Grooming, la violencia invisible

Este tipo de violencia sexual silenciosa hacia niños y adolescentes ocurre comúnmente mientras están jugando online o usando redes sociales, actividades que se intensifican en vacaciones según refieren desde el Hospital de Clínicas de la UBA. Sus especialistas brindan información para prevenirla y saber qué hacer si se detecta.

“Tenía 10 años y había desarrollado una fobia. No podía ver el celular, no quería usarlo más, no quería acercarse a la computadora, tenía miedos, trastornos para dormir y también había empezado a tener dificultades en la alimentación. Después de varias consultas -porque no quería decir porqué le pasaba todo esto-, pudo contar cómo ella, cuando estaba jugando a un juego, empezó a chatear con alguien y esa persona fue haciéndose ‘amiga’ y después le empezó a enviar imágenes -genitales- y a pedirle imágenes de su cuerpo. Un adulto había empezado a extorsionarla con que, si ella no le enviaba también fotos de sus genitales, iba a contarle a los padres y demás. Otro chiquito, de 8 años, vino al hospital asustado, muy temeroso. La madre directamente consultó porque había encontrado que estaba viendo pornografía adulta en el celular. Se la compartía otro compañero del colegio, de un curso superior. A partir de mostrarle estas imágenes, le pedía que se filmara”. Estos son algunos de los relatos que llegan a los consultorios del servicio de Pediatría del Hospital de Clínicas de la UBA. Y, tal como refiere la doctora Silvia Ongini, psiquiatra Infanto-Juvenil e integrante de esta área, “son ejemplos de una práctica bastante común, que establecen los groomers con determinados grupos etarios y con determinados tipos de víctimas”. De acuerdo con la Ley 27.590, el “grooming” es la acción en la que una persona -el/la groomer- por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contacta a una persona menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma. “Quien ataca tiene como objetivo tomar contacto con él/ella y así ganarse su confianza, apoyándose en las características propias de la infancia y adolescencia -necesidad de aprobación de pares, confianza por estar en ámbitos como su casa o jugando a su juego favorito en línea entre otras- para luego generar un encuentro personal en el mundo físico, o bien cómo en la mayoría de los casos, obtener el material de contenido sexual por parte de la víctima para su comercialización, distribución y/o para satisfacer sus prácticas sexuales”, explica la médica.
De acuerdo con un relevamiento hecho por la organización Grooming Argentina, 4 de cada 10 niños y niñas acceden a su primer dispositivo móvil antes de los 9 años y el 70% refirió haber hablado con personas desconocidas a través de juegos online. Al respecto, Ongini advierte: “Muchas veces lo que nos encontramos es que las personas adultas les dan dispositivos de este tipo a muy temprana edad sin tomar los recaudos para que puedan estar preservados de situaciones de acoso o trampas digitales. Los juegos y las redes sociales -como TikTok, Instagram, YouTube-, son puertas abiertas, en todos lados, para quienes acosan. Y no se toman los cuidados necesarios con el falso temor de estar evitando libertades, cuando en realidad lo que se está evitando son cuidados”. 
“El fenómeno del grooming está apoyado en el desconocimiento del impacto que tiene. Es una nueva pandemia invisibilizada. Cuando un niño, niña o adolescente se expone a estas redes sociales o expone vídeos de ellos o su imagen, están yendo a una vidriera en la que no saben quién está del otro lado y qué va a pasar. Lo que envíen a otras personas queda en estos medios, en esa nube de la cual no se puede después bajar información o borrar una vez compartida. La sexualidad adulta se entromete en un psiquismo que no está preparado, se utiliza la identidad de un niño, niña o adolescente, de una manera totalmente traumática, porque va a ser utilizada para la producción de material pornográfico, que va a ser comercializado. Y esto no se detiene solamente ahí, muchas veces llega a escaladas, con trata de personas. También se presentan casos de desafíos que prometen dinero y muchos chicos que tienen pocos recursos y que escuchan incluso en sus casas que la situación económica no es del todo favorable, quieren colaborar y caen en trampas, lo cual les resulta muy traumático”, agrega Ongini.
PREVENCION
*Antes de regalar un celular u otro dispositivo tecnológico a  un niño o adolescente, preguntarse si realmente lo necesita.
*Prestar atención a qué información presentan públicamente 
*Acompañarlos en el uso adecuado de los dispositivos digitales
*Hablarles acerca de los riesgos que suponen las redes y juegos. Hacer énfasis en la importancia de no revelar datos personales y de no enviar fotos ni vídeos a desconocidos
*Informarse sobre las tecnologías que usan a diario los niños, niñas y adolescentes
*Instalar antivirus y programas de navegación segura en los aparatos electrónicos que usen
*Estar atentos y hablar sobre las páginas que visitan, con quién hablan y sobre qué temas, de manera natural
*Estar alertas a cambios como modificaciones en sus rutinas sin explicación, baja en el rendimiento escolar, cambios en el lenguaje corporal (cabeza gacha, evitar la mirada, etc.), ansiedad, fluctuación de los estados de ánimo, llantos, entre otras señales que pueden ser indicadores generales de que pueden ser víctimas de un abuso sexual
*Prestar atención a señales específicas de grooming: estar conectados hasta altas horas de la noche, ocultar los dispositivos móviles, insistir en conectarse sobre todo si en la casa hay un régimen de conectividad (lo cual es recomendable) y/o presentar ansiedad o temores a la hora de conectarse o jugar en linea
*En caso de detectar una situación de grooming, no comunicarse con el groomer, no borrar las imágenes y otros materiales intercambiados. Hacer la denuncia y presentar todo como prueba del delito cometido
Vías para denunciar: llamar al 137 o comunicarse por WhatsApp al 11-3133-1000, líneas dependientes del Ministerio de Justicia. Por otra parte, la ONG Grooming Argentina cuenta con una app de denuncias llamada “GAPP”, que es gratuita y de alcance global 
El servicio de Pediatría del Hospital de Clínicas, además de que recibe consultas todo el año, realiza una jornada anual sobre abuso sexual en infancia y adolescencia, incluyendo grooming, que se anuncia a través de la página web de la institución y sus redes sociales.
“Siempre vamos detrás del problema porque está muy invisibilizado y porque se desdibuja el límite de lo que es el cuidado y las libertades de uso. Durante la pandemia por el coronavirus todo pasó a ser a través de las pantallas y eso generó que hubiese menos cuidado o atención a lo que podría ocurrir, a qué vínculos estaban estableciendo, qué estaba pasando con las comunicaciones a través de esas pantallas. Es imprescindible reforzar el trabajo de prevención desde todos los actores que pueden detectar estas graves formas de acoso, como docentes, pediatras y todos aquellos actores que trabajan o que se vinculan con niños, niñas y adolescentes. Al igual que el trabajo de concientización desde el Estado”, concluye Ongini.