En las últimas horas se confirmó el fallecimiento de monseñor Juan Antonio Baseotto, obispo emérito castrense de la Argentina. El religioso fue hallado sin vida en su domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Según informaron fuentes eclesiásticas, se aguardan los procedimientos legales correspondientes antes de brindar mayores precisiones sobre las causas del deceso y confirmar la fecha de la misa exequial.
Monseñor Baseotto había sido designado obispo castrense por el papa Juan Pablo II el 9 de noviembre de 2002, iniciando su ministerio pastoral el 18 de diciembre de ese mismo año. Sin embargo, a partir de 2005 enfrentó restricciones impuestas por el gobierno de entonces, encabezado por Néstor Kirchner, que limitaron el pleno ejercicio de sus funciones eclesiásticas. Finalmente, el papa Benedicto XVI aceptó su renuncia el 15 de mayo de 2007, pasando desde entonces a ocupar el rol de obispo emérito.
En los últimos años, Baseotto, quien era doctor en Ciencias Naturales, celebraba misa cada domingo en la Iglesia Nuestra Señora de las Victorias, perteneciente a la congregación de los Redentoristas, a la que él también pertenecía.
Baseotto, gran defensor de los presos políticos, había nacido en Buenos Aires el 4 de abril de 1932. Fue ordenado sacerdote en la Congregación del Santísimo Redentor el 6 de abril de 1957. El 1 de febrero de 1991 fue legido obispo coadjutor de Añatuya por Juan Pablo II, quien lo ordenó obispo el 27 de abril de 1991. Más tarde, en 1992 se lo designó obispo diocesano de esta sede por sucesión y, como se indicó, finalmene obispo castrense hasta su renuncia.
Desde la Iglesia Castrense, obispos, sacerdotes y fieles laicos expresaron su pesar y se unieron en oración por el eterno descanso de quien fuera un pastor cercano para muchos dentro de la comunidad militar. “Rezamos por el consuelo de sus familiares y su eterno descanso, con la renovada certeza de que esta ha sido su Pascua”, expresaron en un comunicado.
En un comunicado dirigido a la comunidad diocesana, monseñor Olivera informaba que, una vez concluidos trámites correspondientes, se dará a conocer el día y la hora de la misa exequial en la catedral castrense Stella Maris, del barrio de Retiro.
Texto del comunicado
En el día de la fecha, nos hemos enterado del fallecimiento del Emérito Obispo Castrense, Mons. Juan Antonio Baseotto. El Obispo Emérito, había sido elegido por San Juan Pablo II Obispo Castrense de la Argentina el 8 de noviembre de 2002, e inició su ministerio Pastoral el 18 de diciembre de 2002.
No debemos olvidar, que Mons. Baseotto desde el año 2005, por decisión arbitraria del gobierno de ese tiempo, no pudo ejercer su ministerio con absoluta libertad. Pese a ello, el obispo continuó su misión, hasta que el 15 de mayo de 2007, el Santo Padre Benedicto XVI le aceptó su renuncia por edad al cumplir los 75 años, por tanto a partir de allí fue obispo emérito. Mons. Baseotto celebraba Santa Misa todos los domingos en la Iglesia Nuestra Señora de las Victorias perteneciente a los Padres Redentoristas, comunidad a la que pertenecía.
De acuerdo a los detalles preliminares, Mons. Baseotto fue hallado sin vida en la habitación de su departamento, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por esta razón y siguiendo las distintas tratativas administrativas, nos encontramos a la espera del procedimiento legal pertinente el cual nos permitirá brindar mayores detalles. Una vez concluido el proceso, podremos recién confirmar el día y horario de la Misa Exequial que será en nuestra Iglesia Catedral Castrense, Stella Maris.
Como Iglesia Castrense, Obispo, Sacerdotes y fieles laicos, miembros de nuestra familia castrense, especialmente aquellos que lo tuvieron a Mons. Juan Antonio como Padre y Pastor cercano, nos sumamos y nos unimos en la oración con la renovada certeza que esta ha sido su Pascua. Rezamos por el consuelo de sus familiares y su eterno descanso.
"Me abandono en manos de su misericordia infinita": su testamento espiritual
El obispado castrense ha dado a conocer su testamento espiritual, en el que expresa con humildad y gratitud su preparación para el encuentro definitivo con Dios, al aproximarse a sus ochenta años.
En el escrito, que comienza con una referencia a la exhortación apostólica Octogessima adveniens, monseñor Baseotto agradece "al Señor que me dio la vida y cuanto lleva consigo: mi familia, el ambiente cristiano que me tocó vivir en estos casi ochenta años. Doy gracias a Dios por el don de la Fe y el bautismo", subrayando su pertenencia a la Iglesia como una gracia fundamental. "Dejo constancia de que en esta Fe quiero vivir y morir", señala.
También expresa su agradecimiento por el don de la vocación sacerdotal "con todo lo que la familia religiosa significa para mí", y por "el don del sacerdocio que recibí un día en plenitud", sin dejar de pedir perdón a Dios "por no haber dado todo lo que mi responsabilidad de pastor me exigía" y a quienes en algún momento pudiera haber perjudicado: "Dejo constancia de que nunca me movió un motivo de resentimiento o malas intenciones con personas. Si alguien lo ha sentido así, o como injusticia, le pido honestamente perdón... Quiero decirle a Dios con tranquilidad: perdona mis ofensas, como perdono a los que me han ofendido".
En relación con sus bienes materiales, designó como albacea a su hermano Gerardo Alfonso Baseotto. Respecto de sus exequias, pidió que sean "lo más sencillo y barato", manifestando su deseo de ser sepultado junto al altar del Santísimo Sacramento en Stella Maris, o, de no ser posible, en el cementerio de la Congregación en Bella Vista.
"Lo importante es que no dejen de orar por el eterno descanso de quien usó esos huesos por tantos años. Sé que quien juzga mis actos es quien dio la vida por mí. Muy a medias he querido que mi vida le pertenezca. Me abandono en manos de su misericordia infinita?", concluye.