Lo que deja el 2023

Fin de un año pródigo en conciertos

Los hubo de variada impronta, con puntos altos como los festivales Argerich, Barroco y Rachmaninov, y las presencias de Charles Dutoit, Constantine Oberlein y Luigi Nono.

Un año activo y variado, para establecer parámetros indicativos, ha sido el de los conciertos y recitales. Comenzando por el Colón en el atípico marco de La Rural de Palermo presentando la Sinfonía Nº 2 ‘Resurrección’, de Malher, con la puesta escénica del italiano Romeo Castellucci (proveniente del Festival de Aix-en-Provence) y dirección de Charles Dutoit, con la Filarmónica y solistas, Un comienzo llamativo e insólito.

En el transcurso del año alcanzó momentos de singular brillo el Festival Martha Argerich, que volvió a sus ochenta y dos años, con ocho sesiones y destacados intérpretes, cerrando la ilustre pianista precisamente con el gran director suizo, su ex marido, con un concierto de elevado nivel con la Orquesta Estable y solistas. Fueron jornadas que el público siguió con admiración y afecto permanente.

JUANA DE ARCO

Otro de los momentos destacados del año fue la reposición del oratorio ‘Juana de Arco en la hoguera’, de Honegger, con texto de Claudel, con la maestría de Dutoit a sus ochenta y seis años, y la Filarmónica con solistas y coro. En tanto, cabe también merituar el Festival Rachmaninov en su sesquicentenario, realizado en el teatro Coliseo, donde nuestro compatriota Nelson Goerner expuso su lucido virtuosismo en los cuatro conciertos para piano del compositor ruso, junto al maestro Srba Dinic y la OFBA.

Por supuesto que, de ese amplio número de conciertos de la Filarmónica, también cabe un destaque especial para el veneciano Luigi Nono, vanguardista y polémico en su tiempo, con el sugerente rescate de ‘Il canto sospesso’, de los años ‘50, en una sesión que tuvo al suizo Baldur Bronnimann en el podio, solistas y el coro Orfeón.

Otra de las sesiones valiosas que comentamos fue la que tuvo la exquisita vocalidad de la mezzosoprano estadounidense Isabel Leonard, de madre argentina, a la que habíamos escuchado en su surgimiento en el Met de Nueva York. Aquí, con el maestro Constantine Oberlein, también norteamericano, logró un éxito remarcable.

En un rubro siempre atrapante, el de las orquestas extranjeras, citaremos la de Tokyo (The Geidai Philarmonia Orchestra), que brindó una experiencia sin parangón con el concierto para waidako (tambor japonés), de Isao Matsushita, creando sorpresa y a la vez una empatía singular. Un acercamiento valioso a la cultura nipona.

También cabe aludir a la edición del ciclo Grandes Intérpretes, iniciado esta vez por el controversial tenor itálico Vittorio Grigolo, que tuvo en el podio al distinguido maestro Evelino Pidó (en su tercera visita a nuestro medio), quien logró con la orquesta de la Asociación de Profeso- res de la Estable un nivel de calidad que la convirtió en protagonista de la velada.

Proveniente del movimiento lírico internacional, contamos con la empinada soprano búlgara Sonia Yoncheva, estrella destacada que llegó con un recital que fue creciendo en calidad a partir de reparos iniciales, acompañada por Malcolm Martineau, un pianista acompañante de nota.

Y por supuesto, se suma a esta cita la admirable reaparición del maestro Andras Schiff, un especialista en Bach de gran trayectoria que, sin revelar su programa (no estuvo anunciado ex profeso), brindó, micrófono en mano, una verdadera clase ilustrativa de su sapiencia y su ascetismo si cabe.

También digno de mérito fue el Festival Barroco pro- puesto con la curaduría de la soprano Verónica Cangemi, que trajo tres conciertos altamente ponderables con el maestro Alessandro De Marchi y el sopranista brasileño Bruno de Sá el primero; la Cappella Mediterranea que dirige nuestro compatriota Leonardo García Alarcón, y el concierto de cierre con el admirable oratorio ‘El Mesias’, de Haendel, con Rubén Dubrovsky como director, solistas, integrantes del Bach Consort Wien y Orquesta barroca local, y la Academia Coral del ISATC con César Bustamante.

OTRAS ENTIDADES

Ahora bien, en un perfil abarcativo de entidades, esta temporada produjo intervenciones de la Orquesta Sinfónica Nacional en el auditorio mayor del CCK, como por ejemplo el abordar la ambiciosa ‘Sinfonía del mar’, del británico Ralph Vaughan Williams, con el Coro Polifónico y solistas, con el director suizo Emmanuel Siffert. Una veintena de conciertos produjo esta temporada la OSN, algo menos que la anterior.

El Mozarteun Argentino volvió a mostrar su inclaudicable labor con su temporada de siete sesiones en el Colón donde convocó a destacados solistas y conjuntos de nota, como la Orquesta de Lucerna con el violinista Steven Isserlis, y el celebrado Faure Quartett, entre otros, y siempre generando sus habituales conciertos del mediodía.

Entre otros muchos conciertos recordamos los camarísticos y juveniles, con la labor continuada de la Orquesta del Congreso de la Nación -dirigida por Sebastiano De Filippi-, los organismos juveniles como la Nacional Juvenil Gral. San Martín -dirigida por Mario Benzecry- y la Académica del Colón. Y en el ámbito privado, el ya tradicional Festival Chopiniana propulsado por Martha Noguera y el Festival Konex de este año, abierto con un homenaje a Brahms, con la dirección de Carlos Vieu.

Una síntesis que puede quedar como certificación de una actividad profusa y remarcable.

FOTO: GENTILEZA A. COLOMBAROLI