Guerra en Ucrania: ¿fin de la disuasión nuclear?

Como dejamos planteado en nuestro articulo de la semana pasada y ante los sucesos de los primeros días de junio de 2025, podemos pensar en: ¿El fin de la disuasión? Veremos algunas lecciones estratégicas y tácticas de las incursiones de Ucrania contra Rusia.
En principio diremos que la disuasión tiene como objetivo evitar que un actor tome una decisión o realice una acción que ponga en peligro la seguridad de otro actor o el mantenimiento de un determinado statu quo.
La disuasión puede basarse en la amenaza de una respuesta militar, pero también en la utilización de otros instrumentos de poder del Estado, como la diplomacia, las sanciones económicas, o la demostración de una voluntad firme de defender los intereses nacionales.
La disuasión como proceso se ejerce mediante tres aspectos: la capacidad, la credibilidad y la comunicación. Es decir: que puedo hacer daño (capacidad); me creen que puedo hacer daño (credibilidad) y digo que puedo hacer daño (comunicación).
La capacidad se da por medio de una serie de factores, entre ellos aquellos que hacen a las fuerzas mismas como su poder de combate. Como parte de este son sus medios y armamentos y sus RRHH, su capacitación, su equipamiento y su moral.
Mensaje: “con un ejército bien instruido no se puede arriesgar” (con estos no me meto…). De igual manera la capacidad se comunica mediante el equipamiento de aceptable modernidad y actualización.
Enlazado a esto se da la credibilidad, porque si tengo capacidad de daño es bastante creíble que la use y produzca cierto daño. Por esta razón es muy importante instruirse, adiestrarse y entrenarse de manera responsable y no es una pérdida de tiempo.
Debemos tener en cuenta para nuestras fuerzas armadas que, siguiendo esta línea de pensamiento lo que hoy se dice que son misiones complementarias o subsidiarias, son parte de la comunicación y de la disuasión. Participar en una OMP o apoyar a la comunidad, es una manera de comunicar que somos una Fuerza eficiente, equipada, instruida y disponible. Si lo hacemos bien.

AUDAZ MANIOBRA
Ante los hechos recientes es justo preguntarse ¿Está en riesgo la disuasión nuclear rusa y, en general, el concepto mismo de disuasión estratégica ante casos como el ataque ucraniano del domingo 1° de junio?
Entre analistas y estrategas, se debate este tema: la audaz maniobra con la que los ucranianos y la OTAN, utilizando poco más de cien drones cuidadosamente infiltrados en territorio ruso, atacaron varias bases aéreas de Rusia desde el Ártico hasta Siberia, dañando algunos bombarderos estratégicos y otras aeronaves e inutilizando menos de una docena de ellas, ¿esto sienta un precedente en el ámbito de la ciencia militar?
La novedad del ataque ucraniano. De hecho, por primera vez, vectores que forman parte integrante de la arquitectura de disuasión de una potencia nuclear están siendo atacados simultáneamente, con el uso de activos operativos, los drones First-Person-View (FPV), que son totalmente asimétricos respecto a la magnitud de los daños que pueden causar al adversario.
Una observación clara que expone a la luz la gravedad de la situación actual es que Ucrania se ha visto obligada a buscar objetivos cada vez más ambiciosos y de alto impacto mediático para compensar las deficiencias surgidas en la campaña librada en el campo de batalla.
Una de las opiniones recientes, el general Mick Ryan, investigador del Instituto Lowy australiano en Sídney, declaró al New York Times que “la proliferación de drones, sensores de código abierto y sistemas digitales de comando y control significa que los ataques de largo alcance son ahora un recurso al alcance de casi cualquier Estado-nación y actor no estatal, equipado con unos pocos millones de dólares y el deseo de alcanzar y atacar a su adversario”. De ello se desprende claramente que, en el caso ucraniano, la autorización para ataques profundos en suelo ruso por parte de las potencias occidentales ofrece a Kiev la oportunidad de volver a plantear esta amenaza con otras herramientas.
El analista Rainer Saks, en declaraciones a la televisión pública estonia Eer , destacó que “la disuasión nuclear se compone de dos elementos: uno es contar con una ojiva nuclear en funcionamiento con un sistema de lanzamiento adecuado, y el otro está vinculado a una amenaza creíble de su uso”, y que “Rusia ha sufrido un duro golpe en el segundo de estos aspectos”. Consideramos esta opinión como equivocada ya que ninguno de los dos aspectos que menciona Saks han sido alterados.
En el nivel táctico la Operación Telaraña del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) envía un mensaje claro sobre la necesidad de proteger las bases ubicadas en lo profundo del territorio de un país.
También en el nivel táctico se deben tomar medidas. Por ejemplo, el seguimiento forense de los movimientos de carga. Los manifiestos en blockchain son un término de moda, pero los conocimientos de embarque firmados digitalmente podrían al menos reducir el margen de anonimato.
Los objetivos de interés deberían contar con redes antidrones en capas alrededor de nodos estratégicos. Los inhibidores de baja potencia y los láseres de alta potencia, antes eran elementos de lujo, ahora son elementos esenciales en el perímetro.

