De qué se habla hoy

Escuchar, valor intangible

Acudo a una consulta médica como médico, a un distinguido sanatorio de capital, la profesional que me atiende, tarda 30 segundos en cortarme y decirme que es lo que tengo que hacer. Respuesta: ``Por favor, me podría terminar de escuchar'' (lo cual no fue de buen agrado por parte de la profesional).

El debate televisivo, (digno de análisis), entre los diputados electos, Victoria T Paz y Rogelio Frigerio, llama la atención, porque se supone que toda persona que ocupa cargos importantes como diputado, senador, gobernador, o presidente, ha sido entrenado para saber escuchar; y sabe hacerlo.

Si hay algo en esta sociedad argentina enferma, es la falta de una habilidad, destreza o conocimiento, fundamental para el diálogo y las relaciones humanas: la escucha proactiva.

Los ejemplos citados, ponen de manifiesto una verdad a gritos: No se escuchan... la gente, los políticos, las familias, los poderes del estado, las instituciones.

El poder político está sordo, cada integrante del mismo, se escucha a si mismo

Como en tantos otros aspectos, diríamos que es, una cualidad subdesarrollada. Parece simple, pero no lo es.

UNA MAXIMA

La pregunta es, puede haber un crecimiento, un desarrollo, una evolución de ideas, un aprendizaje, una superación, planteado desde este punto. La respuesta es `No'.

Sthephen Covey, lo sintetiza en una máxima, procure primero comprender, y después ser comprendido.

La mayor parte de las personas, no escuchan con la intención de comprender, aprender y entender, sino para responder. 

¿Qué tan buenos somos escuchando?

Escuchar, en forma empática, conduce a poseer necesariamente virtudes, tales como paciencia, tolerancia, humildad, sabiduría.

Veamos el opuesto.

* Impaciencia: ¿Cuánto tiempo tardamos en interrumpir el diálogo del que habla, o cuanto es el tiempo que tardamos en contestar?

Interrumpir a los demás, es uno de los comportamientos de comunicación, más comunes y destructivos; no somos conscientes de cuan frecuente y agresivo a la vez, es interrumpir, convencidos que lo nuestro, es lo más importante, la verdad revelada. Interrumpir indica poco respeto hacia la otra persona, lo mismo, preparar la refutación, apenas la persona cesa su discurso.

Escucha empática cero.

* Falta de humildad: Adaptarlo todo a una idea preconcebida. La internalización de conceptos y enfoques, que se convierten en verdades absolutas, bloquean la posibilidad de aceptar criterios diferentes.

Desde ahí se interpreta la realidad, como absoluta y fiducial, y no importa cuanta verdad tenga el llamado así, adversario, y no, interlocutor. Soy dueño de la verdad, soy juez de la verdad.

Escucha empática cero.

* Intolerancia: Discusiones, descalificaciones, agresiones, la búsqueda del conflicto, y no del entendimiento, demuestran cuán difícil es entender y comprender al que piensa distinto. En el caso del debate televisivo, la diputada comienza llamando a su interlocutor ministro de la Producción (lo cual repite cuatro veces), cuando en realidad Frigerio fue ministro del interior.

Escucha empática cero.

* El lenguaje corporal: Hay que demostrar la intención de ser escuchado, y demostrarlo, la diputada Tolosa Paz, adquiere un tono soberbio y socarrón, por momentos alza la voz, tiende a discutir, a acusar, cosa evidente en su cara y en su actitud, reacciona ante palabras de carga emotiva; frente a la calma del diputado Frigerio, que no juzga hasta haber, comprendido perfectamente, el sentido de lo que se dice.

Vemos dos posturas diferentes, opuestas y no semejantes, y es que, aquello que es similar o igual, genera simpatía, y permite crear una atmosfera de diálogo, y no de confrontación.

Escucha empática cero.

Consecuencia, no hay ganadores, pero si un perdedor importante, la verdad.

``Tenemos dos oídos y una boca, para escuchar, el doble de lo que hablamos''.

(Frase atribuida a Epicteto de Frigia)

* Médico Clínico.