“Esta no será la última flexibilización del esquema de bandas cambiarias”
El equipo económico podría ensayar otras modificaciones en el futuro cercano. Acumular reservas es una señal de consistencia en el programa, asegura Gabriel Caamaño Gómez. El balance de la gestión Milei tras dos años de gobierno.
Obstinado, terco, hasta caprichoso, al Gobierno le cuesta promover modificaciones en su programa económico. Mucho más cuando le subrayan alguna falla de manera insistente, pertinaz. Más resiste entonces en su postura pétrea.
Así estaban dadas las cosas en materia de política cambiaria y monetaria, donde economistas propios y ajenos convergían en un punto: el dólar estaba retrasado. El equipo liderado por el ministro Toto Caputo resistió, hasta que el mismísimo Fondo Monetario Internacional le hizo notar que por este camino no sólo continuaría perdiendo divisas sino que, además, jamás lograría acumular reservas. Entonces ensayó la imprevista modificación en el esquema de bandas cambiarias. Un service largo tiempo postergado.
“Me parece que el esquema de bandas después de la elección legislativa había quedado demasiado golpeado. En el sentido de la posición en que había quedado el tipo de cambio adentro de la banda. Lo que se vio a continuación de la elección es que en realidad el tipo de cambio mucho del techo de la banda no se alejó. Y que el Gobierno tuvo poco espacio para avanzar en estos dos meses en muchas cuestiones como la flexibilización del cepo. Incluso eliminando restricciones que se volvieron a poner al calor de la contienda electoral”, explica el economista Gabriel Caamaño Gómez, director de Outlier.
Y agrega: “También está la normalización del tema monetario. Todavía seguimos en un porcentaje importante con encajes diarios. Si bien en los papeles fuimos a encajes promedios mensuales, en la realidad el 75% sigue siendo diario. Esto incluye el tema de comprar reservas, donde en la última semana estuvieron más activos. Se veía que había que buscarle una vuelta de rosca al esquema, si es que directamente no querían salir del sistema de bandas y flotar sucio. Porque al fin y al cabo, adentro de la banda, también estamos flotando sucio.
-Claro, el Banco Central interviene.
-Hay intervenciones constantes con todos los instrumentos, en compras y ventas. Compran por afuera, venden en spot, en futuro, títulos indexados por tipo de cambio, dollar linked. Adentro de la banda estamos en flotación sucia.
-¿Qué certeza brinda el actual esquema de bandas cambiarias? ¿Por qué seguir así, interviniendo, en lugar de flotar sucio?
-A mí, ninguna. Creo que el Gobierno tiene una visión de que su credibilidad se basa en tener razón. Entonces tiene un tema fuerte con tener razón y para ellos sacar las bandas, en cierto punto, es dejar de tener razón. Lo veían como una batalla perdida y una pérdida de credibilidad. Para mí no, para mí la credibilidad de un gobierno se basa en que las cosas funcionen. Si las cosas funcionan y se van cumpliendo los objetivos, sos creíble. Después, si para cumplir los objetivos hay que tener flexibilidad y corregir sobre la marcha, siempre y cuando se alcancen, eso no quita credibilidad. La credibilidad en economía generalmente es un tema de resultados. Los bancos centrales logran credibilidad cumpliendo sus objetivos. Lo que debe hacerse para cumplir los objetivos es discutible. A mí, desde el punto de vista teórico, por como está siendo gestionado el esquema con intervenciones tan fuertes adentro de la banda, la verdad es que esas bandas no aportan mucho. De hecho, la banda inferior es totalmente irrelevante. Lo relevante es el techo.
RESERVAS
-¿Se minimizó la acumulación de reservas?
-Ahora dejó de minimizarlo y de pelearse con esa idea. Al menos desde lo discursivo acaba de mandar la señal inversa. Ahora dicen: bueno, la acumulación de reservas es importante, vamos a acumular. Es una meta condicional. Es como un cambio en el discurso. Me parece que el impacto en el precio de los activos, sobre todo en el precio de los bonos, fue significativo. El efecto demostración fue importante.
-Al menos para el Fondo Monetario Internacional el tema es importante.
