Green Day: una fiesta de punk intergeneracional

La banda estadounidense regresó al país para celebrar dos aniversarios significativos.


Recital de Green Day. Músicos: Billie Joe Armstrong, guitarra y voz; Mike Dirnt, bajo y coros; Tré Cool, batería y coros. El miércoles 4 en el Estadio Tomás A. Ducó.


 

Sólo dos horas bastaron para que Green Day diera una clase magistral de música y demostrara por qué, después de 35 años sobre los escenarios, sigue siendo no sólo una de las bandas más populares a nivel mundial, sino también una de las más influyentes y vigentes en la historia. El show abrió con los locales 2 Minutos y su inagotable lista de clásicos: ‘Valentín Alsina’, ‘Tema de Adrián’, ‘Demasiado tarde’ y ‘Ya no sos igual’, entre otros. Luego llegó el turno de los británicos Bad Nerves, que con un estilo heredero del punk clásico, el garage y el power pop encendieron al público con ‘Bad drummer’, ‘Radio Punk’, ‘The Kids’ y ‘Dreaming’. Así, dejaron el terreno listo para lo que será su sideshow del próximo 6 en El Teatrito.

ANIVERSARIOS

El momento más esperado de la noche comenzó con el Tomás A. Ducó colmado y el escenario caliente tras las presentaciones previas. Los californianos subieron a celebrar dos aniversarios clave: los treinta años de ‘Dookie’ y los veinte de ‘American Idiot’, dos discos que marcaron a generaciones enteras.

Desde el arranque la energía fue vibrante y marcó un cruce intergeneracional entre quienes crecieron con ‘Basket Case’ y los más jóvenes, que conocieron a la banda gracias a YouTube. Ese choque, lejos de dividir, le dio al show un aire casi familiar.

A las 21 en punto sonaron los acordes de ‘Bohemian Rhapsody’, seguidos por ‘Blitzkrieg Bop’ y una curiosa mezcla de ‘The Beautiful People’, ‘The Imperial March’ y ‘We Will Rock You’. Ese prólogo fue apenas la antesala de lo que estaba por venir.

El inicio fue con ‘American Idiot’. Desde allí, Green Day desplegó toda su potencia como una máquina imparable. Así se sucedieron ‘Holiday’, ‘Boulevard of Broken Dreams’, ‘The Grouch’ y ‘Welcome to Paradise’. Todo acompañado de un show visual a la altura: fuegos artificiales, lanzallamas y papeles de colores que le dieron al recital un marco de espectacularidad.

No faltaron los temas de ‘Saviors’, su más reciente disco, pero el corazón de la noche estuvo en clásicos como ‘Hitchin' a Ride’ -con un ida y vuelta con el público incuido-, ‘Dilemma’, y los inoxidables ‘Basket Case’, ‘She’ y ‘When I Come Around’. La gente no paró un instante: cantó, saltó y pogueó en una verdadera comunión pagana de música que mezcló nostalgia con pasión.

IDA Y VUELTA

La producción fue impecable, al igual que un sonido que osciló entre lo sutil y lo brutal. Las luces, pantallas y escenografía acompañaron sin desentonar. Un párrafo aparte merece la constante interacción de ‘BJ’ con la multitud. Más allá de los típicos clichés como “ustedes son el mejor público”, sus palabras evidenciaron gratitud por la respuesta de los fans. Lo mismo sucedió con Dirnt y Tré Cool, que se mostraron tan agradecidos como el cantante.

El recital fue, en definitiva, una fiesta punk sin límites ni generaciones. Una celebración en la que Green Day rindió homenaje tanto a su historia como a su presente, y dejó en claro que su legado sigue más vivo que nunca.

Calificación: Excelente