Grindetti defendió al Rojo y acusó a los chilenos: "Independiente fue una víctima"
En Independiente no se resignan. Luego del escándalo de la semana pasada por los gravísimos episodio de violencia que se vivieron en el Libertadores de América durante por la Copa Sudamericana frente la Universidad de Chile, los dirigentes del Rojo trabajan para evitar sanciones. La tarea parece titánica.
El duelo frente al conjunto chileno, que terminó en un escándalo y con la cancelación del partido cuando estaban igualando 1-1, se siguió jugando en los mostradores de los dirigentes. Y hoy el presidente de Independiente, Néstor Grindetti, brindó una conferencia de prensa para detallar el descargo que el club presentó ante la Conmebol tras los incidentes ocurridos la semana pasada.
El comunicado fue un intento de defender a la institución y deslindarla de toda responsabilidad en la suspensión y posterior cancelación del partido de ida por los octavos de final. Grindetti fue categórico en su exposición. En primer lugar, condenó enérgicamente los hechos de violencia registrados en el estadio, pero aclaró que Independiente no fue el generador ni el culpable de los disturbios.
“Independiente de ninguna manera fue responsable de la suspensión ni de la cancelación del encuentro. La cancelación del partido es exclusivamente por las agresiones de la hinchada visitante”, enfatizó Grindetti. Además, el titular del Rojo, agregó: “Remitimos un informe a la Conmebol demostrando que el club no fue responsable sino víctima de un grupo de delincuentes”.
El dirigente explicó que el choque había sido catalogado por las autoridades de seguridad como un partido de alto riesgo debido a antecedentes previos, motivo por el cual Independiente implementó todos los protocolos exigidos por Conmebol y reforzó el operativo policial y privado.
Según detalló, participaron decenas de efectivos y personal de control, en coordinación con el Ministerio de Seguridad, pero los incidentes se desencadenaron de manera inesperada y violenta por parte de la parcialidad visitante.
En este punto, Grindetti fue preciso al remarcar que la violencia no se inició dentro del campo de juego ni durante el partido, sino antes de que comenzara el mismo: “La violencia comenzó antes del inicio del partido y se terminó suspendiendo por el equipo visitante”.
Según la versión oficial deI club de Avellaneda, los hinchas de Universidad de Chile fueron quienes provocaron los disturbios tras destruir las cámaras de seguridad del estadio y generar enfrentamientos desde el primer minuto de su llegada a la cancha. “Desde el comienzo buscaron distorsionar la realidad. Todos saben que la agresión comenzó con su parcialidad”.
Para reforzar la acusación, la dirigencia difundió un video institucional que reconstruye lo ocurrido desde la mirada del Rojo, con imágenes que muestran cómo los hinchas chilenos agredieron a efectivos policiales y causaron destrozos en las instalaciones del estadio.
Grindetti insistió en que esas pruebas forman parte del descargo entregado a la Conmebol y que confía en que el organismo actúe con “equilibrio y justicia” al momento de resolver. Sin embargo, no eludió referirse a los hechos protagonizados por un grupo de hinchas locales que intentó ingresar al sector visitante. Los calificó de “delincuentes” y adelantó que el club los expulsará como socios, además de que colaborará con la Justicia para que reciban las sanciones correspondientes y se les prohíba el ingreso a cualquier estadio