-Probablemente eso haya tenido que ver también. El Gobierno está renegociando el acuerdo con el Fondo porque la meta de reservas está incumplida. Además el presupuesto en el tema fiscal está planteando un nivel de superávit que es menor a lo que es la meta del superávit primario con el Fondo para el año que viene y en lo sucesivo. Claramente hay una negociación en curso con el Fondo. Probablemente estén recalibrando el acuerdo y es posible que muchas de estas cosas sean parte de esas conversaciones. El Fondo desde el principio le estuvo diciendo que acumularan reservas; desde el principio dijo que debe haber un tema monetario y cambiario más flexible. Quizás lo que hayamos visto sea sólo una primera señal al respecto. No creo que esta sea la última flexibilización del esquema de bandas cambiarias. Esto recién empieza. El Gobierno, en todo caso, irá viendo hasta dónde para obtener los resultados que necesita obtener.
-¿Cómo juega ahí el respaldo del Tesoro de los Estados Unidos?
-Es mucho más fácil flotar con ese respaldo que sin él. Eso ya lo tiene hace rato. Eso da una seguridad, capacidad de fuego potencial que no se tiene propio. Pero al final del día, si no quieren flotar no flotan. Y si quieren defender un determinado nivel de tipo de cambio, porque quieren seguir utilizando el ancla cambiaria para acelerar el proceso desinflacionario o mantenerlo corriendo a determinado ritmo, lo van a seguir usando. Esa es en la práctica lo que termina pasando. Creo que la señal es positiva. Es una señal de que le están buscando la vuelta, que no quieren caer en lo mismo, tropezar con lo mismo. Es más un work in progress, está desarrollándose esta historia. Veremos cómo evoluciona. El programa de recompra de reservas discursivamente es muy importante porque implica un gobierno que empieza a reconocer que tiene que acumularlas, pero vamos a tener que verlo en la cancha. Y vamos a tener que ver si con la flexibilización del esquema de bandas alcanza o no. En principio es una muy buena señal y así se lo tomó el mercado.
ATRASO
-Con este nivel de tipo de cambio, ¿qué lectura hace cuando lee los informes de salidas de divisas por turismo e importaciones?
-Ahí se juntan varias cosas. A veces hay algunos análisis demasiado simplistas y pareciera que el nivel del tipo de cambio dependiera solamente del saldo comercial turístico. No es así. Sí es cierto que todas esas decisiones dependen de los precios relativos. Entonces un tipo de cambio real más alto o más bajo tienen efectos sobre esas cuestiones. La balanza de servicios en la Argentina históricamente fue deficitaria. Los sectores como Turismo históricamente son deficitarios en términos de balanza comercial. Argentina suele tener más turismo emisivo que receptivo. No creo que sea algo que se pueda revertir sólo con el tipo de cambio. Para hacerlo así deberíamos tener un tipo de cambio real muy alto y eso es inviable. También es cierto que está el otro extremo que afirma que el déficit de cuenta corriente no importa. Eso tampoco cierra, mirá Australia. La verdad tiende a estar más por el medio.
-¿Cómo sería?
-Yo lo veo así: en tanto y en cuanto Argentina, que no tiene reservas, no tenga la capacidad de entrar en un sendero de acumulación, que es un tema más de acumulación sostenida que de acumulación rápida, siempre en un país con nuestra historia –con arreglos monetarios y cambiarios forzados y raros-, siempre va a estar la duda. Así como el equilibrio fiscal es una señal de consistencia y un ancla de expectativas insustituible en la Argentina, un proceso de acumulación de reservas en las economías emergentes en general y en la nuestra, en particular, también es una señal de consistencia. Que no se está haciendo nada raro por el lado monetario y cambiario. Se puede acumular reservas con déficit de cuenta corriente. Si se acumulan reservas con déficit de cuenta corriente, nadie va a poder decir que ese déficit es insostenible. Distinto es el primer trimestre de este año, cuando había déficit de cuenta corriente y el gobierno estaba perdiendo reservas, y venían y hablaban del déficit de cuenta corriente de Australia, que no tenía nada que ver. Eso era insostenible. En ese sentido la acumulación de reservas es una señal de consistencia. Está en la literatura y es cierto: hay una correlación positiva muy fuerte entre acumulación de reservas y baja de diferenciales de riesgo. Pero en los emergentes, si se pueden acumular reservas con una economía que crece, donde la inflación tiene una tendencia descendente, y además hay equilibrio fiscal, la señal de consistencia de la combinación de todos esos factores es insustituible. Es una señal complementaria al equilibrio fiscal. Es como que se acomodan todos los patitos, hay que tener mucha mala suerte para que las cosas salgan mal. A veces la terquedad del Gobierno en ese sentido parece poco entendible.
