Gin tonic, histórico y amado trago

"Ha salvado la vida y la mente de más ingleses que todos los médicos del Imperio", sostenía Churchill. En el marco del Día Mundial de esta famosa e histórica bebida, La Prensa dialogó con los creadores de `República de los Perros', que nació durante la cuarentena en el Alto Valle patagónico.

Winston Churchill llegó a decir: "El gin tonic ha salvado la vida y la mente de más ingleses que todos los médicos del Imperio". Semejante afirmación se debe a que este trago, que celebró recientemente su día, se usaba para combatir la malaria. En el siglo XIX, en la India, los soldados británicos debían tomar pastillas de quinina -hecha con la corteza del árbol de quino- para combatir la malaria, pero era demasiado amarga. Por eso, comenzaron a mezclarla con agua carbonatada y azúcar, para luego agregarle ginebra. 

"Es la historia de sus dos principales elementos, ginebra y tónica, unidos en principio para buscar un remedio contra la enfermedad, que con el tiempo se convierten en una bebida concebida para el disfrute. Unidos también para combatir el mal sabor de un medicamento, terminó generando un gusto absolutamente particular y fascinante que se ha convertido en tendencia en todo el mundo. La historia, en fin, del que posiblemente sea el más popular de todos los highball o tragos largos en cualquier parte del planeta", se explica en `El gran libro del Gin Tonic', texto coordinado por la periodista española Sara Cucala.

Sin dudas, se trata de uno de los tragos más populares que existen. Es una bebida con una vasta historia que, desde hace algunos años, no para de ganar más y más aficionados, tanto en su versión clásica como en sus reversiones. Dentro de este auge surgieron emprendimientos en distintas partes del país que le hacen honor, como es el caso de `República de los perros', que nació en el Alto Valle patagónico y fue fruto de la cuarentena.

Osvaldo `Bugui' Buggiano y Axel Tiemroth son amigos de la infancia y amantes del buen beber. Allá por el 2012, cuando la cerveza artesanal todavía no era moneda corriente crearon Crafter, una marca que se caracteriza por sus estilos poco comunes (como la de avellana, una de las más aplaudidas).

En todo emprendimiento se empieza con lo que se tiene. Este caso no fue distinto, la fábrica la levantaron en la chacra del abuelo de Tiemroth, en la ciudad rionegrina de Cipolletti. La aceptación fue inmediata y el crecimiento no tardó en llegar. Pero, como cuentan ellos, siempre estaba la necesidad de hacer algo nuevo, esta vez dentro del rubro de los destilados.

"Se trató de una idea que se concretó con la pandemia, porque teníamos más tiempo en nuestras manos. `Bugui' siempre quiso hacerlo, pero yo estaba un poco en duda. Hasta que vino y me dijo: `hay una destilería que puede hacer nuestra receta'. Fuimos para adelante y nació República de los Perros, un gin tonic ya listo", cuenta Axel en diálogo con La Prensa

"Fue así, un proyecto pandémico", corrobora Buggiano y agrega: "Empezó con la idea de destilar algunas cervezas, porque estábamos en pandemia y había que hacer algo con la cerveza en tanque. Pero eso no iba a ser gin, porque no viene de la cerveza. La verdad es que venía desde hace bastante con la idea. Viajé a Escocia hace cuatro años y volví muy enganchado con el tema del destilado".

¿Qué es el destilado? "Es, básicamente, llevar a altas temperaturas bebidas fermentadas alcohólicas. Por ejemplo, una cerveza o un vino, que tiene su graduación al alcohólica, vos la destilás y los alcoholes son los primeros que se volatilizan. Después, mediante un sistema de frío y una serpentina lo recuperás en forma de líquido".

"Es una receta que desarrollamos nosotros, que es bien estilo London dry, y lo elabora una destilería amiga de Neuquén, Patagonian Distillery. Es muy amable, suave, porque el objetivo es que le guste a todos. También creamos una tónica un poco más fuerte, que le da más soporte a este gin y resalta mucho sus atributos: el cítrico y el pepino, que le da un aroma muy agradable", cuenta `Bugui'.

Lleva bayas de enebro (el corazón de todo gin), semillas de cilantro, granos de pimienta negra, piel de limón, raíz de angélica, hojas de menta, rodajas de pepino. "Además del clásico, sumamos tres sabores más: blueberry, maracuyá y lupulado. En sintonía con nuestra línea de hacer estilos distintos", agregan los amigos y socios. 

"En todos estos años, nunca perdimos nuestra identidad y jamás sacamos una bebida que no nos haya gustado. Siempre priorizamos la calidad y nuestro equipo de gente. Mantenemos ese espíritu artesanal de empresa chica. Eso se ve también en el gin tonic que hacemos", cierra Tiemroth.

Como cuenta el libro de Cucala: "El gin tonic era un combinado que hace 40 años bebían los hombres y que se servía en vaso de tubo. Era, literalmente, un lingotazo, es decir, diez centilitros de ginebra, tres hielos, que son todos los que caben en el vaso de tubo, y apenas un dedo de tónica. Un agua tónica que aquellos recios bebedores iban añadiendo poco a poco a medida que daban tragos, para ir rebajando aquella infamia. El limón, en muchas ocasiones, brillaba por su ausencia". Hoy, como vemos, el cuento es otro.