Florence Nightingale, día de la enfermería y la fatiga crónica

Hace ya un tiempo que estamos conmovidos por lo que en estas épocas se le da el nombre de guerra, a los sucesos Palestina, y eso nos ha hecho olvidar a la que estaba ocupando todas las noticias, la guerra en Ucrania. En realidad, esa es un largo conflicto que sigue en curso y también había empezado mucho antes. Uno de los antecedentes fue el conflicto en la península de Crimea situada en el mar Negro, por la cual también se debatían Rusia y Ucrania con el “apoyo” de los países de la NATO, alrededor del 2014.
Esta guerra de Crimea en el siglo XXI, hacía recordar a otra en el siglo XIX, la histórica “Guerra de Crimea” que fue la que llevó adelante entre 1853 y el 1856 entre el Imperio Otomano (Turquía hoy), aliados a Francia, Inglaterra y Cerdeña (primero Reino y luego parte del motor de la Unificación de Italia) y el Imperio Ruso aliado al Reino de Grecia. Rusia fue derrotada cosa que parecía imposible luego de las guerras napoleónicas, y esto iniciaría el camino a la caída de la Rusia Imperial, que desembocaría en la revolución de octubre de 1917 por el movimiento bolchevique.
En esa guerra de Crimea, una voluntaria inglesa se transformó en figura de la épica victoriana, tan característica, que fue la que fomentaba y nutria los valores que quería exponer el imperio británico. Esa voluntaria, era considerada la figura pública más prominente solo postergada por la Reina Victoria, auxiliaba a los heridos en el campo de batalla, realizando tareas de enfermería, mejorando las condiciones de higiene y cuidado de los enfermos, con controles constantes que, por ejemplo, por su modalidad de realizar incluso recorridas nocturnas, ella fue popularizada en ese relato épico, como la dama de la lámpara (“Lady of the lamp”). A partir de su accionar se jerarquizó el rol de la enfermería, dándole uno de importancia y no meramente complementario al médico y por ello Florence Nightingale, que de ella se trata, se transformó en la patrona de la enfermería. Creó la escuela de enfermería en el Hospital “Saint Thomas” de Londres, que sería una referencia en el mundo y desde allí protocolos específicos para el cuidado de los enfermos y el rol de las “matronas”, las jefas de enfermería que les dio un nuevo lugar en el equipo de salud. Su trabajo realizado con base en Constantinopla, así como cercana al frente de batalla, redujo de una manera significativa la mortalidad de los heridos. Un dato no menor es que esa reducción fue factible de ser evaluada ya que en realidad Nightingale era matemática de formación, e introdujo el uso de estadísticas para corroborar de qué manera, por ejemplo, medidas como la higiene de manos y en particular de las heridas, reducían la mortalidad. Es por su nacimiento el 12 de mayo que se celebra el Dia Internacional de la enfermería.
Sin embargo, a nivel personal otra historia la afectaba profundamente. Ya durante ese periodo en el frente, como especialmente al volver de la guerra de Crimea, padeció de un estado muy confuso en cuanto a su diagnóstico que la mantuvo varias décadas hasta su muerte en agosto de 1910, a los 90 años, postrada. Podríamos hablar mucho de Nightingale, pero es en relación con el diagnóstico de ese padecimiento que se tejió otra historia. 
Esa extraña enfermedad es citada en la literatura de la época como compuesta por cefaleas, fiebre intermitente, pérdida de apetito, palpitaciones, disnea, así como elementos de naturaleza psiquiátrica como irritabilidad, especialmente en respuesta a los síntomas, insomnio, depresión, dificultades para concentrarse etc. Al mismo tiempo presentaba dos elementos característicos dolor y fatiga, concretamente un cuadro de intentos dolores erráticos, en la que se destacaba dolores ciáticos y una gran astenia. Todo esto, dolores y astenia, empeoraban de manera particular después de momentos de intensa actividad física y/o mental, con lo cual la astenia empeoraba y el síntoma dolor/cansancio se realimentaba generando una real discapacidad, de allí sus últimas décadas postrada. 
Durante mucho tiempo la cuestión relativa a un revisionismo histórico de la época y épica Victoriana, hizo que se cuestionara sus reales logros e inclusive se cuestionara su moralidad. Así se habló durante cierto tiempo de que la causa de su padecimiento era la sífilis. También se incluyó que su postración era debido a la depresión, y es quizás esto lo que ilustra la confusión que continúa al día de hoy. A su cuadro se le dieron en vida y en años posteriores una infinidad de diagnósticos, desde trauma, luego estrés postraumático, depresión, un extraño cuadro infeccioso, incluso sífilis, pero posteriormente se consideró que su cuadro coincidía con una enfermedad con repercusión neurológica: la fibromialgia y/o encefalomielitis miálgica, también conocida esta última como fatiga crónica. En función de este cuadro es que la fecha de su nacimiento, los 12 de mayo de cada año se usa también para concientizar sobre ese espectro fisiopatológico caracterizado por intensa fatiga y dolor, y se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia y del Síndrome de la Fatiga Crónica. Hay quienes inclusive proponen que ese espectro sintomático lleve el nombre de enfermedad de Nightingale. 
