Claves de la pandemia­

¿Hacia un médico humanista?­

 

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­Sydenham, fue un gran médico, apodado el Hipócrates inglés; a él se le atribuye la descripción de la corea aguda infantil (corea de Sydenham), pero lo más importante es que su interés se centró, en la aguda observación clínica de los síntomas de sus pacientes, desde su aparición hasta su desaparición, permitiendo descifrar nada menos que el curso natural de la enfermedad.

Su descripción del cuadro de gota, la que él mismo padecía, es de lectura obligada, por su primera descripción.­

Es conocido, además por un episodio en su vida, cuando uno de sus estudiantes se le acercó pidiéndole, le recomendara un libro donde perfeccionar sus conocimientos de medicina, el gran hombre le contestó que leyera el Quijote

Es una anécdota que se lee en los libros de historia de medicina, una materia inexistente dentro de la curricula medica, pero de gran actualidad y necesidad.­

Esta anécdota, nos permite introducirnos, en la dicotomía, que hoy día plantea, la diosa tecnología y la realidad medica del siglo XXI.­

Sydenham, quiso significar, que un buen médico, no solo debe leer y saber medicina, sino que también debe formarse en otras áreas, que hacen al conocimiento del espíritu humano, arte, arquitectura, historia, cine, filosofía, conocimiento de otras culturas, de otras lenguas.

Es frecuente, en mi tarea docente explicar determinadas patologías, acudiendo a sus primeras descripciones, o a su significado en latín o griego. Por ejemplo: Aneumatosis, patología pulmonar caracterizada por el colapso de un bronquio, y por lo tanto pulmonar, a: falta; neuma: viento; osis: intercambio. ¿No constituye esto, una maravilla? 

Pero Sydenham, también nos advertía, de otra amenaza: la tecnología. El mero hecho de ser técnicos, de una especialidad que se caracteriza, por ser arte y ciencia.

Por un lado, creemos firmemente que los avances médicos como la medicina­ genómica, la terapia de células madre, nanotecnología, inteligencia artificial, big data, telemedicina, la impresión 3D, etc., revolucionarán aún más la práctica médica y nadie negará que los beneficios para la humanidad serán extraordinarios; pero, por otro lado, ¿cuál será el costo de estos beneficios?

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DESHUMANIZACION­

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Asistimos actualmente a un proceso de deshumanización de la medicina, alejada cada vez más de la medicina hipocrática y sus principios.

El 90% sino más, de un diagnóstico clínico, viene del interrogatorio, de la escucha atenta, la observación meticulosa, el detallado examen por órganos. Insisto: 90%.

Osler, el padre de la técnica de diagnóstico, repetía: ``Escuche a su paciente, él le está diciendo el diagnóstico''.­

¿La pregunta es, nos hemos olvidado de lo importante, nos hemos enamorado tanto de la tecnología, perdiendo de vista su verdadero valor?­

Es raro, que los médicos sean demandados por aplicar la alta tecnología, pero si se los demanda por omitirla.

¿Cuál es el precio de un estudio ecográfico, y cuál es el precio de una consulta, que debe durar al menos 20 minutos?

Un ecodoppler carotideo (estudio para ver arterias que van al cerebro) cuesta 5.517 pesos, una consulta clínica promedio cuesta 600-800 pesos actuales por prepaga.

El estudio demanda cinco minutos; la consulta es simple, no hay riesgos de mala praxis. Esto pasa hoy día, sin embargo, la escucha, la relación, el compromiso, la empatía, no se paga de la misma manera. Ergo, esto va en desmedro de la clínica, porque no hay un incentivo y genera una brecha, cada vez más amplia.

Hay empresas de medicina, en las cuales su marketing es, la última tecnología. Hemos traído este último aparato, el inmobiliario, pero no su cartilla de profesionales, o su personal de enfermería.

Pero doctor, ¿no me va a realizar una resonancia o tal estudio?. Es una muletilla instalada en el inconsciente colectivo, pero muy poco explicada a los pacientes, porque el verdadero pensamiento es, más estudios, mejor calidad de medicina.

Es impresionante ver, a pacientes venir con carretillas de estudios, y quedarse asombrados, porque lo primero que hago es decirle: Lo escucho. ¿Qué es lo que le pasa? ¿Qué le paso, ¿Por qué los estudios?. ­

Lo examino, me hago mi propia idea diagnostica, y recién voy a los estudios, sin dejar de escuchar que al paciente nadie lo examinó.

Ojo que no estoy en contra de la tecnología, estoy a favor de su uso racional, y esto es lo que se debe articular, porque estos estudios tienen falsos positivos, riesgos, generan cascadas con más estudios diagnósticos, ansiedad, y también enfermedad.

Se puede tener la mejor tecnología, pero necesitamos buenos médicos, que­ sepan por qué pedirla y saber interpretar. Se puede tener la mejor tecnología, pero necesitamos de buenos servicios de enfermería.

La cadena industrial de producción universitaria de médicos, conspiran contra el principio, de una sólida formación académica y humana.

La cadena industrial low cost de atención de pacientes, atenta contra el principio de una medicina personalizada.

La pregunta es: ¿Cómo podemos recuperar lo que se ha perdido? ¿Siguen teniendo las humanidades un papel clave en el marco de la atención médica del siglo XXI? ¿Es necesario incluir la bioética e historia de la medicina dentro de la curricular medica?­

El médico humanista siempre tendrá la respuesta, y el clínico más aún, Pregúntenle a su médico de cabecera, él les sabrá explicar. Termino con una cita del British Medical Jornal: "El tiempo presente y el tiempo pasado­

quizás estén presentes en el tiempo futuro y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado''.­

 

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* El autor es médico clínico y docente adscripto UBA.­