El análisis del día

Fernández & Fernández, sociedad de irresponsabilidad ilimitada

 

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Resulta cuanto menos curioso este ir y venir de la señora vicepresidenta que parece querer dejar expuesto al señor presidente haciéndolo quedar como contradictorio y hasta poco seguro de si mismo. Llevamos un mes asegurando que el proyecto de ley sobre la reforma judicial era una iniciativa de Cristina Kirchner que tenía como objetivo ponerla a buen resguardo de las varias causas penales en curso que la asechan a ella y a sus dos hijos. En medio del debate Carlos Parrilli, senador y mano derecha de la ex presidenta, redactó e incluyó el inciso E del artículo 72 en el proyecto de ley, en el que le daba a los jueces la atribución de denunciar ante el Consejo de la Magistratura cualquier intento de influencia en sus decisiones por parte de poderes políticos, económicos o mediáticos, miembros del Poder Judicial, Ejecutivo o Legislativo, amistades o grupos de presión de cualquier índole, y solicitar las medidas necesarias para su resguardo. Una clara maniobra para limitar la libertad de prensa según lo entendieron constitucionalistas y políticos no kirchneristas. La llamada "enmienda Parrilli", diseñada por Cristina Fernández, provocó un verdadero revuelo. Lo increíble es que ante la lluvia de críticas y ya sabiendo que en la Cámara Baja el proyecto jamás sería aprobado, Alberto Fernández reaccionó y no tuvo más remedio que confesar que nunca autorizó la redacción e inclusión del inciso e y que se enteró de la maniobra de la bancada kirchnerista cuando recibió una llamada de alerta en la quinta de Olivos. El senador Parrilli y sus compañeros de bloque no informaron del agregado al Presidente ni a su ministra de Justicia, Marcela Losardo, y se movieron con el visto bueno de la vicepresidenta. Ante un intento que la semana próxima se estrellará contra un fracaso, Cristina Fernández sorprendió a todos asegurando que esta reforma de la justicia no es la que ella pretende.­

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ASOMBRO EN LA ROSADA­

En la Casa Rosada no salían de su asombro ante las críticas de la vicepresidenta a un proyecto que según dicen en el Instituto Patria, fue aprobado, revisado y corregido por la propia Cristina. Las criticas de la ex presidenta no cabe duda apuntan ahora a dejar fuera de juego a la ministra de Justicia Marcela Losardo, al secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia Gustavo Béliz y al mismo Alberto Fernández. Ante el poco disimulado enojo del presidente por la enmienda Parrilli, el senador kirchnerista Juan Pais se apuró a explicar de manera desafiante: "No somos una escribanía del Gobierno. Y no tenemos que informar sobre lo que hacemos". Cuando alguien le preguntó si no tendrán que habérselo comunicado al presidente, Pais fue claro y mostró el detrás de la escena del llamado `fuego amigo': "Nosotros somos senadores y Alberto Fernández no es el presidente del peronismo".­

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CONJETURAS AL POR MAYOR­

A esta altura no son pocas las conjeturas que pueden sacarse de este clima enrarecido que tiene el oficialismo puertas adentro. Cristina da un paso al costado porque no quiere una nueva derrota parlamentaria y le echa el peso del intento a su candidato, el presidente. La sociedad primero se confunde y después exige coherencia a quienes gobiernan porque así nada es creíble, nada genera ni un ápice de esperanza. Alberto Fernández solo se muestra irascible y ataca por sistema a Mauricio Macri y a su gestión, pero el cuento ya no tiene fuerza, es poco original y además algunos ataques tienen más dudas que certezas, como cuando dijo que en una conversación telefónica privada el ex presidente le habría dicho respecto a la pandemia "que se mueran los que se tengan que morir". Frase que Macri desmintió de forma inmediata. Develar una conversación privada entre lideres políticos es poco serio y poco fiable. No hay pruebas, no hay testigos y además de hacer público un diálogo privado es algo que escapa corriendo de cualquier forma ética del comportamiento. Pero buscar refugio atacando a un adversario político, deja en claro que ya no hay argumentos para poder explicar con coherencia qué está pasando, cómo se arreglará este desastre económico y social que está dejando la cuarentena más larga del mundo. Ocho meses de gobierno y la fatiga y el cansancio del gobierno son notables. Hay ministros que jamás aparecieron, lo que demuestra que hay una parte del Estado al menos adormecida. El presidente está más golpeado por el kirchnerismo que por una oposición confundida y casi inexistente y parece no querer reaccionar.­

Cristina no cede poder y sigue al frente de su estrategia que solo busca su salvación jurídica sin importarle demasiado la situación real de una Argentina que se hunde y que cada día está más lejos de la realidad. Como ejemplo vale detallar que ya casi no quedan compañías aéreas que operen en nuestro país y que estamos más lejos del mundo como nunca. Todos los países con protocolos de por medio mantienen sus vuelos comerciales para no quedar aislados. A nosotros no nos importa, ya sabemos que " con lo nuestro nos alcanza".­

La sociedad que llegó al poder con muchas expectativas se fue desmoronando poco a poco y los socios Fernández y Fernández, no tardaron en dar muestra que el arreglo entre partes se iba a romper muy pronto porque uno de los socios tenía clara su estrategia y el otro no. Cristina trasladó su casa de gobierno al Instituto Patria donde bajo las órdenes del fiel Parrilli, se ejecutan sus deseos y caprichos. Resulta sospechoso que la vicepresidenta de un país que vive horas dramáticas no haga ni un solo comentario sobre la situación que atraviesan hoy los argentinos, parece que para ella el covid19 es un problema de los otros. Sube sus fotos favoritas a Instagram sin hacer comentarios, ni una palabra sobre la realidad. Como en el mundo comercial ha llegado el momento de aclarar la situación, la sociedad ya no puede seguir y cada una de las partes debe dejar las cosas claras y si hay que liquidarla se la liquida, en este caso no es posible que siga existiendo porque la convocatoria de acreedores puede ser dramática y hasta poner en juego el sistema republicano.­

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