LA MIRADA ECONOMICA SOBRE LOS DOS AÑOS DE LA GESTION MILEI
“El balance es positivo”
En la mirada y el análisis del economista Gabriel Caamaño Gómez la senda transitada por el Gobierno, al menos hasta el momento, está tapizada por más aciertos que errores. El balance es positivo, aunque aún resta mucho por hacer. En la columna del Debe, por ejemplo, queda ensayar una mayor apertura de la economía, entre otros puntos.
-¿Cuál es el balance económico de la gestión Milei tras dos años de gobierno?
-Para mí el balance es positivo. El Gobierno logró el equilibrio fiscal, al comienzo más a machete y a golpes. Con el correr del tiempo lo fue traduciendo en medidas permanentes. Con algunos contratiempos, a veces por viveza de la oposición y a veces por errores propios, pero pudo sostenerlo y consolidarlo. Logró avanzar en el proceso de desregulaciones, con algunos hitos muy importantes. La economía ha logrado ir abriéndose, tal vez no tanto como nos gustaría, pero está en ese sendero. Me parece que el Gobierno tiene varias cosas muy positivas para mostrar. Claramente lo primero es la desinflación, que me sigue pareciendo indiscutible. El único punto discutible es lo monetario y cambiario. Todavía seguimos sin salir del cepo. Seguimos teniéndolo para personas jurídicas, también para personas físicas. Seguimos sin un régimen monetario definido, tenemos algo bastante sui generis. Y todavía, en cierto punto, continuamos con la utilización del ancla cambiaria. Con grados, yendo y viniendo, pero recurrimos a ella como complemento del ancla fiscal. En lo monetario y cambiario es donde el Gobierno tiene la pata más floja. En el resto de las cosas no.
-Los representantes del sector productivo se quejan. ¿Se abrió la economía antes de implementar las reformas para ganar en competitividad?
-La economía se abrió pero todavía no tanto como debería. Es cierto que la secuencia es muy importante. Pero me parece que, a diferencia de otros gobiernos, este está afrontando la reforma laboral bastante antes. En los ’90 la reforma laboral nunca se hizo. Se hizo de forma parcial y fue quedando para el final, y la economía se había abierto mucho antes. En este caso la secuencia es mejor, sin ser perfecta. Lo criticable en este caso, hasta con hartazgo lo digo, es que hicieron todo bien y siguen haciendo cosas raras en lo monetario y cambiario. Es un innecesario punto débil.
Washington, un amigo
-El Gobierno tejió un vínculo nuevo con Estados Unidos y selló un acuerdo comercial. Al mismo tiempo, desde el inicio de la gestión, rechazó sumarse al bloque de los Brics. ¿Cómo ve esta nueva alianza?
-Nuestro principal socio comercial es Brasil, nuestro principal destino y proveedor. Dicho esto, el vínculo con Estados Unidos es un tema de alineamiento político principalmente, con algún ingrediente geopolítico. Eso se termina metiendo también en lo comercial, pero me parece que la cuestión es más político-ideológica. El Gobierno quiere alinear a la Argentina desde ese punto de vista y en función de eso ver los réditos que puede obtener, como el apoyo del Tesoro de los Estados Unidos cuando lo cambiario estuvo atravesando su peor momento. No creo que vaya por el lado de desarrollar una visión estratégica comercial. Es un alineamiento político ideológico que Milei puede decir ya le ha pagado ciertos dividendos.
