La embajadora Galit Ronen analizó el acuerdo con Bahréin y los EAU

"Es una paz real que genera estabilidad en todo el mundo''

La representante del Estado hebreo en nuestro país cree que la normalización de relaciones puede ser una ola benéfica para el Medio Oriente. Agradeció a Trump y señaló que Irán fue la única potencia regional que estuvo en contra.

"Estamos aquí para cambiar el rumbo de la historia'', señaló hace una semana el presidente estadounidense Donald Trump al patrocinar en la Casa Blanca el histórico Acuerdo de Abraham entre Israel, Bahréin y los Emiratos Arabes Unidos. 

Con las firmas del primer ministro hebreo Benjamin Netanyahu y los cancilleres Abdulatif bin Rashid al Zayani y Abdulá bin Zayed al Nahyan, respectivamente, se normalizaron las relaciones entre estos países y dieron pie a otro proceso de paz en el Medio Oriente que se agrega a los iniciados ya con Egipto y Jordania. 

"Para Israel y para la región, la paz con estos dos países es muy importante. La verdad que yo veo esto como el comienzo de otra ola en el Medio Oriente hacia la paz y no sólo con estos dos interlocutores, sino que puede darse incluso con más actores regionales para lograr una mayor estabilidad global y estar más conectados'' señala la embajadora israelí Galit Ronen, quien en un diálogo con La Prensa explicó los alcances de este acercamiento. 

-¿Cómo estaban las relaciones previamente?

-La paz entre los países no llegó de un día para el otro, este es un proceso paulatino que lleva mucho tiempo desarrollándose y de hecho contamos con cientos de compañías israelíes que ya estaban trabajando allí. 

-¿Cree que puede ser duradero?

-Sí, creo que sí. Es más, debería serlo y no hay razón por la cual no sea así. De hecho, los acuerdos de paz que tenemos con otros países árabes lo demuestran: con Egipto tiene 40 años de vigencia y con Jordania llevamos más de 25. 

-Retirar la anexión de Cisjordania fue clave para los árabes. ¿Cuáles fueron los beneficios para Tel Aviv? 

-Desde el corazón de nuestro Estado en Jerusalén, capital eterna de Israel y del pueblo judío, siempre estamos con la mano extendida para poder acercarnos a la paz. Esperamos con ansias que otros países árabes se sumen a la mesa de negociación para lograr un compromiso que ayude a llegar a la misma. Para nosotros existen dos elementos muy importantes: por un lado, la existencia y la seguridad del Estado de Israel, y por otro, lograr la paz con nuestros vecinos por el bien común. Israel podría compartir con los países árabes tecnología, innovación y muchas otras cuestiones que se traducen en mejorar la calidad de vida, tal como está haciendo con todo el mundo y como hace también con la Argentina. Puede resultar una frase hecha, pero puedo asegurarle que la paz siempre es mejor que la guerra.

-Este pacto también es un éxito político para Donald Trump en cercanía de las elecciones presidenciales. ¿Puede ganar el Premio Nobel de la Paz?

-Estamos muy agradecidos con los Estados Unidos por todo el apoyo que siempre dio para lograr la paz en el Medio Oriente, y que tanto nos ayudó con Egipto, con Jordania, y ahora también con Bahréin y los Emiratos. Mire, cuando avanzamos con la paz con Egipto estaba Carter, quien luego recibió el premio Nobel de la Paz. Cuando firmamos el acuerdo con Jordania estaba Clinton, que también lo recibió. ¿Podría repetirse la historia con el presidente Trump? La verdad que no lo sé, pues Israel no decide esa cuestión. Lo que sí puedo decirle es que nosotros estamos muy agradecidos por su ayuda en la firma de los Acuerdos de Abraham y por la paz que hoy tenemos con otros dos países árabes. 

-A partir de ahora, y más allá de lo político, ¿qué espera su gobierno del comercio bilateral con Bahréin y EAU?

-Cuando dos países comienzan a desarrollar las relaciones bilaterales se fomenta no sólo el intercambio comercial sino también el cultural, el académico, y empiezan las inversiones de un país al otro, como también proyectos en conjunto. El potencial que tenemos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de los tres países es inmenso. Ya hay como 500 empresas israelíes en los Emiratos y podrían llegar más, lo cual es, sin lugar a dudas, muy bueno para ambas partes. 

-Que hayan firmado los cancilleres al lado de Benjamin Netanyahu, ¿le quita importancia al acuerdo?

-No, porque lo fundamental es el acuerdo y lo firmaron altos representantes de cada uno de los tres países. De nuestro lado fue el primer ministro y de su lado, los cancilleres, pero lo relevante es la paz lograda. Ya tuvimos delegaciones israelíes que viajaron hacia los Emiratos y tendremos otras. Vamos a abrir embajadas y esto es lo importante: tenemos una paz real, en beneficio de la gente, los países, de la región de Medio Oriente y también para la estabilidad del mundo. 

-Lo firmado en Washington no cayó bien en Irán y en Arabia Saudita. ¿Podrá haber diálogo con estos países?

-No es sorpresa que a Irán no le guste la paz y esté a favor de un estado de guerra. Irán es un país terrorista que apoya el terrorismo y que sostiene la destrucción del Estado de Israel. Pero aquellos que piensan que la paz es mejor que la guerra, que el amor es mejor que el odio, todos ellos apoyan la chance de que sigamos construyendo puentes en el Medio Oriente. Arabia Saudita no se mostró en contra. Es más, en la Liga Arabe no hubo apoyo final a la iniciativa palestina de no propiciar este acuerdo y muchos país se manifestaron a favor. ¿Quiénes están en contra? Irán, más aquellos que mientras se firmaba el acuerdo aprovechaban la oportunidad para lanzar cohetes desde Gaza sobre territorio israelí y poblaciones civiles. Pero el mundo que no adopta esos mecanismos, el mundo que sí quiere la paz, celebró con nosotros.