Había una vez…una gallina asesina

- Te voy a contar una historia absurda.
- ¿Imposible?
- No, solamente irracional, pero terriblemente real. Tendría que ser inadmisible, aunque no lo es. Te cuento: Había una vez una gallina asesina…
- Ja, es ridícula entonces…
- Totalmente. Va de la mano de un gallinero lleno de tontos.
Viste que los pollitos, cuando nacen, son totalmente indefensos, y antes de nacer más aún: frágiles. Sucedió que, como cada vez había menos habitantes en el gallinero porque los pollitos desaparecían, se reunieron todos a discutir el problema. Sabían que, si la cosa seguía así, iban a desaparecer. Sin pollitos no hay futuro en un gallinero. Y decidieron entonces nombrar a un “defensor” de los pollitos. Crearon así la Defensoría de los pollitos, pollitas y aves adolescentes. Primero armaron un circo bárbaro para nombrar a su jefe: hicieron un llamado a concurso, programaron exámenes públicos, gastaron kilos y kilos de maíz con transmisiones de TV y todo.
- ¿De las gallinas?
- Ajá… Hubo como 150 postulantes. Y se armaron principalmente dos grupos bien diferenciados. Los verdes y los celestes. Las celestes querían defender la vida de los pollitos, como indicaba la verdadera función de su cargo. Las verdes, en cambio, sostenían que las gallinas debían liberarse de la crianza de sus pollitos porque esa era una imposición social, decían que había que luchar contra el “gallarcado” y estaban a favor de romper los huevos si la gallina madre no los quería…
- ¡Abuelo!
- Los huevos “no deseados” de las gallinas… Decían que en los gallineros civilizados las madres podían decidir si sus pollitos vivían hasta el mismo momento en que rompían el cascarón. Y que después, a los pollitos que sobrevivan, los iban a educar ellas, no sus madres, que no entendían nada de la vida moderna.
- ¡Es ridículo todo! ¿Y cómo los iban a defender con esas ideas? Si el problema era que no había pollitos, con esas gallinas verdes iban a ser menos….
- Claro, pero sus partidarios fueron más astutos y prepararon todo para que ganen las verdes. Dicen que ellas sabían las respuestas de los exámenes desde antes y que todo estaba dispuesto para que gane la peor.
- ¿Y las celestes se callaban?
- No, pero las otras sabían gritar más y eran de lo más muleras. Por supuesto la mayoría de los diarios y noticieros callaban. Salvo “La Prensa” y poco más.
- ¿Había de esas cosas en el gallinero?
- Bueno… así parece… La cosa es que disfrazaron todo como si la elección hubiese sido legal.
- Pero, ¿cómo va ser legal si el fin era malo?
- Insistían en que solo ellas iban a saber defender a los pollitos del “gallarcado”, que con ellas los pollitos iban a poder elegir qué querían ser: gallinas, gallos, patos, patas, zorros o zombis. Sin opresiones que los condicionen. ¡Podrían llegar a ser lo que quisieran! Y que así, serían libres. Libres de morir y desaparecer. Dicen también que les llegaba mucho maíz de fundaciones de afuera como la del George Zorros, la Open Chicken Foundation. Propulsora de unas doctrinas que llamaban: LGBT y de todo lo malo que andaba pasando por esos mundos.
- ¿Qué sería eso?
- No sé… ¿Las Gallinas Bailan Tango?
- Y, ese tal Zorros, ¿era de los zorros-zorros? ¿Un zorro que cuida el gallinero…?
- Seguramente. Pero la gallina es más culpable que el zorro, porque traiciona a su especie. Al final obviamente ganaron las verdes… Ya estaba todo preparado para que lo hicieran y para que, con el Defensor de los pollitos, las pollitas y aves adolescentes como cómplice, se siguiesen esas políticas establecidas: logrando que cada vez nazcan y sobrevivan menos pollitos en el gallinero. Lo que terminó pasando es que se fue despoblando hasta desaparecer. Y ahí terminó todo: los pollitos, las gallinas y sus gallos, todo el gallinero…
- ¿Ahí nomás?
- Sí, ahí terminó la historia. - Malísima, abuelo.
- Absolutamente pésima. La peor que te conté. Pero realista. Más que verosímil, verdadera.

TRISTE Y PENOSA
Triste nación es la que mata a sus niños, que no los defienden frente a las presiones internacionales que buscan su destrucción. Y todavía más triste es la que miente diciendo que los niños tienen quienes los defiendan, cuando es todo lo contrario. Penosa, la que engañó a sus habitantes con un larguísimo proceso de elección, cuando ya se sabía quién iba a ser la elegida pase lo que pase. Patética, la que tiene un presidente que para ganar se llenó la boca de la defensa de la vida y hoy se calla.
“Luego de un proceso plagado de irregularidades, la Bicameral del Congreso propuso a la abortera María Paz Bertero para ser Defensora del Niño” leíamos en “La Prensa” el 24 de Septiembre (Buena Data).
Y para que nos acordemos ese mismo artículo señalaba que “los integrantes de la Comisión Bicameral que votaron a favor de su designación como candidata a Defensora de Niñas, Niños y Adolescentes fueron las diputadas nacionales Natalia Sarapura (UCR Jujuy, presidente de la comisión), María Sotolano (Pro Bs. As.), Eugenia Alianiello (PJ Chubut) y Brenda Vargas Matyi (PJ Bs. As.), y los senadores nacionales Daniel Bensusán (PJ La Pampa), Stefanía Cora (PJ Entre Ríos) y Mercedes Valenzuela (UCR Corrientes)”.
Los que sí protestaron con firmeza son los miembros de la Asociación Lucio Dupuy. ¿Se acuerda alguien del niño cruelmente asesinado a manos de su madre y su pareja feministas? No parece. Aunque su abuelo sigue luchando.
Su comunicado es claro: “Ante la reciente designación de Paz Bertero como Defensora Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes, queremos expresar con firmeza nuestro rechazo absoluto”.
Y una más: como dice la Madre Teresa de Calcuta, “el mayor destructor de la paz hoy en día es el aborto, porque es la guerra en contra los niños, el asesinato directo de los inocentes, el asesinato de la Madre en contra de sí misma”. Es la mayor tragedia que enfrentamos los argentinos, aunque miremos más preocupación al dólar, a la inflación, a los coimeros, o a la estupidez que sea que nos distraiga frente a nuestra más profunda desolación…
- Ahí sí, ¡atenti con el ataque traidor de las gallinas asesinas!