Gardel, un vuelo sin regreso: verdad y silencio tras el accidente de Medellín
POR WALTER SANTORO (*)
Por décadas, el mundo creyó que la tragedia aérea del 24 de junio de 1935 fue un infortunio sin responsables. Pero tras años de documentos ocultos, testimonios ignorados y una investigación judicial silenciada, hoy sabemos que el accidente que costó la vida de Carlos Gardel tuvo causas claras, responsabilidades evitables y un encubrimiento institucional que duró casi ocho décadas.
Carlos Gardel no murió por una fatalidad inevitable. Murió víctima de una cadena de decisiones imprudentes, habilitaciones dudosas y un aparato político que priorizó intereses sobre vidas humanas. Su legado artístico, en cambio, permanece incólume. A 90 años del siniestro, su figura sigue cantando —y preguntando— por una verdad que, al fin, ya no puede ocultarse.
LA ESCENA DE LA TRAGEDIA
Era mediodía en Medellín. El Ford Trimotor F-31 de la aerolínea colombiana SACO se preparaba para despegar con Gardel y su comitiva a bordo.
El piloto, Ernesto Samper Mendoza, sin experiencia suficiente para maniobrar ese tipo de aeronave, había relevado a la tripulación estadounidense que traía el avión desde Bogotá.
En la pista, otro Trimotor -el “Manizales” de la SCADTA- esperaba en la zona permitida, al mando del aviador alemán Hans Ulrich Thom.
Minutos después, el F-31, con viento de cola y sobrecargado, tomó velocidad sin levantar vuelo.
Fuera de control, se desvió y colisionó brutalmente con el otro avión. El fuego envolvió a ambos aparatos. Murieron 17 personas. Entre ellas, Gardel, Le Pera, sus músicos y miembros del equipo artístico.
UNA CADENA DE NEGLIGENCIAS
La investigación del accidente reveló fallas múltiples:
* Samper no estaba habilitado para pilotar un Trimotor con pasajeros.
* La aeronave estaba mal balanceada y con peso extra en la cola.
* Despegó con viento desfavorable.
* No corrigió el estabilizador de vuelo en el momento adecuado.
El expediente civil dejó en claro que la SACO y Samper fueron los responsables directos.
Pero el aparato estatal colombiano operó en sentido contrario: se honró a Samper como héroe nacional, se impidió la publicación de la investigación final y se desviaron las sospechas hacia la SCADTA y su piloto alemán.
LOS EXPEDIENTES PERDIDOS
El abogado Alfonso Uribe Misas, defensor de la SCADTA, documentó todo en un libro con pruebas judiciales, pericias técnicas y transcripciones. La publicación fue vetada en 1938 por orden presidencial. El manuscrito quedó archivado, junto con las "prueba de galeras" del libro, en una gaveta durante décadas.
Lo más alarmante fue la desaparición de los expedientes judiciales originales. Muchos fueron saqueados, otros degradados por el tiempo. Los peritajes que demostraban la culpabilidad de la SACO fueron silenciados. Los cuadernos 7 y 8 del sumario jamás reaparecieron. Testimonios clave, como los del copiloto sobreviviente, fueron manipulados o directamente suprimidos.
EL PODER DETRAS DEL SILENCIO
La tragedia de Medellín no solo marcó la muerte de Gardel. También evidenció los juegos de poder en la naciente industria de la aviación comercial. Detrás del accidente estaba la rivalidad entre la SCADTA (controlada en secreto por Pan American Airways) y la SACO, la empresa nacional colombiana impulsada por intereses políticos y económicos del país.
Juan Trippe, presidente de Pan Am, veía a Colombia como pieza clave para su monopolio en América Latina. Apoyó discretamente a SCADTA, pero exigía reemplazar a sus aviadores alemanes para evitar tensiones con Estados Unidos.
La SACO, con Samper a la cabeza, fue utilizada como contrapeso nacionalista. El accidente, en este contexto, se convirtió en un estorbo político y un riesgo para la imagen del país y de las compañías implicadas.
LA VERDAD SALE A LA LUZ
En 2014, un hallazgo casual en el altillo de la Universidad de Medellín devolvió la voz a los documentos olvidados. Allí apareció el manuscrito original del libro de Uribe Misas, las “galeras” de imprenta y fragmentos del expediente civil.
Con ese material, la Fundación Internacional Carlos Gardel emprendió un proyecto de reconstrucción documental, investigación comparada y edición crítica del caso.
El resultado es el reciente lanzamiento del libro "Gardel, vuelo siniestro" trabajo realizado por el Ingeniero Mauricio Umana, una obra basada en los textos originales del doctor Uribe Misas, enriquecida con anexos gráficos, planos, telegramas, peritajes técnicos y fotografías históricas.
La edición, cuidada y documentada, pone por primera vez en manos del público los elementos que explican qué pasó, por qué se ocultó y cómo Gardel terminó siendo víctima de una tragedia que pudo evitarse.
VERDAD, MEMORIA Y JUSTICIA CULTURAL
A 90 años del accidente, Gardel sigue siendo una voz que canta. Pero también es un nombre que exige memoria y verdad. Su muerte no fue un hecho aislado, ni una fatalidad inevitable. Fue el resultado de decisiones irresponsables, encubrimientos oficiales y disputas comerciales que lo atraparon en el medio.
Con este libro, su Fundación rinde homenaje a su figura, no desde el mito, sino desde el derecho a saber. Porque Carlos Gardel no solo merece ser recordado por lo que cantó, sino por lo que callaron en su nombre.
(*) Presidente de la Fundación Internacional Carlos Gardel