Esa diversidad y polimorfismo en la presentación clínica, llevó siempre a la duda no solo de otros diagnósticos sino inclusive si los de FM/FC se trataban de un mismo espectro sintomático o de enfermedades completamente diferentes. Eso sumado a la incomprensión de esta condición, continúa de alguna manera hasta el día de hoy y se expresa en diagnósticos y por ende tratamientos a veces muy disímiles, y en definitiva en la dificultad de ver el grado de discapacidad que representa para muchas personas. 
Hoy se considera a la fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) como dos condiciones distintas. Si bien se confunden a menudo en una evaluación superficial, debido a sus síntomas superpuestos, como el dolor generalizado y la fatiga profunda, son trastornos distintos con características únicas y criterios de diagnóstico, inclusive en el ICD de la OMS (Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud-CIE). Si bien ambas condiciones comparten similitudes, la principal diferencia está en la prominencia de los síntomas. En la fibromialgia, el dolor es el síntoma más significativo, mientras que, en el SFC la fatiga es la más debilitante. 
LOS SINTOMAS
La fibromialgia se caracteriza por dolor musculoesquelético, acompañado de fatiga, trastornos del sueño y dificultades cognitivas. El dolor que es la característica más persistente, está localizado principalmente en tendones y músculos, en algunos casos con puntos de dolor muy específicos. Ese patrón de tendones y músculos es lo que le da el nombre de fibromialgia. 
El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una patología predominantemente neurológica también conocida como encefalomielitis miálgica (EM). Se trata de un trastorno debilitante caracterizado por una muy importante fatiga y que tiene la angustiante característica de no mejorar con el descanso y se exacerba con la actividad física o mental. 
Ese malestar post-esfuerzo físico o mental puede durar varios días, el sueño no es reparador, hay deterioro cognitivo, con dificultades de memoria, concentración, así como alteraciones neurovegetativas que llevan frecuentemente a hipotensión ortostática, es decir al cambiar de posición de sentado/acostado a parado. Eso incide también en la postración generada por el cansancio. El cuadro a su vez se compone de un dolor crónico de garganta con ganglios linfáticos dolorosos a la palpación y evidentemente un aumento de la percepción del dolor de manera general. 
El origen de este cuadro es desconocido de manera específica, pero se lo relaciona a una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos, así como diversas patologías predominantemente virales. El aspecto psicológico lleva en muchos casos que se lo considere una forma de depresión, lo cual es erróneo, pero de la cual se debe establecer no solo el diagnostico de enfermedad sino cual es la patología inicial predominante. 
El tratamiento de estas enfermedades, así como el diagnóstico implica mucha paciencia por parte de los pacientes y médicos. Elaborar un plan de tratamiento adaptado a medida de cada caso con sus características específicas es esencial y que implique que todos los integrantes del esquema terapéutico, médicos psicólogos, fisioterapeutas, cuidadores etc., estén en consonancia con las necesidades específicas del paciente buscando una mejor la calidad de vida. 
Los tratamientos pueden necesitar en algunos casos el uso de antiinflamatorios específicos, analgésicos, miorrelajantes entre otros. También se usan psicofármacos, sea para ayudarlo a dormir, ansiolíticos o antidepresivos no solo como el tratamiento de una posible enfermedad depresiva comórbida, sino en un contexto más amplio. 
Las diferentes intervenciones relativas a la kinesioterapia junto con intervenciones psicoterapéuticas focalizadas de base cognitivo-conductual han demostrado buenos resultados en ayudar a la adaptación a una condición de vida especifica y complicada.
Florence Nightingale, que llevaba ese nombre por haber nacido en la bella ciudad de Florencia, padeció esta enfermedad en épocas en las que se tejió la épica del estoicismo de la Inglaterra imperial. Hoy la concepción respecto a la fibromialgia/fatiga crónica, ha cambiado, sabemos mucho más y las virtudes estoicas no son el único parámetro, y no se trata de resistir, sino que existen diversas maneras en la que la calidad de vida de las personas sea mejorada en una condición de las cual tenemos aun muchas, quizás más, dudas que certezas.