EL PULSO DE LOS MERCADOS

Hay mucho desaguisado de las autoridades monetarias

La reunión de la Fed de los últimos días ha dejado en claro que Jerome Powell va a camino a convertirse en el peor actor del año. Después de anunciar que la Reserva Federal consideró oportuno dejar sin cambios la tasa de interés de referencia en 5,25 %, añadió unas palabras que nos dejaron pasmados a todos. Dijo que la inflación seguía muy alta y los precios, creciendo a niveles muy desagradables, muy por encima de la meta del 2 % por lo que harían falta dos alzas adicionales de aquí a fin de año. Balde de agua fría.

La indignación selectiva del polémico responsable de la política monetaria de Estados Unidos me recuerda un documental que puede verse por Netflix de Chris Rock (Selective Outrage). Ahora, asume el papel de duro. Incluso afirmó que la brutal suba de tasas no ha causado daños significativos al empleo, al mercado inmobiliario y a la producción. En mi opinión, no es así. El amesetamiento de la economía estadounidense es un dato de la realidad.

Por ejemplo, las solicitudes de ayuda por desempleo fueron de 262.000 para la semana finalizada el 10 de junio, informó el jueves el Departamento de Trabajo. Este guarismo es mayor de lo que anticipaban los analistas. Y los pedidos de las últimas dos semanas son los más altos desde noviembre de 2021.

El mercado inmobiliario también muestra señales de deterioro. Y el jueves nos anoticiamos de que la producción industrial de EE.UU. cayó un 0,2 % en mayo tras dos meses consecutivos de aumentos. Son muchos los que pensamos que lo peor está por venir. Por eso, se reclama que la tasa de interés comience una baja gradual hasta el 4 % anual, que es el nivel actual de la inflación. La Fed lo haría recién bien entrado en 2024.

EN EUROPA

Del otro lado del Atlántico, el Banco Central Europeo decidió subir su tasa de interés un cuarto de punto hasta el 4 %, alcanzando de este modo su nivel más alto desde 2008. Y proyectó otra alza para julio próximo, que sería la novena desde julio del año pasado, seis meses después de que empezaran a actuar los mandarines estadounidenses. Esto podría provocar un envión adicional al euro que podría llegar al 1,15 por dólar.

En este contexto los más beneficiados podrían ser los exportadores de commodities. El petróleo, el cobre, la soja se beneficiarían de un dólar debilitado frente a la moneda europea. Es un momento de reflexión para los inversores. Hay mucho desaguisado por parte de las autoridades monetarias.

Como usted sabe, el tipo de cambio en la Argentina cerró el viernes en 4,85 el dólar libre y en 5,05 el contado con liquidación. Hasta el miércoles no funcionarán los mercados financieros (el lunes es feriado en Estados Unidos, por otro lado) a causa de la celebración extendida por el Día de la Bandera.

En el próximo festejo en junio de 2024 los argentinos habremos visto un dólar por encima de los 800 pesos, de acuerdo a mis cálculos..