VULNERABILIDAD
A nivel estratégico el ataque ucraniano, muestra la vulnerabilidad del equilibrio atómico actual en una fase en la que los grandes tratados que gestionaban el equilibrio de poder nuclear han sido abandonados o congelados hace mucho tiempo y en la que la anarquía geopolítica hoy es la regla. Ya lo advertimos en nuestros artículos publicados en La Prensa. (“La espada de Damocles Nuclear”).
Las armas nucleares son el mejor elemento disuasorio contra su propio uso o las guerras directas entre grandes potencias. Pero hasta la fecha, esta facilidad de atacar con elementos tecnológicos accesibles no eleva, el umbral de estabilidad y seguridad del orden internacional.
Es una lección a tener en cuenta para las potencias con menores recursos, como La Argentina.

¿COMO ESTA EL CUADRO DE SITUACION AL DIA DE LA FECHA?
Nos dice Denes Martos: “Teniendo la complejidad de este cuadro casi inentendible a la vista, se comprende la dificultad de definir el concepto de ´victoria´ para ambos contrincantes. De lo único que podemos estar seguros es de que se odian de forma visceral. Porque, para el lado ucraniano, la ´victoria´ no solamente significaría la supervivencia de Ucrania Occidental sino la recuperación de todos los territorios perdidos a manos de Rusia, incluyendo Crimea. Mientras que, para los rusos, Crimea es tan importante que la defenderían hasta con armas nucleares y la ´victoria´ rusa consistiría en impedir para siempre la posibilidad de expulsar a los rusos radicados en Ucrania Oriental y -precisamente- en Crimea. En esas condiciones y si las nociones de ´victoria´ son ésas, cabe la pregunta: ¿Quién quiere la paz? Para Putin, la paz vendrá necesariamente de un modo o de otro puesto que Ucrania no le puede ganar una guerra a Rusia. Para Zelensky, si a la guerra hay que pelearla hasta el último ucraniano, el desafío no lo impresiona en absoluto mientras eso no signifique una clara victoria para Rusia. Para un Zelensky, un Kolomoisky y todos ellos, los ucranianos no son más que material descartable. Y, finalmente, para los politicastros de la Unión Europea e Inglaterra la guerra, como de costumbre, es principalmente una buena oportunidad de negocios en la que, agitando el fantasma del “peligro ruso” se puede poner en marcha toda la maquinaria de producción y tráfico de armas de todo tipo”.

PARTICIPACION BRITANICA
Otro componente de este análisis se refiere a la participación de la siempre Pérfida Albión (Gran Bretaña) en este embrollo. Ucrania no habría sido incapaz de llevar a cabo sus ataques terroristas contra Rusia sin el apoyo del Reino Unido, ya que Londres está claramente detrás de las acciones del régimen de Kiev, declaró el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en el Foro del Futuro 2050.
¿Están todos locos? Ucrania y la OTAN conocen la doctrina nuclear rusa. ¿Quién provoca e incita un desastre nuclear? El presidente ruso, Vladimir Putin, ha firmado la actualización de la doctrina nuclear, en la que se ha ampliado la lista de condiciones para un ataque nuclear ruso. Es conocido y comentado. Rusia se reserva el derecho de responder con armas nucleares a la agresión de un Estado, aunque este no posea armas nucleares propias. Basta con que el agresor cuente con el apoyo de una potencia nuclear. Incluso un ataque convencional contra Rusia se consideraría entonces un ataque conjunto y podría dar lugar a una respuesta nuclear.
No hay referencias concretas a Estados específicos en el texto, pero, en el contexto de la guerra de Ucrania, se sugieren paralelismos con Ucrania (un Estado sin armas nucleares) y sus aliados de la OTAN (incluidas las potencias nucleares EE. UU., Gran Bretaña y Francia).
A todo lo que llevamos dicho hay que agregarle la cuestión de la enorme cantidad de dinero involucrado. Desde el inicio de la guerra los gobernantes ucranianos y tanto los intermediarios europeos como los norteamericanos de la época de Biden, se han beneficiado sustancialmente con ese flujo de dinero, por lo menos durante los últimos diez años.

CONCLUSION
Como nos recuerda muy adecuadamente D. Martos: “De este lado del charco, haríamos bien en tomar nota. Dentro de tan solo un par de años (o mucho antes), el mundo entero será muy diferente.” ¿Y nosotros…que previsiones estratégicas y geopolíticas hemos adoptado?