El Sub- 23 rescató un empate agónico con Paraguay en su debut, en el Preolímpico de Venezuela

Era una derrota, fue un desahogo

Luciano Gondou con su gol, evitó que el equipo de Javier Mascherano recibiera un golpazo en el inicio del torneo. Diego Gómez, de penal, había puesto en ventaja a los guaraníes. Ahora, debe ganarle a Perú para darle nuevo vuelo a la ilusión olímpica.

El Sub-23 se desahogó sobre la hora. Es que perdía 1-0 con Paraguay y se quedaba con las manos vacías, en su debut en el torneo Preolímpico de Venezuela. Un penal convertido por Diego Gómez a los 20 minutos de la parte final, parecía dejarlo con las manos vacías. Era demasiado castigo dentro de un partido duro y cerrado.

Hasta que Luciano Gondou, sobre la hora y en posición dudosa, empató el encuentro, para darle un marco más justo. El próximo rival será Perú (venció 1-0 a Chile, en el partido restante), este miércoles desde las 20. Y, está claro, que habrá que ganar para darle nuevo vuelo a la ilusión de estar presente en París 2024.

Muy lejos quedó ese cuarto de hora inicial que generó ilusión, a partir de la velocidad de Pablo Solari y las proyecciones de Valentín Barco, acompañados por la presión de un mediocampo, que le daba vértigo al ataque. Eso se tradujo en un par de aproximaciones que pudieron darle la ventaja temprana.

Sin embargo, el elenco guaraní equilibró el desarrollo del juego cuando logró pararse mejor cuando ajustó las marcas, y sin tener tanta posesión, desnudó ciertas flaquezas defensivas albicelestes.

El juego continuó siendo cortado y con escasas situaciones de riesgo durante la parte final. Y ambos equipos compartieron la falta de variantes para desequilibrar en los metros finales. Por eso, el camino hacia el empate se volvió inexorable.

No pasaba nada hasta que Valentini cometió un penal tonto y le dejó servida la victoria al elenco guaraní. El resto del juego se fue con el nerviosismo lógico de buscar el empate, y apostando a la acción individual por encima del juego colectivo. Hasta que apareció Gondou para evitar que el inicio del camino fuera con un sinsabor.