ... sobre todo al que no lo usa". Y con más vuelo, decía Churchill: "medirlo indefinido y sopesar lo imponderable", mientras que en otras épocas Blas Pascal había alertado que la fuerza sin justicia es tiranía!; aunque más remotamente en la historia los griegos llamaban "kikirocracia" al gobierno de los inútiles... pero transcurrido varios siglos aparece el sudafricano Mandela, afirmando que "un día no sabremos quienes somos porque nos olvidamos de quienes fuimos, y entonces perderemos la batalla por la Paz y la Libertad".

En síntesis, vale la pena remitirse a Albert Camus, ilustre en su pensamiento y reflexión, al decirnos "que contar mal las cosas es incrementar las desgracias del mundo": es una gran verdad!

¿Y nos preguntamos qué se puede esperar y desear para la prosperidad de la Patria, nuestra República Argentina, en estos tiempos de desasosiego? Si de lo material se trata más producción en inversión, investigación e innovación, como tres claves para "crecer"... Por algunos se ha dicho que el conflicto solamente podría terminar cuando el Estado se decida a detener y enjuiciar a todos los delincuentes de la "Lof Lafken Winkul Mapúche", que pretenden entronizarse como el avance invasivo de su "raza": pero acontece que en la actualidad la primera acepción de "raza" en el Diccionario de la RAE habla de "casta o calidad de origen o linaje" y la segunda acepción la describe como "cada uno de los grupos en que se subdividan algunas especies biológicas..." Por lo tanto, la nacionalidad argentina no puede ser invadida por los ajenos a nuestra Patria ante sus usurpaciones territoriales en la Patagonia (aunque persistan en su atropello acaso: venceréis pero no convenceréis", como señalaba Miguel de Unamuno hostigado (por militantes falangistas en la Universidad de Salamanca en 1936).

El Estado argentino debe expulsar a los usurpadores asumiendo la energía nacional, a semejanza del coraje de Winston Churchill ante la Cámara de los Comunes cuando se vivían momentos apremiantes (11 de mayo de 1940) no pudo ofrecer otra cosa que "sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas" (ante el expansionismo nazi ordenado por Hitler). Se debe en esos casos actuar en pleno: nadie puede alegar su propia torpeza ante una usurpación (Nemo Auditur Propiam Turpitudinem Allegans); y el propio Jorge Luis Borges dijo una vez "¿La palabra muerta?: me sugiere ...una gran esperanza" igran enseñanza!

IV.- Llegamos pues a la necesidad de encontrar la salida a los problemas de encontrar la salida a los problemas argentinos. Hay que diferenciar "el golpe de Estado", de los "golpes desde el Estado". Las diferencias conceptuales son considerables: en el primer caso fueron los golpes de origen militar o en casos de golpes "cívico militares" (Onganía y los intereses creados). El segundo supuesto es cuando se está en presencia de gobiernos constitucionales que se vuelcan a la desviación del Poder y que se apartan del respeto establecido por la Constitución Nacional, incurriéndose en violentos apartamientos del Estado de Derecho. En este tipo de "golpes" es dable percibir que la asunción de facultades se convierte en la hegemonía del "partido político" dominante conjuntamente con el apoyo de grupos sociales que se suman coadyuvantes. Y cuando se llega a la máxima intensidad se entra en el plano del "Acme", que es una patología propia del autoritarismo concentrado y centralista.

Pero un éxito del régimen de la Democracia Republicana y social depende del acierto y la voluntad del pueblo y de la sociedad, con la defensa de los principios convergentes con el Estado de Derecho Constitucional, con la paz  y sin odios.

Vale la pena recordar que los romanos se cansaron de aguantar: ";Hasta cuando Catilina abusará de nuestra paciencia...!" ¿Qué podemos decir nosotros hoy? cuando estamos al borde de una desinteligencia que nos confunde a diario, con angustia y pesar.

Es de esperar que se aguarda la llegada de un nuevo cielo de esclarecimiento.